Honduras es considerada como uno de los países más peligrosos para ejercer el periodismo y la carta de presentación para esa calificación es el asesinato de unos 75 trabajadores de la comunicación entre ellos unos 68 periodistas, de acuerdo a cifras estatales del Comisionado Nacional de Derechos Humanos, CONADEH, la impunidad de los crímenes ronda por el 92 por ciento.
La concentración de los medios de comunicación en pocas manos hace difícil la circulación de información, así como las leyes que ponen trabas al acceso a ésta. La imposición de una agenda única desde la Casa Presidencial o grupos de poder, oscurece aún más el horizonte para quienes se preparan en las academias para la comunicación social.
Manifestó la experta a pasosdeanimalgrande.com, su preocupación ante el elevado número de profesionales de la comunicación que buscan amparo en el CONADEH por amenazas producto de su desempeño en la labor periodística.
Aunque señaló que no exime de responsabilidad a los mismos afectados, quienes han mostrado enorme apatía por conocer y manejar al pie de la letra la “Ley de Protección para las y los Defensores de Derechos Humanos, Periodistas, comunicadores Sociales y Operadores de Justicia”, la cual aún con la falencias que pueda presentar, constituye uno de los pocos refugios legales en los cuales ampararse.
Al mismo tiempo puntualizó que el Estado no busca mecanismos para socializar dicha ley, siendo ésta muy importante, ya que no solo se limita a proteger y regular el trabajo de la prensa, también cubre el desempeño de los profesionales del derecho y protectores de derechos humanos.
Lamentó que el Colegio de Periodistas de Honduras, (CPH), no cumpla un rol más protagónico en toda la crisis que envuelve la actividad periodística y les sugirió a sus dirigentes comprometerse un poco más retomando la bandera de la libertad de expresión y del derecho a la información, que busque ganar la credibilidad que ante muchos de sus miembros y ante el pueblo han perdido.
Ante la consulta qué si considera que el sistema atemoriza a los periodistas para evitar practicar investigaciones a profundidad concernientes a su gestión, Mejía reprochó que en efecto eso es algo que podría estarse presentando, “la mayoría de los colegas están estancados en un estilo fuentero que ayuda a divulgar la narrativa oficialista y es adoptada como un estilo propio”.
Consideró que ese tipo de periodismo no abona a una democracia, ni a un país, o a la profesión. Para ella el periodista debe empezar a luchar para formarse, conocer un poco más y tratar de romper esquemas.
“Yo siempre digo que el periodista tiene solo dos caminos, el periodismo de riesgo que no es fácil pero le generará reconocimiento y le ayudará a vivir con mucha decencia y dignidad, y el otro camino es el periodismo sin esfuerzos, que es el periodismo mediocre y creo que ya en nuestro país no debemos dar más paso a la mediocridad”, recalcó.
Para lograr ese periodismo de calidad según la entrevistada, las universidades tienen mucho que hacer en materia de formación para capacitar a los estudiantes en técnicas de investigación, y recomendó que deben ir acorde con todas las herramientas tecnológicas que hoy en día agilizan la redacción, producción y difusión de la noticia.
“Creo que una de las principales debilidades de la academia está en el recurso humano, cuenta con conocimientos bastante básicos y esto no contribuye a una óptima formación. Hay oportunidad en el mercado para el periodismo verdaderamente profesional pero no debemos permitir que en nuestra carrera triunfe lo vulgar que es ya casi una norma, debemos hacer que triunfe el periodismo serio”, finalizó.