“La frontera entre los países en paz y en guerra se está desdibujando para los periodistas”, advirtió Christophe Deloire, Secretario General de RSF. “Si bien podemos alegrarnos por este descenso sin precedentes del número de periodistas asesinados en zonas de conflicto, al mismo tiempo observamos con preocupación que cada vez más periodistas son asesinados de forma deliberada debido a su labor periodística en países democráticos, lo que constituye un verdadero desafío para estos países”, añadió.
Lea el informe completo :
Balance de RSF sobre la violencia contra periodistas en 2019: un número “históricamente bajo” de periodistas asesinados
Este 17 de diciembre Reporteros sin Fronteras (RSF) publica su Balance anual de agresiones contra periodistas en el mundo. En 2019, 49 periodistas fueron asesinados, 389 se encuentran detenidos y 57 están secuestrados. Aunque el periodismo continúa siendo un oficio peligroso, desde hace 16 años el número de reporteros asesinados no había sido tan bajo.
Una disminución significativa del número de periodistas asesinados
Desde 2003 el número de periodistas asesinados nunca había sido tan bajo. En su Balance anual 2019, Reporteros sin Fronteras registró que 49 periodistas fueron asesinados, lo que representa un descenso espectacular: 44% respecto al año anterior. Esta cifra “históricamente baja”, en comparación con el promedio de las dos últimas décadas: 80 periodistas asesinados, se debe esencialmente en la disminución del número de periodistas que perdieron la vida en zonas de conflicto armado.
La cantidad de periodistas que murieron cubriendo los conflictos en Siria, Yemen y Afganistán se redujo a la mitad: 17 periodistas fueron asesinados en estos tres países en 2019, mientras que en 2018 esta cifra ascendió a 34.
Este descenso sin precedentes no puede ocultar una realidad: el número de periodistas asesinados en países que se dice están “en paz” sigue siendo igual de elevado año tras año. Así, en México fueron asesinados diez periodistas en 2019, al igual que el año anterior. Bajo una perspectiva más amplia, América Latina, donde en total fueron asesinados 14 periodistas, se ha convertido en una zona tan letal para la prensa como Oriente Medio, zona devastada por los conflictos fratricidas.
Debido a esta doble tendencia –zonas de conflicto armado en las que se registran menos muertes y países en paz que siguen siendo muy peligrosos– se registra otro fenómeno: proporcionalmente ahora hay más periodistas que mueren en países en paz (59%) que en zonas de conflicto; asimismo, el número de periodistas asesinados o agredidos de forma deliberada aumentó 2%.
“La frontera entre los países en paz y en guerra se está desdibujando para los periodistas”, advirtió Christophe Deloire, Secretario General de RSF. “Si bien podemos alegrarnos por este descenso sin precedentes del número de periodistas asesinados en zonas de conflicto, al mismo tiempo observamos con preocupación que cada vez más periodistas son asesinados de forma deliberada debido a su labor periodística en países democráticos, lo que constituye un verdadero desafío para estos países”, añadió.
Aumento del número de detenciones arbitrarias
Otro hecho preocupante que revela el Balance de RSF es que en el mundo no deja de aumentar el número de periodistas detenidos de forma arbitraria. A finales de 2019, 389 periodistas se encuentran detenidos por haber realizado su labor, 12% más que el año pasado. Cerca de la mitad de los periodistas detenidos se encuentran en las prisiones de tres países: China, Egipto y Arabia Saudita. Un tercio de los reporteros detenidos están en las cárceles de China, que intensificó su represión de la minoría uigur.
El Balance anual de agresiones cometidas contra periodistas, que RSF elabora desde 1995, se basa en datos precisos registrados del 1 de enero al 1 de diciembre del año en curso. RSF recaba de manera minuciosa información que le permita señalar con certeza o con la mayor fiabilidad, que la detención, el secuestro, la desaparición o la muerte de un periodista es consecuencia directa del ejercicio de su profesión