El COPINH emitió un comunicado para referirse a esta arbitrariedad que se da en un contexto de violencia contra defensores y defensoras de derechos humanos y la criminalización de acompañantes internacionales de derechos humanos, tal como sucedió en mayo de este año cuando esta organización fue repremida por la policía cuando demandaba justicia para Bertha Cáceres y se inició la cacería contra personas defensoras internacionales. A la defensora italo-alemana, Giulia Fellin, se le instrumentalizó una compaña de odio a través de redes sociales, agentes migratorios le dieron seguimiento , y a otras se les abrió procesos administrativos en Migración para generar el temor y que dejaran de realizar su labor de protección de derechos fundamentales en Honduras, de acuerdo a tratados y convenios internacioanales.
A continuación el pronunciamiento publicado por el COPINH:
El Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras COPINH se pronuncia acerca de la retención y deportación del acompañante y observador internacional de derechos humanos Luis Díaz, por parte de las autoridades de migración de Honduras.
A Luis Díaz se le detuvo en el aeropuerto Toncontín de la ciudad de Tegucigalpa el día de ayer 25 de octubre cuando regresaba de España, su país natal, luego de hacer visitado su familia y haber conseguido materiales donados para el COPINH. Su venida tenía el propósito de proseguir con su labor de acompañante internacional y observador de derechos humanos.
A su arribo, sin mayor información fue detenido por agentes de migración e incluso fue esposado cuando se negó a ser trasladado sin la explicación pertinente del caso. En estas circunstancias le fue negada la asistencia jurídica de las organizaciones que se hicieron presentes en el aeropuerto al percatarnos de tal irregularidad para su entrada, y en la mayor irresponsabilidad fue deportado de vuelta para su país esgrimiendo argumentos que demuestran el descaro de esta institucionalidad para violar los derechos de defensores y defensoras de derechos humanos.
Debemos rectificar versiones malintencionadas y amarillistas que vinculan a Luis como testigo del asesinato de nuestra coordinadora general, Berta Cáceres. Esto es falso. Sin embargo, en su labor de observador internacional, sí ha sido testigo de las amenazas y agresiones vertidas por parte de trabajadores de DESA en contra de ella, la coordinación general y la comunidad de Río Blanco.
Esta acción se realiza en franca violación al derecho a defender derechos humanos por parte de organizaciones y cualquier persona y respaldada en los tratados internacionales vinculantes firmados por el Estado de Honduras.
El observador internacional Luis Díaz ha acompañado a la organización haciendo grabación de video y difusión de información acerca de la violación de derechos humanos que sufren los procesos comunitarios del COPINH, en especial en la comunidad Lenca de Río Blanco. De igual manera ha acompañado las acciones de movilización que la organización ha desarrollado y ha sido testigo y víctima de la represión por parte del Estado y el gobierno Hondureño a la que somete al pueblo Lenca.
El derecho a la protesta es un derecho fundamental y mucho más cuando se vive en un país gobernado por una dictadura sanguinaria, narcotraficante y corrupta. Los acompañantes internacionales han sido testigos de las acciones de este gobierno y sus instituciones, y han difundido los resultados de sus investigaciones, por eso se les persigue y criminaliza. Recordamos los hechos de mayo pasado en los que información personal de una acompañante italiana se hizo pública, poniendo en riesgo su vida.
Esta acción arbitraria se da como retaliación por las acciones emprendidas por los organismos y personas internacionales de derechos humanos para denunciar la situación de criminalización, estigmatización, persecución y asesinato sufridas por las organizaciones sociales y populares en Honduras.
Estos hechos son una muestra de la falta de garantías mínimas y voluntad política para proteger a las organizaciones que defienden los derechos de los pueblos indígenas. Es un pésimo antecedente y deteriora, una vez más la imagen del Estado hondureño, que demuestra su miedo para que se verifiquen las sistemáticas violaciones contra los pueblos indígenas.
La deportación del acompañante de COPINH demuestra, una vez más, la campaña sistemática por parte del gobierno y las autoridades en contra del COPINH, con la intención de detener el avance de los procesos de resistencia en contra de la implantación del modelo extractivista en nuestros territorios y el desarrollo de alternativas para las comunidades Lencas, fuera del modelo capitalista neoliberal.
Exigimos que estas acciones sean investigadas y corregidas.
Llamamos a las organizaciones nacionales e internacionales de solidaridad a denunciar este nuevo atropello contra el COPINH.
Dado a los 26 días del mes de Octubre de 2016 en La Esperanza, Intibucá.
Con la fuerza ancestral de Berta, Lempira, Mota, Etempica, Iselaca se levantan nuestras voces llenas de vida, justicia, libertad, dignidad y paz.