No alinearse con la agenda oficial e informar la realidad de Honduras trae consecuencias. En las últimas horas se ha desatado una guerra cibernética con mensajes desde las redes sociales en contra de periodistas , corresponsales de medios extranjeros cuyo contenido informativo se desvincula con la agenda oficial del presidente Juan Orlando Hernández. En esta campaña no se salvan ni los defensores y defensoras internacionales de derechos humanos a quienes se les señala de disociadores.
Al trascurrir una semana del atentado contra el Periodista Félix Molina, este hecho no ha sido investigado por los organismos de justicia en el país aún y cuando el comunicador se encuentra recuperándose gracias al apoyo de organizaciones de derechos humanos y de organismos internacionales, pero todo parece indicar que se quedará en un “incidente común”.
Más de 80 estudiantes, entre ellos tres menores de edad, fueron detenidos ilegalmente este 06 de mayo de 2016, por hacer uso de su derecho a la protesta. La represión no solamente vino de la policía sino de jueces y fiscales que han dejado a cinco de ellos para iniciarles un proceso penal, como parte de una estrategia para establecer el miedo y que ya no haya resistencia contra la decisión del ministro de Educación, Marlon Escoto, que impuso alfabetización obligatoria como requisito de graduación.
El ataque en contra de periodistas y comunicadores sociales al interior de nuestro país, es una problemática que permanece en silencio, pero que se ha incrementado en los últimos meses. Los responsables de realizar este tipo de acciones van desde miembros de las Fuerza Armadas y de la policía hasta las autoridades municipales, quienes llegan al punto de levantar procesos penales para silenciar las voces que incomodan su no tan transparente accionar.
El periodista Félix Molina desde su lecho de recuperación en el Hospital Escuela, ha enviado un mensaje donde deja entrever la posibilidad de salir del país ante las acciones de grupos paralelos que usan "nuestros cuerpos para enviar mensajes de violencia", ante la fragilidad del Estado y su propia fragilidad como periodista independiente, señala que considera prudente atender opciones que personas y gobiernos le han ofrecido para recuperar su salud, al tiempo que asegura que su compromiso con el país continuará.