Este movimiento que se ha hecho viral, exige una respuesta por los fraudes en compras de hospitales móviles y equipo de bioseguridad, que se han realizado por las instituciones encargadas de gestionar el presupuesto asignado para el combate de la pandemia de Covid-19.Pero la fuerza del mismo y que se sale de las manos del gobierno, provoca la ira del gobernante y de sus funcionarios.
Se trata de pintas en las principales calles de ciudades y por redes sociales, esto ha provocado enojo en los funcionarios estatales, entre ellos el presidente de la República e intentan borrar las pintas con aceite quemado, arena, diluyentes y otros mecanismos que no han funcionado.
La reactivación de la protesta surgió esto domingo 09 de agosto, cuando en el puente “Fe y Esperanza”, de la ciudad de Tegucigalpa, en el Boulevard Suyapa, apareció el mensaje “DONDE ESTA EL DINERO #Honduras Lo Exige”, trabajadores de la alcaldía se apersonaron al área para intentar borrarlo con disolventes para pintura. Este lunes 10 de agosto con aceite quemado el cual provoco más de 10 accidentes en el lugar para los motociclistas, por lo que tuvieron que cerrar el paso y el martes empleados municipales le echaron arena, lograron cubrirlo sin quitarlo, pero un decenas de personas llegaron a repintarlo este miércoles.
Las acciones se han vuelto inesperadas porque puede aparecer una pinta en cuanlquier lugar del país. La intolerancia del gobierno ha llegado a extremos, como el sucedido al activista social Miguel Briceño, que el lunes anterior por el solo hecho de ir a tomar una foto a la pinta colocada cerca de la universidad nacional, fue seguido por agentes policiales que amenazaban con capturarlo.
Sin poder esconder la corrupción
El gobierno separó a Gabriel Rubí, quién se desempeñaba como ministro de la Comisión Permanente de Contingencias, (COPECO), por irregularidades en el presupuesto asignado a compras de equipo de bioseguridad.
Meses después el Consejo Nacional Anticorrupción, (CNA), identificó 57.5 millones que fueron mal usados por Invest-H, dirigido en ese momento por Marco Bográn, quien gestionó las compras de los hospitales móviles, entre ambos se calcula que del 100 por ciento destinado al manejo de la crisis, un 70% fue saqueado de las instituciones. Aunque hay supuestas investigaciones del ente acusador, en los dos casos, aún no hay respuestas de dónde está el dinero.
Los hospitales móviles llegaron al país en junio pasado, pero la prensa fue censurada de transmitir el desembarque, pero el CNA corroboró que el estado de las compras era de baja calidad y hasta usados algunos de los equipos.
Lo que callan los medios
Gilberto Ríos Munguía, dirigente popular de la resistencia, manifestó que el movimiento surge del clamor popular ante los desfalcos, pero también de los presupuestos porque ninguna de las cuentas que el gobierno ha presentado cuadran con las compras, empezando por las mascarillas, los respiradores y hospitales. Hay fondos que aparecen ya ejecutados y no corresponden a la atención recibida por el pueblo hondureño.
Ríos agregó que esto se asemeja a la marcha de los indignados del 2015 cuando saquearon el Instituto Hondureño de Seguridad Social, (IHSS),surgió el “Fuera JOH”, desgraciadamente los medios sobre todo los corporativos responden a un interés ligado al régimen por eso “cuando los medios callan, las paredes hablan”, reflejando un expresión popular de llevar esa pregunta a las calles, paredes y otros medios.
Censura siempre va a haber por parte del Estado, incluso muchos de los jóvenes que han salido son capturados, estamos en un régimen dictatorial que viola los derechos humanos que mantiene presos políticos, personas en el exilio, el secuestro de cuatro líderes garífunas, que son características de intentar ocultar las atrocidades cometidas, indicó el dirigente.
Alejandro Bonilla, joven y dirigente popular, explica que es un movimiento que debido a la pandemia no se ha podido realizar acciones de protesta en contra de la corrupción que comete la dictadura con la población que está sufriendo hambre y mala atención de salud.
Según Bonilla, sí ha habido repercusiones de la Policía Nacional y militar para los jóvenes que salen a las calles a realizar las pintas y es el pueblo quien les ha brindado un respaldo en las redes sociales porque se vive en un Estado fallido, donde los corruptos del caso pandora fueron liberados por el sistema judicial y lo mismo puede pasar con los funcionarios señalados en el fraude de la pandemia.
Las acciones de protesta se han virilizado a través de hashtag, una canción escrita por Quique Gonzales, otra por por los Polirrateros del Norte, grafitis en los suelos, paredes y mantas, camisas serigrafiadas, inscripciones en la comida, carteles, provocando a funcionarios como Lisandro Rosales quién respondió “si quieren saber dónde está el dinero, primero deben decirme dónde está el dinero de la cuarta urna”.
Asimismo la campaña en redes sociales puede ser pasajera indicaron los dirigentes, pero no se puede borrar la memora de las personas que saben que la insignia significa el robo a gran escala que en plena crisis de salud, le hicieron a la población hondureña.