“Me amenazaron que me iban a embolsar y que no me dejara filmar por los medios de comunicación, eso fue lo que me salvó, después me llevaron a dos postas de policía donde me obligaron bajo amenazas a firmar una hoja donde decía que estaba acusado por atentado y daños, no tuve opción me amenazaron con presentar más cargos si no les firmaba”, dijo Marvin Israel Campos, estudiante de la UNAH y tesorero de la Asociación de Estudiantes de Psicología, desde una celda de la Policía Metropolitana número Uno, CORE7, esta mañana del 29 de septiembre de 2017.
Con Campos sería el primer estudiante procesado en la gestión del rector Francisco José Herrera Alvarado, que apenas este martes 26 de septiembre asumió su cargo de forma interina en sustitución de la ex rectora Julieta Castellanos, que dejó abarrotados los tribunales de juicios contra estudiantes.
“Nunca me imaginé que después de hacer trabajo en grupo con compañeros de la clase de Medición Tres de la carrera de psicología donde estudio, me detuvieran sin haber hecho nada, me amenazaron con desaparecerme y que me meterían en una bolsa plástica”, expresó Campos cuando fue abordado por la Asociación por la Democracia y los Derechos Humanos, ASOPODEHU y pasosdeanimalgrande.com.
Agregó que “estuvimos haciendo un trabajo desde las dos de la tarde hasta las 3:30 p.m. pero todo estaba afuera militarizado, nos llegaron las cinco de la tarde y seguía igual, por lo que decidí salir solo de la UNAH, mis compañeros se quedaron adentro, cuando salgo elementos COBRAS me dijeron que les mostrara la mochila y como andaba una camiseta con la cual limpio mis lentes, dijeron que la usaba como capucha, procedieron a capturarme y me prohibieron dejarme filmar por los medios de comunicación”, dijo el estudiante quien aún el miedo le recorre todo el cuerpo al pensar que terminaría en una bolsa plástica muerto.
Los COBRAS me trataban con palabras bien feas, después fueron ante un comisario que manejaba una tanqueta y él les dijo que me llevaran a la posta policial, conduciéndome a dos postas policiales de la colonia Suyapa, una de ellas está enfrente de la iglesia, relató.
“Hey vos por qué dejaron que lo filmaran los medios, qué cagada, ya no podemos hacer nada”, dijo uno de los COBRAS, ya en una de la posta policial. Un COBRA de apellido Rodríguez le dijo que se merecía cinco años de cárcel, mientras otro insistía que lo iban a desaparecer y encostalar.
A esta hora permanece detenido en una celda insalubre, apestosa a orines y con ratas saltando por todos lados. El estudiante Campos es solo un ejemplo de cómo la criminalización en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras no tiene fin y además vincula con otra violación de derechos como es la integridad, el ser llevado a un juicio justo y tener igualdad de condiciones para defenderse, pero en Honduras eso es una utopía en este momento.
La Dirección de Investigación Policial, DPI dice seguir recabando evidencias en contra del estudiante. Es “norma” que el Ministerio Público presente acusaciones sin sustento, también es cotidiano que en Honduras los jueces ni siquiera se preocupen por desechar esas pruebas falsas, y generalmente se congracian con ese ente acusador que promueva la injusticia.