Hasta ahora miembros de la comunidad denunciaron que no tienen ninguna respuesta ni datos de investigación por el Ministerio Público de la muerte de Soto ni de la familia Matute, por el miedo constante muchos indígenas han abandonado la comunidad también por amenazas a su integridad.
La demanda de la comunidad inició en octubre del 2018 con el levantamiento de un campamento para defender los bosques, porque la alcaldía de la municipalidad otorgó permisos de corte de madera que irrespetaron los límites establecidos en el documento y estaban haciendo una tala masiva en lugares que perjudicaban a los indígenas.
Desde la ubicación del campamento hasta la comunidad, una persona tarda tres horas caminando. Ese trayecto lo recorrió el joven Milgen Idan Soto Ávila, cuando lo asesinaron se dirigía a su casa después de estar 19 días seguidos apoyando la loucha.Por la distancia del lugar sus familiares y compañeros no corroboraron si él había llegado a su casa.
El 22 de septiembre fue la última vez que lo vieron con vida, el viernes 27 uno de los defensores del campamento llegó a la vivienda a buscarlo y se encontró con la sorpresa que él nunca fue a sus vivienda. Llamaron al Mecanismo de Protección y no obtuvieron respuesta, así que fueron a la Policía Nacional, allí iniciaron un proceso de búsqueda, mas tarde del mismo día encontraron el cadáver en una poza, con la misma ropa que conocían lo identificaron inmediatamente.
En febrero del presente año asesinaron a balazos en la comunidad de Locomapa a Salomón Matute junto a su hijo Juan Samuel Matute, su hermano Ramón Santiago Matute se desplazó a refugiarse en otra comunidad por miedo a que lo maten junto a su familia.
Ramón expresó que han pasado ocho meses desde el asesinato y el Ministerio Público no ha investigado el paradero de los culpables, y las autoridades del departamento de Yoro no hacen nada para ayudar a los pueblos indígenas.