La defensa del territorio ha dejado víctimas fatales que son abatidas a balazos por desconocidos y los crímenes están en la completa impunidad. Tal es el caso de Félix Vásquez, de la Unión Nacional de Trabajadores del Campo, UTC, quien fue acribillado dentro de su casa por desconocidos, aunque él ya había denunciado públicamente amenazas, el Estado de Honduras fue incapaz de protegerle. Un asesinato con las mismas características se produjo contra Arnold Morazán, quien luchaba junto a su comunidad por el Río Guapinol. Su muerte se produjo el 13 de octubre de 2020, en su propia casa. Otros tres defensores más fueron asesinados en el 2020.
Lea el comunicado de la CONROA: