El fracaso era más que catastrófico, y con la farsa el fracaso de los entes gubernamentales. Los sectores descentralizados han quedado tan desprestigiados; y no digamos las autoridades de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), así como las iglesias católica y evangélica, mismas que solamente han ratificado que siguen siendo sectas al servicio del tirano de turno y, enemigas juradas del pueblo y de los miles y miles de indigentes hondureños.
Según el gobernante Hernández Alvarado ha ganado la lucha ideológica, política y popular al cometer el error de contra atacar, con las mismas exigencias de los indignados quienes piden la instalación de la Comisión Internacional contra la Impunidad (CICIH). Su error está en solicitar a la Organización de Estados Americanos (OEA), la intervención de un facilitador “objetivo” a que medie y platique para tratar de llevar a las fuerzas opositoras a su redondel corrupto y politiquero.
El señor John Bihel del Río, debemos de entenderlo, y lo afirmó que “he visto muchos golpes de Estados y problemas similares a los hondureños en donde todos quieren ser presidente” y a reglón seguido ratifica que nadie es dueño de la verdad absoluta. Lo cual es otro error, en política no hay nada absoluto, todo cambia y en todo caso lo único absoluto es la injusticia social, la podredumbre judicial y el latrocinio gubernamental apañado por Juan Orlando Hernández y su pandilla de bandidos que ha perpetuado el robo o estafa más grande que la historia hondureña recordara por siempre.
Nuestras lectoras y lectores deben de saber que ningún diplomático de carrera, que es el caso del facilitador entre el gobernante y los indignados e indignadas podría ni remotamente conciliar entre los ladrones del erario, los puercos de una política asesina, entre los creadores del odio y de la muerte; contra los millones de indignados que ya es un fenómeno nacional.
La parcialización era inminente, el facilitador le dio la razón a los asaltadores del Poder Ejecutivo y en eso ganó el baño de sangre gubernamental. También debemos estar claros que la misión de los diplomáticos es para la inconformidad nacional o las guerras mundiales y, llevarlas a extenderlas o prolongarlas en la mesa de negociación diplomática.
Eso fue el desprestigio diplomático que ejerció el señor Bihel del Río, viejo zorro de cómo descomponer la verdad para arreglar la falsedad de nuestra problemática y el álgido problema que mantiene sin sueño al gobernante y a quienes le rodean.
Concluimos que el mandatario con su estrellita en la frente diciendo al viento y al mundo su pírrico triunfo diplomático, tendrá un desasosiego interno, por más que lo disimule, porque intuye que cuando no ha hecho otra cosa que demostrar que tergiversar el rol de la democracia convirtiéndola en un instrumento para los grandes intereses personales y a favor de los entes financieros internacionales, mismos que han corrompido el sistema democrático e implantado el modelo neoliberal, que tiene al borde de la indigencia a la democracia y a los miles de seres humanos que se debaten en la miseria.
Por ahora ha triunfado la farsa diplomática, hay que darle tiempo a los pueblos y en este caso, la ciudadanía hondureña ganará definitivamente su real independencia por la ley de la verdad y de la gravedad, todo lo que sube cae y todas las fuerzas del mal según la dinámica científica, son igual a cero, es decir a nada. Solo el pueblo es una verdad absoluta, le guste o no al poder gubernamental o al diplomático internacional.