Tiempos difíciles para el tío Sam. En un momento, hasta la década de 1980 inclusive, toda América Latina fue el espejo de las administraciones estadounidenses, ya fueran republicanas o democráticas. Dictaduras sangrientas y regímenes neoliberales hambrientos se alternaron o coincidieron, como en el caso de Chile y Argentina: argentinos y chilenos desaparecieron por decenas de miles y el régimen democrático de Estados Unidos no se inmutó. Por el contrario, al sacudir la pesadilla del comunismo, instaló gobiernos dictatoriales despiadados y promovió golpes de estado. Han pasado cuarenta años desde que Chile vivió la represión Pinochet y otros asesinos.

Hay 387 reporteros detenidos en todo el mundo, lo que aumenta el número de periodistas arrestados en un 35 por ciento.

En los últimos días de 2020, dos activistas involucrados en la defensa del medio ambiente y los derechos de las comunidades indígenas locales fueron asesinados en Honduras. Félix Vásquez y José Adán Mejía pertenecían a la etnia Lenca y a la etnia Tolupán respectivamente, y fueron asesinados con 24 horas de diferencia. Vásquez fue asesinado después de que una banda armada irrumpiera en su casa, mientras que Mejía fue asesinado en una emboscada cuando se dirigía a su casa después de un día de trabajo, informa el periódico The Guardian. Los dos homicidios ocurrieron en dos puntos distintos del pequeño país centroamericano, el primero en una región occidental en la frontera con El Salvador, el segundo en el distrito norteño de Yoro.

En los últimos días, cientos de migrantes centroamericanos han iniciado un largo viaje a pie con la esperanza de llegar a Estados Unidos. Unas mil personas, hombres, mujeres y niños cargando mochilas con sus pertenencias, se concentraron paulatinamente en la estación de buses del metro de San Pedro Sula, de donde luego decidieron partir en pequeños grupos hacia la frontera con Guatemala. en el departamento caribeño de Cortés.