Montoya, editora de la revista “Vida Laboral” y corresponsal para varias cadenas de prensa alternativas en la región centroamericana, después de la violenta agresión en su contra, fue diagnosticada con una luxación en su brazo derecho y con golpes en diversas partes de su cuerpo –incluido su rostro-, lo que la ha obligado a guardar reposo obligado y con ello alejarse de su labor como comunicadora.
La represión se enfocó contra la gente indefensa que únicamente hacía uso de su derecho a la protesta pacífica. Los comunicadores sociales se llevaron también la peor parte. |
El hecho ocurrió el paso 01 de septiembre de 2015 en el marco de acciones de protesta convocadas por la ciudadanía indignada en al menos ocho ciudades del país y en la cual fueron agredidos junto con ella otros cinco trabajadores de la comunicación , entre camarógrafos, periodistas y comunicadores sociales.
Su situación es otra, como ella misma lo define, ya que ha tenido que enfrentar un proceso de recuperación no solo físico sino que emocional al convertirse en una comunicadora forzada a recuperarse producto del abuso e intolerancia policial y militar hacia la labor periodística.
Anímicamente por ejemplo aseguró vivir una situación compleja debido al hecho de la acumulación de trabajo sin realizar no por culpa de ella sino por el reposo obligado en el cual se encuentra por la agresión de la que fue objeto, le genera un alto estrés porque unas actividades deben ser reprogramadas y otras –tanto familiares como laborales también- canceladas.
Su estado de convalecencia la hace enfrentar una serie de obstáculos entre los cuales destacó el lento proceso que la lleve a una recuperación total de su lesión. “Recientemente en mi última visita al ortopeda me enteré que tenía una lesión en el codo que no fue detectada en el hospital luego del ataque”.
Según diagnóstico médico, para poder recuperar su actividad periodística se estima que debe guardar reposo al menos dos meses más para las sesiones de fisioterapia combinadas con el reposo. Tanto las lesiones el hombro como la del codo afortunadamente han avanzado y eso le genera un buen proceso de cara a retomar sus actividades.
Médicos amigos y familia le colaboran para solventar gastos en su recuperación
Su proceso de recuperación ha sido lento, lograr la movilidad en su brazo es un gran trabajo para la periodista y capacitadora en locución y contenidos radiofónicos que realiza para diferentes estaciones comunitarias y alternativas al interior del país.
Dunia Montoya en el hospital el día de la agresión, en ese momento no le detectaron una fractura en su codo, hasta ahora se da cuenta de esto, lo que la obliga a permanecer más tiempo en reposo. |
“Producto de la lesión que fue detectada recientemente en el codo, ha hecho más lento este proceso, pero el hecho de la inmovilidad del brazo ha permitido que se vaya recuperando, es decir ya cicatrizó y la fractura va por el mismo camino” dijo.
El acompañamiento de su familia y la colaboración desde el momento de su ingreso al hospital hace un mes por parte de enfermeras y médicos, hasta el apoyo de un médico que le observa de manera individual, hacen posible que Dunia Montoya avance en su recuperación , pero los gastos económicos para ello han menguado su economía familiar.
“Una busca la forma de cómo reducir algunos gastos, la contribución de la familia en el traslado de un lado a otro y la colaboración de médicos amigos en este mes, han sido vitales” comentó.
La periodista contabilizó los gastos a cada actividad realizada en pro de su mejoría a un costo de alrededor de mil lempiras resumidos en transporte, unos 50 dólares, además la atención personal por parte de una enfermera, radiografías y medicamentos, gastos no presupuestados.
Agregó que no solo se trata de los gastos en salud, también está el hecho de lo dejado en su labor informativa lo cual implica un ingreso que dejó de percibir porque es tiempo invertido en salidas económicas para avanzar con su reposo y recuperación y su brazo inmovilizado le impide trabajar de forma normal sino con mucho sacrificio puede avanzar mínimamente en pequeñas cosas.
Una llamada por parte de una fiscal ¡Y nada más!
Hasta el momento lo que se logró fue que a los 15 días después de haber puesto la denuncia, una fiscal del Ministerio Público se comunicara con ella para preguntar por su número de expediente clínico y dijo que un médico forense procedería a hacer una investigación para determinar su estado de convalecencia. Luego de eso no existen avances, argumentó Montoya.
Describió que sostuvo una reunión con representantes de una organización defensora de los derechos humanos en el país, para solicitar su acompañamiento en la denuncia presentada ante el Ministerio Público (MP). “ ya que sin presión de una organización o de un abogado compañero, uno corre el riesgo de que se engavete su caso”, denunció.
Hay que recordar que la periodista Montoya fue beneficiada con medidas cautelares, otorgadas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en el año 2010, por ser víctima de detención ilegal en el marco del golpe de Estado de junio del año 2009, mismas que le fueron canceladas recientemente sin notificársele de tal hecho.
Además aseveró que “para mí es bastante difícil pensar en la posibilidad de que uno pueda sentirse protegida con presencia de la policía para darle seguridad si son ellos mismos los que han cometido esta agresión no solo conmigo sino con otros sectores sociales”.
Desde su obligada convalecencia la periodista espera volver a su trabajo, pero igualmente desea que vaya de la mano con el castigo para quienes cometieron la agresión en su contra y que no se convierta en un folio más que acapara espacio en las gavetas de los organismos de justicia en nuestro país.