Estas acciones han sido sistemáticas desde hace cuatro años y la cara visible de esa represión es el Obispo Guido Charbonao, quien le ha acusado de estar en contra del Partido Nacional., lo que evidencia una jerarquía al servicio del poder político.

La libertad de expresión y de culto podría estar en grave riesgo y aún n o se tiene conocimiento de acciones concretas de instituciones estatales encargadas de proteger ambos derechos.

Al igual que en el Estado en la iglesia católica también se violenta el debido proceso

Los feligreses de la parroquia Nuestro Señor Cristo de Esquipulas de esa localidad, custodian al padre Florentino Hernández quién fue suspendido de sus funciones sin su consentimiento el 03 de mayo del año 2019 por el obispo Guido Charbonao.

Lus Canonicum del Derecho Canónico en las iglesias particulares establece que para la destitución y el cambio de un párroco “La justicia y el proceso requieren que el sacerdote sea involucrado en el proceso y se le escuche. Por este fin se buscan personas imparciales y que desean el bien general de la Iglesia para que sigan el proceso y mantengan informadas a las partes sobre si se está desarrollando un proceso equitativo”.

En 2015 llegaron a la parroquia Cristo de Esquipulas el obispo Guido Charbonao y los sacerdotes Florentino Gonzales, Ever Noé Espinal y Aurelio Paz, con la intención de sacar al sacerdote, ya que el 27 de diciembre del año 2014 se había reubicado al padre Florentino Hernández en la parroquia Espíritu Santo de Monjarás.

Durante el 2017 y 2018 también se le hicieron llamados al padre para intentar reubicarlo y colocarlo en otra diócesis en Nacaome, Valle. El 26 de noviembre del año 2018 el obispo Guido Charbonao le envía una carta en donde uno de los párrafos le dice: “Te pido que abandones la parroquia por haberte involucrado en la campaña política a favor del partido liberal y en contra del Partido Nacional”.

Los pobladores del Triunfo argumentan que no se realizó un proceso de suspensión de acuerdo a Las Leyes canónicas y que la razón por la que protegen al padre Florentino Hernández es porque ha realizado una labor social muy grande durante todo el tiempo con ellos y en especial con las personas más desprotegidas.

Fredy Mendoza, comunicador de la Radio Cholula Triunfeña, explicó que “el padre aconseja a las personas a mantenerse tranquilas y tratar de hacer las paces. Los feligreses se turnan para estar protegiéndolo, la gente llega porque quiere no porque él les exija, es que la gente no quiere desprenderse de él”.

También agregó que actualmente organizaciones de Derechos Humanos y Ambientalistas también están acuerpando al sacerdote mientras está recluido en la parroquia del pueblo, que es custodiada por la población y asediada por las fuerzas militares y policiales.

Pueblo reta al obispo

El 18 de agosto del año 2019 por orden del Obispo Guido Charbonao, los sacerdotes Florentino Gonzales y Teodoro Gómez lograron la militarizaron de los alrededores de la parroquia y en la entrada del pueblo estaba un contingente militar con tanquetas y policías.

Mientras que el padre Florentino brindaba una misa en la parroquia, estos por medio de la fuerza quisieron desalojarlo para que los dos padres llevados por el obispo oficializaran la misa, pero los pobladores se rehusaron y evitaron que ingresaron.

Otro detonante para militarizar la parroquia fue que los coordinadores de la pastoral se rehusaron a obedecer una carta del Obispo donde los incitaba no estar a favor del padre Hernández sino de él.

Como consecuencia a la desobediencia los castigó prohibiendo venderles libros pastorales y demás materiales de la parroquia para después ordenar la suspensión de la diócesis a los agentes de pastoral que ofrecen una formación cristiana básica e integral para responder a los desafíos del contexto en que se encuentren; la capacitación necesaria para desarrollar una tarea educativa y evangelizadora en la Iglesia y en la sociedad.

También se realizó la cancelación de cuentas bancarias de la parroquia para que no lleguen las ayudas que desde iglesias católicas de USA enviaban al padre Florentino Hernández y finalmente se ordena la expulsión del Seminario Mayor nuestra señora de Suyapa a los seminaristas Mario Varela y Uriel Zepeda aduciendo que no tienen vocación.

Belkis Jiménez Guevara, delegada de la palabra de Dios en la parroquia San José Obrero, en Nacaome Valle, expresó que “su mayor pecado es no aceptar órdenes que lesionan su dignidad como consagrado y como ser humano ya que sus decisiones(las del obispo), han sido tomadas y dictadas al margen de La Ley sin seguir el proceso legal determinado en el derecho canónico”.

Jiménez también se dirigió al obispo reprochándole la suspensión del sacerdote y el descrédito que emprendió en contra del padre hasta incluso llamarlo desobediente en varios comunicados y declaraciones de manera cruel e inhumana, “una actitud que señala una frialdad que no tiene nada que ver con un hombre de Dios”, finalizó.