Los problemas torales que están afectando a las mujeres rurales son la caída total de sus microempresas a consecuencia de la pandemia del COVID- 19, paralización del comercio en el país por las medidas impuestas por el gobierno, los severos daños que sufrieron sus viviendas, cultivos y animales, a raíz de las dos tormentas tropicales que golpearon el territorio nacional, poniendo enmprecario sus economías y la salud.
La articulación de Mujeres de La Vía Campesina, el Consejo para el Desarrollo Integral de la Mujer Campesina, CODIMCA y OXFAM Honduras, por medio de un proyecto denominado Campesinas e Indígenas por sus Derechos Económicos, publicaron el documentos denominado “Estudio sobre el Impacto de la Pandemia del Covid-19, ETA y IOTA en las Mujeres Rurales de Honduras”.
El informe explicó que las mujeres víctimas de violencia durante la pandemia del COVID-19, han recurrido a buscar ayuda en las organizaciones de mujeres, la mayoría han sido víctimas de agresión por miembros de las instituciones estatales, mientras que otras manifestaron que por su pareja actual, experimentando sentimientos y emociones como depresión, miedo, ansiedad y otras que ellas no saben cómo explicar lo que sienten.
En uno de los estudios de caso para la Vía Campesina las mujeres del Municipio de Potrerillos, Cortés, comentaron que una de ellas por haber resultado positiva de COVID-19 estuvo en su casa custodiada por dos camiones militares y se le impidió la movilización.
La asistencia que le ha brindado la institución u organización a la mujer víctima de violencia es la orientación psicológica que representa el 50 por ciento y legal que representa el 44 por ciento.
Solo la mitad de las mujeres entrevistadas manifestaron que habrían interpuesto una denuncia, 36 por ciento de manera formal y el 14 por ciento no lo hizo porque no confían en las instituciones, las demás no lo hacen debido al temor que sienten hacia el agresor.
En los casos se detalló una situación de bajos niveles de contagio del Covid-19, porque las mujeres generaron las medidas de preventivas de bioseguridad en el área familiar y en la comunidad , a pesar de no contar con los recursos suficientes. Po otra parte, recurrieron a medicinas naturales para aliviar algunos síntomas.
De acuerdo al estudio realizado, solo el 31 por ciento asiste a los hospitales públicos en busca de asistencia, el otro 31 por ciento prefieren la medicina natural o alternativa, el 25 por ciento tiene acceso a una atención privada, el 6 por ciento utiliza la Unidad de Atención Primaria en Salud y el otro 6 por ciento los Centros Integrales de Salud, Sin embargo, el 80 por ciento indicó que los medicamentos solo algunas veces son suplidos en el lugar al que acuden.
La mayor incidencia de violencia que han sufrido las mujeres durante la pandemia es económica por falta de ingresos. El estudio refleja que la precarización de la economía de las mujeres rurales ha aumentado en cifras alarmantes.
El 88 por ciento de las entrevistadas expresaron que sus economías están más deterioradas y sus posibilidades de mejora son inalcanzables debido a que el gobierno restringió la libertad de movilidad con el confinamiento.
Lo anterior redujo su limitado acceso a trabajo formal, a mantener sus parcelas, en algunos casos a comercializar sus productos agrícolas, la mayor pérdida fue el maíz, algunas incluso no han visto sus siembras y desconocen el impacto, considerando que la mayoría no tiene territorio propio y deben alquilar.
El 69 por ciento no obtuvo ninguna ayuda estatal a pesar de los programas que el gobierno promueve. Según las mujeres es producto del marcado desinterés, la politización de los recursos, el desvío de fondos que están destinados a las mujeres rurales , porque no valoran el aporte de las mujeres al desarrollo.
Debido a los huracanes Eta e IOTA, el 65 por ciento de las viviendas sufrieron daños, en las comunidades rurales los más perjudicial fue la pérdida total y parcial de la vivienda, cultivos y animales, las mujeres afectadas solventaron con ayuda de sus familias y albergues, la ayuda llegó de varios sectores en comparación a la limitada participación del Estado.
Algunas de las enfermedades base que presentaban las mujeres afectadas por los huracanes fueron hipertensión, problemas con sus triglicéridos, diabetes, afectación de su ritmo cardiaco, gastritis, afectación en el colon, debilidad en el cuerpo, dolor de cabeza y huesos, asma, problemas en sus riñones, gripe y tos, afecciones respiratorias, migraña, alergias en la piel, osteoporosis, problemas de circulación y estomacales.
Solo una pequeña parte recibió atención médica, pero la mayor necesidad que tienen las comunidades rurales, específicamente las mujeres son, de alimentación, material de limpieza para el aseo de su vivienda o albergue, y medicamentos.