El Progreso, Yoro, se ha caracterizado por hacerle frente al rechazo a los peajes, los cuales consideran ilegales porque vulneran la libertad de locomoción, la lucha ha durado más de un año, sostenida por “La Mesa de Indignación de El progreso, Yoro”, ese esfuerzo constante bajo el sol, la lluvia, los toletazos, gases lacrimógenos y amenazas a muertes, les hizo acreedores al reconocimiento “El patriota del año”, el año pasado, otorgado por el Equipo de Reflexión Investigación y Comunicación, ERIC.
De esa misma forma sistemática y valiente se han mantenido en la lucha contra el fraude electoral. Más de 160 personas desde finales de noviembre hasta mediados del mes de diciembre, pasaron por las celdas policiales; más de 10 guardan prisión hasta ahora, un niño fue asesinado por la policía y en los últimos días más muertes han ocurrido de forma muy sospechosa, es probable que se trate de una estrategia de escuadrones de la muerte que pretenden que esa ciudadanía indignada se quede en sus casas por el miedo, pero eso va a ser difícil, según dijeron .
Un círculo malévolo
Una de las artimañnas es la utilización de la acumulación de delitos para que los enjuiciados por el Ministerio Público, con pruebas que según denunciaron son falsas, lo que pretende es que las personas no tengan la oportunidad de defenderse en libertad sino que sean enviadas irremediablemente a prisión.
Hay casos tan graves en esos juicios como el hecho de hacer firmar a fuerza de amenazas a personas que no saben leer ni escribir, de esa forma fundamenta el operador de justicia antes mencionado que tiene el monopolio de la acción penal, una prisión para tratar de establecer el terror judicial en los y las manifestantes.
La defensa pública no se queda atrás dentro del círculo de injusticia, los funcionarios de esa dependencia en la mayoría de los casos les aconsejan a los criminalizados que se declaren culpables, por lo que quedan a merced de la trampa que les mantendrá presos.
La presencia del Comisionado Nacional de Derechos Humanos, CONADEH, es nula. Este organismo debería vigilar la correcta aplicación de la justicia para obstaculizar la arbitrariedad de un sistema que no es imparcial sino que sirve para tratar de sostener en el poder al actual presidente de la República que va a un segundo período bajo una reelección ilegal y elecciones cuestionadas por la observación internacional que ha señalado la dificultad de certificar la transparencia del proceso.
Los medios independientes son los que sacan a la luz las graves violaciones a los derechos humanos donde participan todos los cuerpos represivos del Estado. Los periodistas y comunicadores sociales del sector tienen que pasar por amenazas, golpes, toletazos, y una serie de improperios para poder informar lo que los medios corporativos callan. La libertad de expresión e información están casi atrapadas.
Lo mismo de los 80 y el golpe de Estado
Las listas negras de integrantes de los movimientos sociales de la zona hace recordar las famosas pegas de afiches con nombres de dirigentes sociales de la década de los ochenta, en ese entonces se usaba el repudio al comunismo para etiquetar a las personas. Eran los escuadrones de la muerte a través de la Alianza de Acción Anticomunista, AAA. Figuraban en aquel entonces los atentados con explosivos contra casas de quienes eran considerados "enemigos", uno de esos ejemplos fue la casa de la luchadora incansable Gladys Lanza donde colocaron una bomba que destruyó su vivienda.
Con el golpe de Estado se echó a andar a la par de las represiones masivas y selectivas los asesinatos con mucha saña, entre ellos el de Pedro Magdiel, un joven que murió apuñalado después de una manifestación en El Paraíso, cuando el presidente Manuel Zelaya Rosales, sacado del poder por la fuerza de las armas pretendía ingresar al país por el punto fronterizo de Las Manos.
La Alianza de Oposición contra la Dictadura ha anunciado que del 20 al 27 de enero habrán protestas contínuas para repudiar la toma de posesión de Hernández, quien pretende sentarse en la silla presidencial a pesar de todo.
Eso presagia mayor violencia contra la población que se manifiesta pacíficamente. Hasta la fecha más de 30 personas han sido asesinadas. Hay zonas que están siendo atacadas constantemente, como es el caso de Choluteca que cada noche es asediada por militares, lo que le ha valido el nombre de "noches de terror en Choluteca".
En Tegucigalpa hay colonias que sufren acciones parecidas. Los policías y militares merodean, lanzan gases lacrimógenos, portan listas con nombres de personas que buscan casa a casa. Así son las noches en El Hato de Enmedio, El Pedregal y El Sitio, entre otras. Este intenso movimiento de los cuerpos armados del Estado suman millones de lempiras pagados con el dinero público de la ciudadanía.