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Uso de la tortura para aterrorizar en Honduras

Posted On Lunes, 04 Julio 2016 22:49 Written by

Para las antiguas generaciones hondureñas el término “tortura” no ha quedado atrás, cada vez que escuchan o ven noticias, recuerdan con tristeza el dolor y el terror que se vivió en la década perdida a los terribles años 80, los de la locura fanática y de la "Doctrina de Seguridad Nacional".

La Convención de Naciones Unidas define a la tortura como “cualquier acto en el cual se inflige intencionalmente a una persona severo dolor y sufrimiento, físico o mental, con fines tales como obtener información o una confesión de ella o de un tercero, como acto intimidatorio y coercitivo, basado en cualquier tipo de discriminación cuando tal dolor o sufrimiento es afligido o a instancias consentimiento de un funcionario público u otra persona que actúe de carácter oficial”.

Ayuda psicológica

Las personas que han sufrido alguna manera de tortura necesitan ayuda psicológica para poder superar los traumas que produce el maltrato.

Carmen Lastenia Martínez es una profesional de la psicología, trabaja el tema desde el 2008, actualmente realiza un voluntariado en  el Centro de Prevención, Tratamiento y Rehabilitación de las Víctimas de la Tortura y sus familias (CPTRT), una organización de derechos humanos que trata este tema.

Ha estado involucrada en proyectos de atención a víctimas de tortura, de violencia sexual , jóvenes de comunidades campesinas e indígenas y privados de libertad; algunos de los sectores más vulnerabilizados.

Tipos de torturas

En Honduras agentes del Estado hacen uso de distintos tipos de torturas, pero las que más se utilizan son la psicológica y la física (dentro de esta la tortura sexual por parte de agentes de investigación).

Explicó que la tortura psicológica es cuando echan mano de la intimidación, amenazas, gritos, agresiones morales a través de amenazas a muerte o abuso sexual, también la degradación,  “diciéndole que no sirve, con malas palabras. No es una agresión directa al cuerpo sino a la mente de la persona”.

La tortura  física pasa al nivel corporal. En el país generalmente son golpes con el puño, patadas, toletazos, entre otros.

Martínez mencionó que los torturadores recurren de manera frecuente a “la capucha”, emplean bolsas plásticas, neumáticos o la misma camisa del torturado, la ponen sobre la cabeza, la aprietan hacia atrás del cuello, de la presión ejercida la víctima siente que la están asfixiando.

El uso de elementos químicos para asfixiar al individuo, con gas pimienta, les rocían algo sintético, además de la capucha para provocar más desesperación.

Golpean de manera repetida los pies con un palo, que en el futuro tendrá efectos en las víctimas. Otra manera es la sumersión, agarran a la persona que se encuentra con las manos amarradas hacia atrás, la sumergen en agua por unos minutos. “Agentes del Estado han practicado la sumersión en heces fecales”.

Mujeres torturadas

En el caso de las mujeres, existe una connotación sexual, los golpes son dirigidos a sus pechos, los glúteos, en su vientre o partes genitales. Y el tocamiento de manera intimidatoria.

Dentro de la torturas físicas más graves dirigidas hacia las mujeres está la violación sexual, lo cual los hombres no quedan exentos de este tipo de maltrato. El CPTRT tiene casos documentados de manoseos, les han introducido objetos en su ano y violación a hombres.

Por ende, “la violación sexual ya es una práctica generalizada en el país, con la intención de quebrantar la personalidad, la dignidad, la autoestima y llevar a la persona objeto de estos vejámenes a un extremo de desestabilizar su estado emocional y mental”, describió la psicóloga.

Esta organización tiene cinco casos documentados de tortura sexual a privadas de libertad, a ellas los agentes de investigación las requirieron en un lugar público, las anduvieron muchas horas por varios sitios de la ciudad y fueron tratadas cruelmente.

No saben cómo describir los lugares a los que fueron transportadas, pero aducen que son casas donde les obligaron a quitarse la ropa y las violaban, las mojaban con agua, les dieron choques eléctricos, golpes e  intimidaban.

Lugares de tortura

La práctica de la tortura en cuanto al lugar ha variado, por muchos años solo se practicaba a víctimas de detenciones ilegales o arbitrarias; ahora es también  en los centros penitenciarios.

La tortura pública y colectiva es muy sistemáticas actualmente, esto tiene lugar en las manifestaciones, tomas de calles y paros.

En las protestas ha habido reportes de personas e imágenes en los medios de comunicación de golpeados de manera salvaje, arrastrados, heridos, fracturados, disparos con balas de goma al cuerpo, las mismas bombas lacrimógenas lanzadas sobre la humanidad, una persona perdió su ojo izquierdo, en esta situación.

A pesar de que las Naciones Unidas ha calificado como acto de tortura el gas lacrimógeno, es utilizado de manera indiscriminada por los cuerpos de seguridad.

¿Quiénes torturan?

En la década de la “Guerra Fría” se les atribuían los actos de tortura a los escuadrones de la muerte engendrados dentro de los mismos cuarteles y postas, sedes de los encargados de proteger al Estado y a la ciudadanía, hacían sus actos en la clandestinidad.

Hoy en día se ven a simple vista, la profesional indicó que “en los casos que ha documentado el CPTRT, en los últimos casi siete años desde el golpe de Estado, hay 700 denuncias”.

La organización además de darles acompañamiento les apoyó con tratamiento médico, psicológico y psiquiátrico.

La profesional de la sicología amplió que de todos los testimonios recolectados existe un alto porcentaje que evidencia que los que cometen las torturas contra la población son “Policías Militares, Policía Preventiva, Agentes de Investigación y   Policías Penitenciarios ”.

En algunas ocasiones quienes cometen torturas son “agentes encubiertos” o “grupos elites”, no portan su uniforme de reglamento sino que visten de civil y no andan identificación, para mezclarse incógnitamente entre las multitudes. Lo cual hace imposible saber cuál es su papel, ya que generalmente cubren su rostro y  andan guantes.

Igualmente están los torturadores civiles, estos son guardias de empresas de seguridad privada que acompañan o simplemente estaban cerca de los uniformados en el momento que cometer los actos crueles e inhumanos.

Ciudades y comunidades

Las ciudades en que más se ve este tipo de flagelo son las que “tienen que ver con la lucha campesina, recuperación de tierras y desalojos forzosos”.

Los lugares en donde hay criminalización, persecución y más propensos a que la población sufra de torturas, son El Bajo Aguan en Colon, Comayagua, Choluteca, San Pedro Sula, Santa Bárbara y Copán.

Especialmente en las zonas marginales alejadas de las grandes ciudades, allí no trasciende la manera en que la policía trata a los habitantes. El CPTRT tiene casos documentados en La Paz, en Naco departamento de Cortés, “la gente ha sido salvajemente tratada por los agentes”.

Casas del terror

En los años 80s las y los sobrevivientes de tortura testimoniaron que fueron llevados a casa de torturas, que son conservadas con el paso de los años como una ruta histórica de lo que no debería volver a pasar.

Actualmente, personas víctimas de torturas por parte de agentes del Estado denunciaron que al momento de ser detenidas, las llevaron a varios lugares por un periodo de 10 o 12 horas, y estaban totalmente desorientadas, con cachas y los ojos cubiertos.

Casi todos los casos que lleva el CPTRT tienen el componente de haber sido llevados a “casas”, hay una detención, no son trasladados a una posta o juzgados. Están los que son entregados a las fiscalías o postas; otros no tienen tanta suerte.

Tortura e impunidad

Uno de los casos más sonados en donde se evidenció que en una época en Honduras existieron “Casas del Terror”, son los testimonios de los seis estudiantes desaparecidos y que afortunadamente fueron recuperados con vida.

Según la página elboby.com un rostro que las y los hondureños no deben olvidar es el de los años 80;  Billy Joya Améndola, quien integraba el Batallón de Inteligencia 3-16, encargado del secuestro y desaparición de opositores políticos, y fundador de los escuadrones de la muerte “Lince” y “Cobra”.

Según han denunciado organizaciones de derechos humanos se convirtió en uno de los principales ejecutores de secuestros, torturas y asesinatos en Honduras, y se le acusó de al menos 11 ejecuciones bajo el pseudónimo de “Doctor Arranzola”. Además se le acusó del secuestro y tortura de seis estudiantes, el cual  tuvo lugar el 27 de abril de 1982,  en la casa del ayudante del Fiscal General de la República, Rafael Rivera, violando la inmunidad del número dos de la justicia del país, al usar métodos similares a los de la dictadura argentina.

En julio de 1995 fue acusado junto a otros oficiales de alta graduación de los delitos de detención ilegal y  asesinato en su grado de tentativa y abuso de autoridad por el caso seis estudiantes, en febrero de 1999 se le acusó por la desaparición de Hans Albert Madisson, meses más tarde en ese mismo año por la detención ilegal, tortura y abuso de autoridad por el caso de los esposos Reyes Bacca.

Sobre los seis estudiantes, el Juez Manuel Cardona le reformó el auto de prisión por considerar que Joya no fue más allá de la detención ilegal. El Capitán retirado que permaneció cuatro años prófugo y se presentó al Juzgado Primero de Letras de lo Criminal en diciembre de 1998; recobró su libertad al pagar una fianza de Dos mil 400 lempiras.

Desde el golpe de Estado del 2009, Billy Joya aparece como uno de los asesores políticos de las últimas dos administraciones, y en las elecciones del 2013 iba en las planillas del Partido Alianza Patriótica.

Efectos de las torturas

La tortura es una violación extrema a los derechos humanos, en donde se debilita la psiquis de la personas   por el tipo de tratos presenta secuelas.

Frecuentemente los efectos son graves e irreversibles, en muchos casos exteriorizan síntomas psicológicos, desórdenes emocionales y otros trastornos. Los más comunes son trastornos del estado de ánimo, depresión, crisis de ansiedad, estrés post traumático, miedo, delirio de persecución, paranoia, inquietud, temor, psicosis, alucinaciones, insomnio, pesadillas y desarrollan adicción a las drogas o alcohol.

Aseguró que Generalmente las víctimas de tortura no se vuelven agresivas, sino deprimidas, tristes, ensimismadas, tienen un sentido de desesperanza, pérdida del ánimo  o depresión, pensamientos suicidas y sentimientos de culpa. La gama de sintomatologías es grande, hay personas que no vuelven a tener una vida normal, existen permutaciones permanentes en su personalidad, hábitos hasta llegar al extremo que algunas personas son sometidas a medicación para poder dormir y cambios en su alimentación.

Los síntomas dependen de las fortalezas individuales, el apoyo que reciban y el tratamiento físico si sus agresiones fueron al cuerpo,  y psicológico porque deben pasar por un proceso terapéutico para  liberar el trauma que le causó el trato cruel, ya que prácticamente quedan vulnerabilizadas, porque les quitan sus mecanismos de defensa.

Tortura en la cárcel

La tortura que no sale a la luz es la que se realiza dentro de los centros penitenciarios, entre ellos, al momento que algunos deciden huir de la cárcel les disparan en las piernas, cuando los agarran son sometidos a tratos inhumanos, por los policías penitenciarios, pero a consideración de Martínez, éstos son más difíciles de documentar.

CPTRT tiene conocimiento que en algunas cárceles se practican diversas torturas, por ejemplo en la de Juticalpa y maltratos a las mujeres en “CEFAS”, los que son menos visibles.

CIDH reconoce torturas

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) concluyó su visita a Honduras, del 17 al 21 de agosto de 2009. El objetivo de la visita fue observar la situación de los derechos humanos en el contexto del golpe de Estado del 28 de junio de 2009.

La CIDH recuerda que el derecho a la integridad personal está protegida por La Convención Americana de Derechos Humanos reconoce en su artículo 5 el derecho de toda persona "a que se respete su integridad física, psíquica y moral"; y a su vez prohíbe expresamente "el uso de la tortura o tratos inhumanos, crueles o degradantes en contra de las personas".

Por su parte, la Constitución de Honduras establece en su artículo 68: “Toda persona tiene derecho a que se respete su integridad física, psíquica y moral”. El derecho a la integridad personal es, igual que el derecho a la vida, inderogable bajo cualquier circunstancia.

Breve historia de la tortura

Según el Blog “La JornadadeGuerrero.com en uno de sus artículos recopilaron un breve resumen de la tortura, como parte de la dominación imperial a través de la historia.

La tortura ha sido utilizada durante miles de años, particularmente desde la Grecia antigua, donde formaba parte de los procesos legales. Tortura en griego, se decía “basano”, nombre de una especie de tablilla con la que se probaba la pureza del oro. Frotado contra el basano, el oro dejaba una marca cuando era puro. La tortura se remonta al esclavismo para quienes se utilizaba de forma gradual y permanente.

En la China imperial se torturaba por órdenes de un juez. El sistema jurídico exigía que el acusado confesara su delito para que pudiera dictarse sentencia, a quienes se les declaraba culpables sin que hubieran confesado su presunto delito, se les torturaba hasta que lo hicieran. La tortura era frecuente incluso para interrogar a testigos durante la investigación de un crimen.

En la Europa medieval, la tortura se aplicó regularmente en investigaciones civiles y religiosas, se creía que el asiento y fundamento de la verdad estaba en el cuerpo, más que en la inteligencia, era común que “la verdad” fuera extraída mediante torturas.

En el devenir histórico, la tortura es vista también como un medio para alcanzar un fin, en ocasiones se ha torturado a testigos para que estos externaran la verdad que se creía se ocultara en sus mentes.

La tortura ha evolucionado; y a la igual forma parte del pasado que del presente, este flagelo del martirio que originalmente se realizaba en calabozos pasó a las cárceles clandestinas y a los mismos separos de la policía.

La tortura es un acto perverso, que para 1708 fue declarada ilegal en Escocia, seguida por Prusia en 1740, Dinamarca en 1771, España en 1790, Francia en 1798 y Rusia en 1801.

La tortura oficial auspiciada por el estado se extinguió en Europa, reapareciendo en la Rusia zarista, en la Alemania de Hitler y en los países de Europa de la postguerra. La tortura sigue su curso, se ha modernizado y se ha utilizado la tecnología para ejercer martirio; sus métodos y prácticas cada día son más perversas.

El fin de la tortura es infundir temor, se le relaciona con la aprehensión arbitraria y es una poderosa arma de la represión, un exceso de castigo, el castigo excesivo que tiene como fin generar dolor y traumas.

Los antiguos métodos de tortura van desde la violación sexual, el bastinado, cortes y perforaciones, quemaduras, estiramiento, privación de sueño, ahogamientos, golpes, quemaduras, sacudidas, descargas eléctricas y la llamada tortura sicológica o mental.

En las nuevas tecnologías de la tortura, se aplican choques eléctricos, ahogamientos con agua mineral y picante en las fosas nasales, y las guerras psicológicas. La tortura tiene como fin ocasionar daño físico o sicológico, vinculado principalmente al dolor y al quebrantamiento moral y de la autoestima del detenido.

El daño físico que genera por tortura se causa mediante golpes, rotura de huesos, desgarres, aplastamientos, descargas eléctricas, quemaduras, ahogamiento, violación y aislamiento.

El daño sicológico se genera a partir de la privación sensorial, el aislamiento, el sometimiento, la manipulación, llegando a la desorientación física y mental.

Toda tortura genera afectaciones mentales, el infligir dolor, responde a los impulsos sádicos del captor, su fin es llegar a la mente de la víctima. La tortura como tal, ha sido capaz de rebasar el cuerpo y llegar a la mente de la víctima que posterior a ella, enfrenta sus más profundos temores llegando a debilitar, aterrorizar y humillar al detenido, para afectar su convicción y destruir su personalidad.

La desorientación en el detenido inicia desde el momento mismo de su aprehensión, para lo cual los captores intentan producir los mayores niveles de alarma y confusión que llegan a momentos de conmoción, inseguridad y tensión sicológica.

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El medio surge para ayudar a los periodistas, trabajadores de los medios de comunicación y los grupos vulnerables de Honduras (jóvenes, mujeres, indígenas y personas LGBTI) a ejercer su libertad de expresión y documentar los abusos de derechos humanos.

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