Alberth Sneider Centeno, había ingresado al Mecanismo de Protección para Defensores de Derechos Humanos, quienes realizaron un análisis de riesgo, mismo que resultó muy grave. Los retrasos en su actuación por parte del Estado de Honduras para otorgar la protección inmediata, trae como consecuencia que los responsables del secuestro y posterior desaparición, actuaran con total impunidad y la certeza de no ser castigados. Su accionar estaba protegido por las restricciones y confinamiento social impuesto por el gobierno en el marco de la pandemia por la COVID-19, donde los perpetradores sabían que las víctimas estarían en sus casas y que los únicos que podían circular con total libertad eran ellos, agrega en otra parte el documento de la Mesa de Derechos Humanos.
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