A través de un oficio de fecha 28 de enero del 2019, la Dirección General del Sistema de Protección, le informó a Jairo López, sobre la asignación de su escolta y que por no encontrarlo el personal estará a su disposición en la Unidad Departamental Policial (UDEP) número seis. Esta comunicación se hizo varias horas después de llamadas autoritarias para obligar a que aceptara la designación.
El oficio conforma que la asignación de la escota no fue consensuada con el beneficiario, sino una determinación del Comisionado de Policía, Santos Ochoa, Director de Protección y Servicios Especiales, de la Policía Nacional. Decisión unilateral que violenta el artículo 49 párrafo segundo de la Ley de Protección para las y los defensores de Derechos humanos, Periodistas, Comunicadores Sociales y Operadores de Justicia, que expresa que se debe asegurar el consentimiento informado de la persona o personas beneficiarias.
Por su parte, el periodista Jairo López les ha pedido a las autoridades respeto a sus derechos como beneficiario del sistema y denuncia el mal procedimiento que utilizó la policía, en la asignación de su escota. “llegaron dos patrullas y una motorizada, situación que impactó a mi esposa y a mi hija”, sostuvo López.
La Policía Nacional lo detuvo ilegalmente y lo acusó de tráfico de artefactos explosivos, pero horas más tarde, después de una exhaustiva investigación, un fiscal de operaciones especiales, liberó a Jairo López por no encontrar en él, los indicios racionales mínimos del delito imputado, el pasado domingo 27 de enero de este año.
Jairo López, es un experimentado periodista, radicado en Choluteca, al Sur de Honduras, quien debido a la persecución de que ha sido víctima, en teoría goza de la protección que le ha otorgado el Mecanismo de Protección para Periodistas, Defensores de Derechos Humanos y Periodistas. Sin embargo, los órganos represivos lo asedian y sin asumir su responsabilidad de resguardarlo le tratan de imponer una escolta que no ha sido consensuada con él.
A la una de la tarde del pasado domingo, 27 de enero, policías antimotines detuvieron a Jairo López, en la comunidad de Santa Elena, Choluteca, cuando le daba cobertura a una manifestación realizada en la jornada de protestas programadas por los Comandos insurreccionales del Partido Libertad y Refundación (Libre) y fue puesto en libertad a las dos de la mañana del día siguiente.
Su detención
Jairo había trabajado desde muy tempranas horas de la mañana cubriendo las manifestaciones del domingo, 27 de enero, en Guanacastillo Choluteca. Al mediodía, cuando ya se aproximaba la una de la tarde, observó que un numeroso grupo de policías antimotines, estaban rodeando la comunidad para acorralar a los manifestantes.
Y previendo lo que podía suceder salió de la manifestación y se fue con rumbo a la carretera internacional, en el sector de Palo Herrado.
Con él, se conducían, un menor de edad que pidió jalón y su escolta. Jairo es beneficiario de las medidas de protección que le otorga el Estado de Honduras y por ese motivo siempre anda con él un agente de la Policía Nacional.
Llegaron a la comunidad de Santa Elena, pero allí estaba una patrulla de tránsito, Jairo subió el vidrio y cuando avanzaba a inmediaciones de ellos miró que de un camión donde se conducían varios manifestantes salió una lluvia de piedras y le quebraron los vidrios del vehículo policial.
Repeliendo el ataque, los policías les lanzaron gases lacrimógenos y persiguieron el camión. Jairo por su parte, desde el interior de su vehículo, comenzó a grabar el video, pensando que los agentes requerirían al motorista y bajarían a la gente para detenerlos y posiblemente golpearlos.
En su grabación registró el momento en que el camión se introdujo a la carretera de tierra que conduce a la comunidad de El Cerro. Pero de pronto, tres patrullas, una de tránsito y dos de la policía preventiva lo rodearon. “Ya la cagas Jairo” le gritó un oficial de apellido Méndez, mirándolo fijamente y apuntándole con el arma de reglamento.
Siendo policía y con la responsabilidad de protegerlo, el escota quiso mediar por él, pero otro agente lo agarró del cuello, lo golpeó, para después quitarle el fusil y la pistola. También lo arrestaron sin explicación del por qué. “Vos hijuelagranp..., basura, mierda, subite a la patrulla”, le gritó a Jairo, el oficial. Y después se los llevaron para la base policial.
Pensé que me iban a matar
A Jairo lo detuvieron a la una de la tarde en Santa Elena muy cerca del desvío de Los Mangles y en el trayecto lo cambiaron de patrulla en patrulla.
Al inicio la patrulla, la patrulla RPN 577 tomó el desvió de Marcovia para salir a Choluteca, pero les avisaron que la calle estaba tomada y allí comenzaron a dar vueltas en uno y otro lado.
Allí son territorios extensos cultivados de caña de azúcar, plantaciones que por su espesura son utilizadas para botar cadáveres o para la comisión de distintos delitos. “Yo me preocupéy pensé, aquí me van a matar”, dice Jairo.
Pero después la Patrulla tomó el camino de Cerro Blanco y regresó a Santa Elena, de donde habían salido originalmente. Allí lo trasladaron a la patrulla RPN 006 y después a otra que no registró su número, pero fue la que lo condujo a la posta policial número seis. Un sub comisario de apellido, Villanueva, le explicó, que lo mantenían retenido solo por seguridad, que su escolta estaba detenido para investigación y que estaban previniendo que le pasara algo a él.
A Jairo no le quedó claro el mensaje que le dio el oficial, pero la verdad es que le dilataron la situación. Inventaron que su escota había disparado su arma de reglamento y después le dijeron que lo iban a trasladar para Tegucigalpa porque un fiscal de la capital estaba a cargo de su caso. A ese momento Jairo no sabía de qué lo estaban acusando.
A las tres de la tarde, dos horas después de haber sido detenido, le inspeccionaron su vehículo y levantaron un acta donde quisieron insertarle que habían encontrado dos casquillos de arma de fuego en el interior de su carro.
El en carro lo que en realidad había era un micrófono y su teléfono celular, una bandera del Partido Libre, un proyectil de fusil que Jairo recogió cuando se le cayó a un agente de la policía en la manifestación, varias balas de goma y de madera quemadas que habían sido disparadas por la policía contra los manifestantes y varios envases de refrescos.
A las siete de la noche, llegó un coronel, de apellido Hernández y les exigió a las autoridades policiales la agilización del trámite para trasladarlo a Tegucigalpa. Le tomaron la declaración, las huellas dactilares y fotografías. Y después lo llevaron a la Dirección Policial de Investigaciones (DPI).
Al filo de la medianoche, un fiscal de Operaciones Especiales, llamado, Epson Godoy, determinó que, por el momento, los hechos no constituyen delito, que el Ministerio Público continuara las investigaciones y ordenó su liberación.Jairo fue liberado a las dos de la madrugada del lunes 28 de enero.
¿Pero que dicen en el CONADEH?
Para conocer la opinión de la máxima autoridad gubernamental en materia de los derechos humanos, PasosdeAnimalGrande.com dialogó con el doctor, Roberto Herrera Cáceres, Comisionado Nacional de los derechos Humanos (CONADEH), quien no ha sido bien informado del caso y espera el informe de la regional de Choluteca para referirse al tema.
Jairo López ha sido perseguido no solo por la empresa privada sino también por los órganos represores del estado y hasta por los jueces al momento de imponerle las medidas sustitutivas de la prisión.
Y ante tal situación, el doctor Herrera, les advierte a las autoridades sobre la necesidad de garantizar los derechos a la libre expresión del pensamiento.
Sostuvo que han tomado nota de todos los incidentes que se dieron en las protestas del pasado 27 de enero y que están a la espera de los reportes que les enviarán de las diferentes regionales, incluida la de Choluteca y Valle.
Insistió que esas recomendaciones dadas a las autoridades tienen sustento en el derecho internacional de los derechos humanos y que Estado debe comprender que el respeto a los derechos humanos es la base fundamental de un estado democrático.
La Asociación por la Democracia y los Derechos Humanos ante la gravedad de la situación que incrementa a cada minuto el riesgo para la vida de Jairo López, ha convocado a una conferencia de prensa este miércoles 30 de enero de 2018 para denunciar los hechos: