Trujillo, Colón.- El día que la detuvieron le dijeron puta, zorra, negra, la encarcelaron toda la noche en una pestilente celda con olor a orines y a heces fecales. Al día siguiente la sacaron de su celda para llevarla ante el juez. Aún estaba afectada porque la tarde anterior su hijo lloraba mientras un contingente de policías y militares la arrestaban. Madeline Martina David Fernández contó que para ellos la vida es un proceso de mucha resistencia, mucha lucha y mucha perseverancia.
Medelín Martina David Fernández contó la forma en que la apresaron. |
«Fue el 10 de noviembre de 2016, a eso de las 4:30 de la tarde, estando en el predio estábamos con unos compañeros, los hombres rajaban leña y los hombres halaban para la cocina y así poder prepararnos para la hora de la cena, recibí una llamada donde decían que habían pasado como siete patrullas hacia la comunidad, pero no hicimos mucho caso porque días anteriores ya habían estado los policías y no se quedaban en el predio sino que se trasladaban al sector de Betulia que justamente ahora mismo también está en un proceso de lucha contra una hidroeléctrica y por eso no hicimos caso, pero ellos entraron y llegaron como si fuera una película que iban a atacar a algún narcotraficante, pero pues, estaba al otro lado del campamento pero como no soy ladrona, no soy narcotraficante, simplemente soy una madre y una joven que reclama un derecho que ancestralmente le corresponde y le pertenece y me trasladé hasta donde ellos estaban, todos iban armados».
«Y al ver mi hijo que me estaban atacando a mí directamente, mi hijo lloró, gritó y yo me descontrolé totalmente, empecé a pelear porque no me dejé, ellos no pudieron esposarme, ellos lograron esposarme hasta ya salir de Santa Fe, casi llegando a Trujillo, porque ellos vieron las intenciones en mí que yo me iba a tirar del carro y sí lo iba a hacer aunque quizás hubieran daños más grandes, pero esa era mi intención. Yo me subí sola a la patrulla, les dije suéltenme me voy a subir sola a la patrulla, pero yo iba gritando en todo el camino para que la gente se desplazara y a los 15 minutos de llegar a la policía de Trujillo toda la comunidad se trasladó también. Salió un bus y dos carros para estar conmigo toda la noche mientras yo estaba detenida».
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«Me agredieron, me golpearon, me doblaron una costilla, esta cicatriz en la pierna derecha me la hicieron para poderme esposar me doblaron el cuello, me pusieron como 7 conos en la cabeza atándome dos hombres en cada vaso mientras el carro corría.Me maltrataron, se dirigieron a mí de forma despectiva, me dijeron puta, me dijeron zorra, de todo un poco”.
Decían, estos negros ya me tienen harto de tanto estar peleando tierras que ni ellos mismos usan, ya me tienen hartos estos negros. Nos están etiquetando y es acto de discriminación. Eran oficiales de la Naval», recordó.
«Estamos conscientes que lo que estamos defendiendo porque nosotros somos dueños de títulos ancestrales de nuestras comunidades que ya traen sus clausulas reformas donde nos amparan y a sabiendas de ese derecho como jóvenes de la comunidad queremos recuperar ese espacio porque el nivel de hacinamiento es demasiado grande nos urge expandirnos por eso estamos firmes porque hay una necesidad básica».
«Tengo 29 años, me atacan directamente porque saben que yo soy la cabeza del movimiento en Guadalupe, Colón, debido a muchos procesos que he pasado con OFRANEH nuestra organización madre de esta lucha».
El terreno en litigo es un lugar donde antes había un proyecto para las mujeres de la comunidad, se llamaba Mutu, que significa amigas, eran unas cabañas como un centro de retiro, para diferentes eventos, entonces ese predio, de mala forma lo obtuvieron los canadienses aun antes de que ellos compraran, ellos se reunieron con la comunidad y la comunidad les manifestó que la comunidad no estaba vendiendo ni regalando sus territorios, contó.
Por ahora los canadienses, han desarrollado en su territorio ancestral, alegan los garífunas, varios proyectos habitacionales, entre otros, Njoi Trujillo, Njoi Santa Fé, la residencial Altavista, con acceso exclusivo.Al mismo tiempo ha acusado a cuatro mujeres garífunas por daños contra su honor.
La querella forma parte de una serie de acciones judiciales contra la comunidad garífuna. El 10 de noviembre de 2017 fue detenida la garífuna Medelin David Fernández, por usurpación, acusada también por Forseth, el caso se paralizó cuando la indígena demostró con un título comunitario que estaba en tierra ancestral. Su carta de libertad fue apelada y quedaron pendientes de juicio tres garífunas más que no habían sido capturados.
El 19 de mayo de 2017 en Sambo Creek, Atlántida, fue detenido el dirigente comunitario y miembro de la Coordinación General de la OFRANEH, César Geovany Bernardez, por el mismo caso, fue acusado de usurpar un terreno que se encuentra dentro del título comunitario otorgado a la comunidad de Guadalupe.
Bernardez fue llevado con aros de presión y grilletes ante la justicia como si se tratara de un peligroso criminal, dijo Celso Guillén, después de eso también él y Cosme Ávila se presentaron al juzgado y recibieron carta de libertad.
«Los canadienses y los garífunas no somos iguales ante la ley, aquí la ley cobija a los que tienen más por dinero, raza y por la condición económica», indicó.
Por ejemplo, «la orden de captura contra Randy Jorgensen estuvieron un año y medio para que se pudiera presentar sabiendo la policía donde estaba y más bien la policía lo cuidaba y nosotros librase la orden de captura y el mismo día vinieron».
«Como habíamos señalado con anterioridad, las resoluciones emitidas el 16 de diciembre de 2016, por el Juzgado de Letras sobre el expediente 206-16, demuestra que en Honduras no existe ninguna protección para los pueblos indígenas, mientras a los “inversionistas” extranjeros se les respeta y protege a pesar de los despojos que se comete contra propiedad comunitaria, a los líderes y dirigentes comunitarios se les encarcela, tal como sucedió con Medelyn David y ahora Geovany Bernardez», dice un comunicado de OFRANEH.
Ahora Patrick Daniel Forseth acusó criminalmente a la defensora Miriam Miranda, Coordinadora de la Organización Fraternal Negra de Honduras, OFRANEH, a Madeline Martina David, Neny Heidy Ávila y a Lety Hernández, presidenta del patronato de Guadalupe. La acusación es por daños contra su honor.En el escrito menciona a los periódicos criterio.hn, elpulso.hn, albasud.org, página del patronato Guadalupe (LetyBernardez) y Patronato Neny Ávila y la página web de OFRANEH. Así consta en la querella TSTC-Q-02-2017.
La presidenta del patronato de Guadalupe dijo que la acusaron penalmente unos días después de rechazar ofertas para reunirse aparte con los canadienses. |
El delito que Forseth les imputa es calumnias y difamación. «Desde hace tiempo han estado publicando en diferentes medios de comunicación, sitios electrónicos, redes sociales, etc, acciones y situaciones que son completamente falsas tales como que y forma parte de una mafia que se dedica a la producción y distribución de pornografía que el dinero que usamos para compra de propiedades son producto de actividades de narcotráfico y lavado de activos las cuales son acusaciones absolutamente falsas e infundadas sobre todo extremadamente delicadas... », dice el escrito.
Agrega el relato que «asimismo mencionan de que yo robé las tierras a miembros de la comunidad garífuna de Guadalupe empleando engaño, la fuerza y amenazas a muerte tales falsas imputaciones han dañado y denigrado tanto mi imagen y reputación personal como la empresa que yo represento Carivida S. de R.L».
La presidenta del patronato de Guadalupe dijo que recibió varias llamadas de representantes de Forseth para reunirse con ellos a solas, como a espaldas de la comunidad y se negó en varias veces en asistir, como resultado ahora la acusaron por difamación, dijo. El día que el equipo de investigación de Pasosdeanimalgrande.com viajó a la zona para constatar la historia “Nos tomaron fotografías y hubo vigilancia por parte del personal de las empresa del canadiense”.
Durante la visita de campo, se trató de conocer la versión del señor Forseth a través de su apoderado legal Carlos Barahona Ochoa, pero no respondió el teléfono móvil ni un correo elecetrónico. Además se ha tratado de obtener respuestas del señor Randy Jorgensen sobre este tema.