No es una película de ficción, es la vida real para los periodistas y comunicadores sociales en Honduras, en especial quienes hacen cobertura de manifestaciones en el marco de la crisis postelectoral, en un país catalogado como uno de los más peligrosos para ejercer la profesión.
Esta no es la primera vez que Chévez es reprimido por los cuerpos policiales y militares cuando realiza su labor periodística, el enfoque hacia él es tan deliberado que peligra su vida. La mirada del comunicador social que relata las represiones contra los sectores que se manifiestan en El Progreso, Yoro, parece que desconcierta y desestabiliza a los policías, debido a que sus acciones ilegales no quedan escondidas.
El ataque del 07 de septiembre de este año se produjo en la ciudad de El Progreso ,Yoro, cuando le daba cobertura a una manifestación de protesta de estudiantes, en horas de la mañana, pero luego de haber concluido la misma se llevó a cabo el ataque por los dos policías, quienes sin mediar palabra se avalanzaron al periodista para golpearlo brutalmente.
Ataques frecuentes sin castigo
En entrevista realizada por pasosdeanimalgrande.com a Inmer Gerardo Chévez , relató la horrible experiencia vivida donde recibió de parte de la policía la descarga de gas pimienta en su cara que lo dejó además de inconsciente, sin visión por varias horas, afortunadamente, sus lentes le protegieron de gran parte del químico .
“Luego de que la policía antimotines capturó a uno de los estudiantes, yo le dije, no lo golpeen, segundos después se me avalanzaron y me rociaron con gas pimienta la cara, sentí que se me incendiaba la cara, la vista no la podía abrir, el pecho me ardía, sentí que me estaba prendiendo fuego, luego me llevaron a los Bomberos, me echaron agua, jabón y cuando ya medio abrí los ojos pude sentir un poco de paz. Eso pasó como a las 11 de la mañana y todavía a las diez de la noche podía sentir el ardor en los brazos y cara. Afortunadamente la mayoría de líquido cayó en mis lentes, los cuales explotaron segundos después, vale más que ya me los había quitado”, afirmó.
Según Chévez el ataque a su persona ya había sido planificado, ya que sintió que el mismo estaba dirigido a él , precisamente porque no es el primero que recibe de parte de la policía, a pesar de gozar de medidas de protección a través del Mecanismo Nacional de Protección para Periodistas y Comunicadores Sociales Defensores y Defensoras de Derechos Humanos y Operadores de Justicia.
Aunque ya puso la denuncia ante la Fiscalía de los Derechos Humanos del Ministerio Público, Chévez indicó que éste no es el primer ataque que recibe. Las demás denuncias no se ha resuelto ninguna de parte de los entes investigativos del país.
“En el 2015 cuando golpearon a la compañera Dunia Montoya, a mí me arrebataron el carnet de prensa, me golpearon e insultaron, puse la denuncia pero no ha procedido la investigación. Luego en el 2016 fui víctima de golpes de parte de la policía, aquí por el puente La Democracia, presenté la denuncia y hasta videos y no ha pasado nada y ya en el 2017, fui amenazado por policías, eso pasó el 03 de diciembre después del proceso electoral y nuevamente pusimos la denuncia y no ha pasado nada. Ahora sucedió esto el viernes pasado (7 de septiembre de 2018) y no creo que pase nada”, destacó.
El periodista ha sufrido persecuciones y hasta le han lanzado vehículos contra la motocicleta que conducía rumbo a su casa.
Chévez puso en conocimiento su caso del Mecanismo Nacional de Protección y espera respuestas.
Solidaridad
El periodista con 14 años de laborar en Radio Progreso, recibió la solidaridad de diferentes sectores, entre ellos sus compañeros de trabajo y de organizaciones de derechos humanos.
Entra las acciones solidarias se cuenta la de la Convergencia contra el continuismo que emitió un pronunciamiento Público donde señala que “La Convergencia Contra el Continuismo en el departamento de Cortés, manifiesta su repudio, indignación y condena al atentado contra el periodista Inmer Gerardo Chévez de Radio Progreso, a quien con alevosía, maldad e Intolerancia la fuerzas represivas del régimen usurpador del poder de nuestro país, le rociaron su cara y ojos con gases tan nocivos que hasta le destruyeron sus lentes, durante el violento desalojo de estudiantes que se manifestaban en la ciudad de El Progreso, Yoro a la altura de Quebrada Seca.
Hacemos el llamado a todos(as) las patriotas y organizaciones defensoras de la vida y de los derechos humanos a pronunciarse ante tan condenable hecho de represión en contra del compañero Inmer.
Fuera Gobierno usurpador y represivo de la libre expresión!!!”.
Relato del periodista en su cuenta de facebook
“La bestialidad policial se hizo presente nuevamente en contra mía, en el momento que desarrollaba una cobertura periodística. Mientras un efectivo policial arrebató mi carnet, de manera inesperada otro policía roció gas pimienta por aproximadamente 30 segundos en mi rostro y pecho.
Mis lentes no soportaron el poderoso químico color naranja y se derritieron segundos después. No me quiero ni imaginar lo que hubiera pasado con mis ojos si yo no hubiera andado los lentes. Tardé una hora para poder abrir mis ojos, mientras en mi rostro, brazos y pecho sentía que una llama de fuego los devoraba. Fue un completo infierno.
Este hecho se dio mientras daba cobertura periodística a un desalojo que ejecutaban efectivos de la policía, a estudiantes de secundaria. Los chavos y chavas protestaron ayer viernes en la salida de El Progreso, en el Atlántico hondureño, exigiendo “no más asesinatos de estudiantes y un bono de transporte”.
Lamentablemente estos hechos contra mi persona no son casos aislados. En los últimos tres años he sido víctima de amenazas, insultos, y fuertes ataques que me han dejado lesiones en diferentes partes del cuerpo. Las denuncias están documentadas en la Fiscalía de Derechos Humanos, sin embargo, poco o nada se ha hecho. ESTE ES EL PAÍS DE LA IMPUNIDAD.
Se supone que vivimos en un país democrático y la función democrática de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado es garantizar el disfrute de libertades fundamentales, sin embargo, resulta enormemente grave, que sus actuaciones tengan la finalidad contraria: impedir, obstaculizar y amenazar el ejercicio periodístico, un derecho básico y esencial como es la libertad de información.
Cualquier cosa que pase contra mi persona o contra mi familia… ya saben de dónde podría venir”.