Tres periodistas expusieron en el seminario virtual “Pandemia y autoritarismo: Retos de la libertad de prensa en el norte de Centroamérica”, impulsado por la Alianza Américas y la Fundación Heinrich-Böll-Stiftung, donde las exponentes detallaron grandes retos frente a los ataques desde la relación de los funcionarios y gobernantes e incluso medios de comunicación para obstaculizar la información, como una forma de deslegitimar y poner en duda la veracidad, limitando la libertad de expresión y de prensa.
Julia Gavarrete, de la Revista Gato Encerrado de El Salvador; Alejandra Gutiérrez, de Agencia Ocote, en Guatemala y Danielle Mackey, periodista de del periódico digital Contracorriente de Honduras, detallaron el contexto de estos problemas en sus respectivos países.
Mackey explicó que en el contexto de Honduras, los ataques a la prensa ahora vienen de los mismos presidentes como un acto muy peligroso y cínico, también la resistencia de algunas redes de poder que no están acostumbradas a ser cuestionadas, porque antes no se le prestaba mucha atención a los actos de corrupción o “delitos de cuello blanco”, ya que las maras y pandillas eran un escudo muy conveniente para distraer.
Para las panelistas la mala situación democrática se destaca porque los líderes de la región son electos por la población, y utilizan la vieja receta de usar a Dios y la familia, mientras llenan las cárceles de seres humanos, lavan dinero desde las instituciones públicas, sirven al partido político que los impulsó, funcionarios que no quieren pagar impuestos y están coludidos con el sistema neoliberal cuyo único fin es el de generar ganancias.
Entretanto Gutiérrez, de Guatemala, expresó que existe opacidad e incapacidad para dar la información, que no está fluyendo sino que se centraliza con conferencias de prensa escuetas, donde incluso evitan dar participación a medios críticos o independientes.
Según las panelistas, la democracia controla los elementos más importantes y poderosos de la sociedad, pero actualmente esos centros de poder están ocupados por empresas, fuerzas de seguridad como los ejércitos y policías, sobre los cuales el sistema tendría que tener mecanismos para frenar a los líderes y también imponerles la responsabilidad de responder con claridad frente a los ciudadanos, así el periodismo sirve como un espejo que refleja la transparencia con la que se dirigen a la sociedad.
Gavarrete, de El Salvador, expuso que como una manera de paralizar la labor periodística se está retrasando el acceso a la información, la cual entregan incompleta después de un arduo manejo burocrático, conferencias de prensa herméticas, donde buscan influir en el mensaje directo a favor de gobernantes y haciendo ver a los periodistas como una broma.
Asimismo, otro desafió expuesto es una narrativa desde funcionarios y gobernantes de manipular por medios propios la veracidad del trabajo periodístico, ayudándose desde élites políticas para erosionar el hecho de que existen verdades expuestas y que deben eliminar, violentando los derechos de la ciudadanía y el trabajo de los periodistas de la región.