El 17 de julio de 2017 a eso de las seis y 45 de la mañana un grupo de unos 50 hombres armados de cadenas, tubos y cargados de saña llegaron a la universidad para desalojar violentamente a estudiantes de la Facultad de Química y Farmacia y otros edificios. El resultado, más de 15 estudiantes heridos
La crónica de la de una violencia extrema
Las autoridades universitarias han convertido a la máxima casa de estudios del país en un laboratorio de contrainsurgencia, tortura y prácticas de la doctrina de Seguridad Nacional parecida al de los años 80s.
Horas antes del 17 de julio de 2017, circularon mensajes en las redes sociales que invitaban a tener trabajo, “a mis compañeros militares y ex militares tengo trabajo para mañana, 1000 lempiras diarios, ojo ¨no se contrataran policías ni ex policías¨ puede ser de 3 a 15 días dependiendo del desarrollo de la misión, interesados comunicarse conmigo, yo les mando el numero por mensaje para más detalles de la misión”.
A eso de las siete de la mañana de este lunes 17,ingresó un bus propiedad de la UNAH, en el que se transportaba un grupo de hombres con camisas verdes fluorescentes, blancas y rojas, con capuchas que ocultaban sus rostros, paradójicamente satanizadas cuando son utilizadas por los universitarios.
En esta ocasión usadas por empleados de la empresa de seguridad “Spartan Security”. Los desconocidos fueron acompañados por la decana de la Facultad de Química y Farmacia Victoria Zelaya, quien en otras ocasiones se ha dedicado a tomarles fotografías y videos a los estudiantes que participan en el movimiento estudiantil.
Se dirigieron hacia el edificio de Nutrición en compañía de un grupo de abogados de máxima casa de estudios, para realizar un desalojo a los militantes del Movimiento Estudiantil Universitario, (MEU), quienes desde hace 20 días se mantienen en constante protesta y una huelga de hambre como medidas de presión para provocar un diálogo.
El MEU surgió desde el año pasado en donde lograron aglomerar a las diferentes asociaciones de las carreras, el Frente de Reforma Universitaria (FRU), movimientos y estudiantes independientes, como resultado han sido víctimas de un sinnúmero de represiones, desalojos y requerimientos fiscales.
Los hombres que estaban armados de cadenas y tubos, al no poder desalojar a los estudiantes del área de nutrición, pasaron al edificio de Química y Farmacia en donde se encontraban 12 militantes del MEU, a los que sin mediar palabra los musculosos spartanos les cayeron a golpes utilizando técnicas de combate cuerpo a cuerpo, de artes marciales, boxeo y tacleos de futbol americano, sometiendo brutalmente a los estudiantes.
En las imágenes de los diferentes medios de comunicación se veía cómo torturaban a los universitarios, tirándolos al suelo y colocando sus rodillas sobre cuello y pecho, a otros los golpeaban con los largos palos que portaban rajándole la cabeza..
Los violentos tomaron posesión del inmueble quebrando los vidrios de las puertas, ventanas y en otro caso la decana Zelaya les abrió las puertas.
Ante la presencia de defensoras de derechos humanos que preguntaron a los líderes del grupo quién los contrató, pagó y giro las órdenes por las que salvajemente torturaron a los muchachos.
Entre ellos estaba Ludwil García, vestido con camisa manchada con la sangre universitaria que abandonó el lugar con cinco elementos de la seguridad, dejando atrás 11 de sus compañeros.
Mientras tanto dando señales de estar prestos para cualquier eventualidad un comando de elementos COBRAS y de la Policía Preventiva se apostaron enfrente de las instalaciones de la UNAH, esperando las respectivas órdenes para entrar con toda su fuerza a desalojar a los jóvenes, quizás por si los Espartanos fallaban en su misión.
¿Quiénes son los Spartanos?
Uno de ellos con camisa gris, gorra y tatuaje en su brazo derecho dijo que “te puedo enseñar hasta los whatsaap en donde solo me dicen y fue un amigo que yo creo que también a él se lo durmieron que nos dijeron ustedes van a estar de intermediarios entre los abogados y los alumnos, cuando vi el verg… me hice a un lado, a pelear no venía, no me han ni pagado, mil 100 lempiras que me ofrecieron”.
En tanto los diez que se quedaron en el edificio de Química y Farmacia, estaban coaccionados por la decana Zelaya y un abogado de la UNAH, quienes se mostraban bastante nerviosos y ansiosos de lo que los Spartanos pudieran decir, les ordenaban de que no hablaran nada y se callaran, “ustedes solo le deben reportar a su jefe, no hablen” les decía Zelaya apuntándoles con el dedo índice.
Otro de los hombres corpulentos expresó que “a nosotros nos contrataron en lo que era el desalojo, para darles apoyo a los abogados y los catedráticos para que pudieran salir, pero la jefa directa tenía que ser de acá de la rectoría”.
Alegando que en ningún momento les dijeron que iban a golpear estudiantes “solo nos dijeron que veníamos de apoyo”.
Otros aceptaron ser del Partido Nacional y dijeron que sí sabían a que los llevaban a la universidad, además que no lo hacían solo por el dinero, sino por la satisfacción de “caerles a esos hijos de p…”.
A vista de los medios de comunicación que cubrían la noticia en ese momento, los Spartanos fueron escoltados por militantes del MEU y una defensora de la Asociación por la Democracia y los Derechos Humanos,(ASOPODEHU), y entregados a la Policía Nacional que estaban en la parte de afuera.
Trascendió que uno de los dueños de la empresa de seguridad es de nombre Luís Armando Zúniga Elvir, pero a través de su apoderado legal, negó toda participación en el hecho violento.
Estigmatización a defensores y defensoras
Las autoridades universitarias volvieron a la carga en la estigmatización de los y las defensoras de derecho humanos, emitiendo un comunicado en el que se indicó “que en todo momento los militantes del MEU son acompañados por organizaciones defensoras de derechos humanos, quienes les apoyan, proveen, acompañan y justifican sus actos, pero no hacen ninguna alusión, ni defienden a los estudiantes que son agredidos, intimidados, amenazadas por defender su derecho a la Educación Superior”.