La tasa de impunidad, en un país gangrenado por la violencia del crimen organizado y por la corrupción, es una de las más elevadas del continente. Se emprenden regularmente acciones judiciales abusivas contra los periodistas y las penas de prisión por difamación son habituales. Algunas veces, van acompañadas de la prohibición de volver a ejercer el oficio. El nuevo Código Penal, aprobado en 2020, contiene artículos liberticidas, en especial, la penalización del derecho de manifestación y reunión, y constituye una amenaza para la libertad de prensa, agrega el documento.
Los periodistas de la prensa afín a la oposición y los medios comunitarios son agredidos con regularidad, y son el blanco de campañas de acoso e intimidación, amenazas de muerte o exilios forzosos. La mayoría de las veces, las agresiones y actos de violencia contra la prensa son cometidos por las fuerzas del orden, en especial por parte de la policía militar y el ejército.
RSF analizó el contexto político y llegó a la conclusión que" Las elecciones presidenciales de noviembre de 2021 otorgaron una amplia mayoría a la candidata de la izquierda opositora Xiomara Castro (Partido Libre), poniendo fin a una década en el poder del Partido Nacional, después de tres mandatos presidenciales. Sin mayoría en el parlamento, como resultado de las elecciones legislativas que se celebraron simultáneamente, el Partido Libre tendrá que negociar con las demás formaciones para aplicar su programa de reformas sociales, en un contexto tenso. La connivencia entre los medios y una parte de la clase política constituye un obstáculo para la libertad de expresión".
En el año 2021 la posición de Honduras fue de 161, en este cuadro se puede verificar la situación grave de libertad de expresión en el país:
CLASIFICACIÓN MUNDIAL DE LA LIBERTAD DE PRENSA 2022: LA NUEVA ERA DE LA POLARIZACIÓN
La vigésima edición de la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa realizada por Reporteros Sin Fronteras (RSF) revela una doble polarización, amplificada por el caos informativo: la polarización me diática, que crea fracturas dentro de los países, y la polarización de los Estados, a escala internacional.
Una nueva metodología para la Clasificación
Con motivo de la vigésima edición de la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa, RSF ha evolucionado su metodología, trabajando con un comité de expertos* procedentes del mundo académico y mediático.
Este trabajo ha permitido definir la libertad de prensa como “la posibilidad efectiva para los periodistas, como individuos y como colectivo, de seleccionar, producir y difundir informaciones en aras del interés general, independientemente de las interferencias políticas, económicas, legales y sociales, y sin amenazas para su seguridad física y mental”. El resultado son cinco nuevos indicadores que estructuran la Clasificación y que dan una visión de la libertad de prensa con toda su complejidad: contexto político, marco legal, contexto económico, contexto sociocultural y seguridad.
En los 180 países clasificados por RSF, estos indicadores se evalúan sobre la base de un listado cuantitativo de los ataques cometidos contra periodistas y medios, así como del estudio cualitativo de las respuestas de centenares de expertos en libertad de prensa seleccionados por RSF (periodistas, académicos, defensores de los derechos humanos…) a 123 preguntas. El cuestionario ha sido actualizado con el fin de reflejar mejor determinados factores, especialmente los relativos a la digitalización de los medios.
Esta evolución metodológica hace que las comparaciones en posición y en puntuación entre 2021 y 2022 deban manejarse con precaución. La recopilación de datos se detuvo a finales de enero de 2022, pero se han realizado reactualizaciones entre enero y marzo de 2022, para aquellos territorios en los que la situación había cambiado drásticamente (Rusia, Ucrania y Mali).
Un entorno cada vez más tóxico en América Latina
En casi todo el continente, los periodistas desarrollan su labor informativa en un entorno cada vez más deteriorado y tóxico. Como ya sucediera en 2020, la crisis del coronavirus ha supuesto un acelerador de la censura, ha generado graves dificultades económicas a la prensa y ha planteado serios obstáculos para acceder a la información sobre la gestión de la pandemia por parte de los gobiernos de Latinoamérica.
La desconfianza hacia la prensa ha seguido ganando terreno, alimentada por una retórica contra los medios y una generalización de los discursos estigmatizantes por parte de la clase política, especialmente en Brasil (puesto 110º de la Clasificación), Cuba (173º), Venezuela (159º), Nicaragua (160º) y El Salvador (112º). Cada vez más visibles y virulentos, estos ataques públicos fragilizan a la profesión y alientan procedimientos judiciales abusivos, campañas de difamación e intimidaciones -especialmente contra las mujeres- y acoso en Internet contra los periodistas críticos.
Nicaragua (160º) protagoniza el mayor descalabro (pierde 39 posiciones) y entra en la zona roja de la Clasificación. La parodia de elecciones organizadas en noviembre de 2021, que llevaron a Daniel Ortea a su cuarto mandato consecutivo como presidente, se ha sucedido de una persecución feroz contra las voces críticas. Los últimos bastiones de la prensa independiente son asediados y la gran mayoría de los periodistas independientes han tenido que huir del país.
La situación en El Salvador (112º), que registra por segundo año consecutivo una de las caídas más pronunciadas de América Latina (-30), es también extremadamente preocupante. Desde su llegada al poder en 2019, el presidente Nayib Bukele juega al peligroso juego de multiplicar los ataques y amenazas contra los periodistas críticos con su administración, creando así la imagen de una prensa enemiga del pueblo. Esta deriva autoritaria se acompaña de cambios en el marco jurídico (como la “Ley de Agentes Extranjeros” u otras modificaciones del código penal) que hacen que el trabajo de la prensa sea aún más complejo.
Con al menos siete periodistas asesinados en 2021, México (127º) se mantiene como el país más mortífero del mundo para la prensa y se sitúa en la posición 179 sobre 180 del indicador de seguridad para los periodistas. Costa Rica sigue siendo la excepción del continente y el alumno aventajado de América Latina (8º en la Clasificación).
Metodología utilizada, véala Aquí
Vea en el sitio web de RSF la información sobre Honduras:
https://rsf.org/es/pais/honduras