A más de 12 días de la huelga de hambre de estudiantes de la Universidad Nacional autónoma de Honduras, UNAH, ya son siete que participan en la misma, la cual se inició con demandas concretas desde el pasado 27 de junio de 2017, entre ellas la renuncia de la rectora Julieta Castellanos y el cese de la criminalización de quienes hacen uso de su derecho legítimo de libertad de expresión a través de la protesta social.
Pasosdeanimalgrande.com a través de la serie “Historias no contadas de una huelga de hambre en la UNAH”, entrevistará a las y los estudiantes que están sacrificándose en la huelga de hambre que se inició para demandar democratización en la universidad nacional
Melisa Rodríguez, una de las participantes en esta huelga proviene de un hogar en donde aprendió todo lo que sabe sobre conciencia social, inició su militancia en la lucha estudiantil desde que cursaba secundaria, aproximadamente a los 12 años de edad.
Aseguró que creció con una familia muy consciente que ha cultivado en ella ser leal a sus principios y a defender su libertad de pensamiento.
Ya en la UNAH vio la necesidad de organizarse para combatir las injusticias que imperan en la máxima casa de estudios del país hacia los y las universitarias.
Tiene la plena seguridad que si la comunidad universitaria se une, pueden hacer cambios sorprendentes en la academia haciendo uso de los recursos científicos, investigativos y lograr que sea la cuna del pensamiento crítico y propositivo para que haya transformaciones en la sociedad hondureña.
Melisa tiene muchos sueños y metas después de graduarse que incluyen ser una persona que aporte al bien común del pueblo hondureño, para llegar a conseguir una verdadera justicia social y espera que sus anhelos no estén tan lejos de alcanzar.
Se dio cuenta un martes a través de las redes sociales que varios compañeros del Movimiento Estudiantil Universitario,(MEU), que decidieron declararse en huelga de hambre como una forma de manifestación pacífica que aportará para que se abran espacios de discusión y así resolver la crisis universitaria.
“Yo dije, no me puedo quedar durmiendo tranquila mientras mis demás compañeros están allí aguantando hambre, en el plantón que hicieron pregunté si me podía sumar, me hicieron la evaluación médica para ser parte de la huelga de hambre” , explicó la joven encapuchada.
La voz y las letras nunca se han sometido en la UNAH |
Estos días ha presentado dolor de cabeza, mareos y dolor en el cuerpo, ya camina despacio porque su energía ha menguado bastante, habla más lento, su rostro se observa demacrado, cansado, y sus labios secos y resquebrajados.
Manifestó que al momento en que su familia se dio cuenta de que era parte de la huelga se enojaron.
Al respecto Rodríguez dijo que “no era porque no apoyaran la lucha sino por temor, por todas las cosas que han estado sucediendo, como dice mi mami no le podemos quitar la lucha y me visitan todos los días y se están conmigo platicando”.
Instó a los y las universitarias que se informen de la situación que están atravesando como estudiantes dentro de la UNAH, que analicen y “lo único que pedimos es que sean un poco más conscientes de que esta lucha no la hacemos nosotros siete para, sino para que sus y nuestras generaciones puedan tener oportunidad de una educación gratuita y de calidad”.
Sus largas noches de espera en medio de la impunidad y el autoritarismo se combinan con esperanza y sobresaltos de represión pues hay disparos, sirenas de patrullas y anuncios de desalojos.
Pero sus esperanzas se combinan con miles de estudiantes universitarios que aportan desde diferentes áreas. La lucha es larga pero tendrá éxito dijo convencida.