El nuevo Código Penal hondureño que entrara en vigencia el próximo 10 de noviembre del presente año, trastoca las libertades y tiene un efecto negativo en el sistema democrático en el país.

Una tienda de un mall de la capital hondureña atrayendo clientes con hombres  encapuchados. Allí no llega la policía a detenerlos, ni el Ministerio Público les libra requerimientos fiscales porque ellos son usados por el sistema capitalista para incrementar el lucro empresarial. No sucede lo mismo con los estudiantes encapuchados de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras quienes por el solo hecho de protegerse de la criminalización por ejercer su derecho a la libertad de expresión a través de la protesta social, tienen decenas de procesos judiciales.