"Ser periodista ambientalista en el país es un suicidio, porque las denuncias que se hacen son en contra de empresas nacionales y extranjeras que tienen socios o amigos cercanos en el gobierno, son un punto tan peligroso que podemos estar seguros que la muerte estará pronto entre nosotros o nuestra familia", expresó una de las personas entrevistadas de este sector que pidió reservar su nombre.
Otra manifestó que “es casi una inmolación denunciar la situación dem medioambiente en Honduras porque uno no sabe a qué se expone, en lo personal, no me da pena decirle, pero tenemos miedo, hemos visto que en Honduras es factible terminar de exiliados o muertos”.
Hablar de la minería a cielo abierto, las hidroeléctricas y otros megaproyectos donde están involucrados grandes negocios, es altamente peligroso pues las compañías cuentan no solo con sus ejércitos privados sino con sicarios, grupos paramilitares, la policía y el ejército, según denunciaron los consultados por pasosdeanimalgrande.com
De acuerdo al informe más reciente de la organización británica Global Witness más de 120 personas defensoras del medio ambiente y la tierra han perdido la vida del 2010 a la fecha y sus crímenes están en la completa impunidad. Ese informe publicado en enero de este año puso de correr a los perpetradores y funcionarios que son cómplices para que la impunidad se pasee tranquila sin ninguna consecuencia.
"Cuando un periodista denuncia ante las autoridades competentes los daños contra el ambiente recibe las represalias tanto de las empresas como de todo el aparato de seguridad del Estado, teniendo en cuenta que estos últimos son los encargados de custodiar, reprimir y ejecutar acciones", denunció un tercer entrevistado.
La oportunidad que tienen para arremeter contra las y los comunicadores defensores del ambiente es el manto de la inseguridad y la impunidad que impera en el país, “lo que hace más fácil que hayan atentados a la vida de los periodistas y darle un matiz de delincuencia común”, dijeron.
Si los recursos se explotaran de manera que se protegiera el medio ambiente, no habría necesidad de cubrir con sangre el suelo hondureño, pero “aquí se anteponen los intereses empresariales antes que las necesidades de un pueblo”, se quejó uno de los comunicadores sociales.
Cuando le toca a los gobiernos elegir entre el ser humano y los proyectos de muerte que matan el medioambiente, siempre deciden por la empresa, la batuta de la defensa la llevan pocos periodistas y eso es entendible, porque unos trabajan en medios de comunicación grandes, y muchos se ven censurados desde esos espacios para hablar de dichos temas” , añadieron.
Para proteger sus vidas la gran parte de los periodistas han dejado de ser caras visibles en esa temática por el riesgo que corren, “por pánico, por miedo no les queda más que bajar la guardia y esa es una de las opciones que ven los comunicadores para salvaguardar sus vidas, porque el Estado no tiene la capacidad para proteger a los periodistas amenazados, ya que hemos denunciado ante el Comisionado de Derechos Humanos y la Policía Nacional, sin obtener respuestas”, detalló otro de los entrevistados.
Dejó entrever que el gran meollo del asunto es que “en la mayor parte de actividades que tienen que ver con los efectos en el medio ambiente son corresponsales o comunicadores de medios locales o pequeñas radios y el lugar más cercano para denunciar es la posta o la oficina de la Fiscalía, a pesar que muchas veces esa misma policía está condicionada a apoyar a una empresa y en la represión no hay posibilidad de manifestarse”.
Un relato
En una ocasión después de una reunión con un Fiscal del Medio Ambiente del Ministerio Público, a un periodistas y a sus acompañantes los interceptó un vehículo, arrebatándoles el expediente sobre una empresa , “nos robaron el documento de manera violenta, fue una forma de decirnos no se metan con nosotros, esto, saliendo de la oficina del funcionario, a dos cuadras del lugar, se trataba del caso de Gas del Caribe, ubicado en Omoa, departamento de Cortés".
Agregaron que existen muchas fuentes que también corren peligro en el momento de dar información a las y los periodistas y que han perdido la vida por esa participación en la defensa del medio ambiente.
German Rivas director y propietario del canal de televisión Corporación Mayavisión, fue asesinado el 26 de noviembre de 2003, en Santa Rosa de Copan, Copan, se destaca como el primer periodista ambientalista acrribillado. Él se disponía a transmitir su noticiero CMV Noticias, del canal 7 ese fatídico día cuando los criminales llegaron. Anteriormente fue objeto de un atentado en febrero de 2003, las autoridades nunca investigaron el hecho e incluso archivaron su caso. El comunicador se había destacado por difundir en sus espacios noticiosos información vinculada al medio ambiente.