Por la gravedad de denuncias, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos convocó en octubre del 2015 y abril de 2016 varias audiencias para escuchar los testimonios de hombres y mujeres en riesgo por oponerse al modelo extractivista, con el propósito de proferir medidas cautelares y estructurar los casos que ameritarían trasladarse a la Corte Interamericana. Ante la continuidad de ese patrón intimidatorio dominante, bien vale la pena preguntarse porqué las alertas nacionales e internacionales no logran detener la decisión perversa de "matar para silenciar y después despojar".
Ese patrón tiene alcance mundial. Según la ONG Global Witness, entre 2002 y 2014 fueron asesinadas por cuestiones agrarias y ambientales 1.024 personas, muchas de ellas pertenecientes a comunidades étnicas. El 40% eran latinoamericanos, 111 nacidos en Honduras, después de Brasil el segundo país de mayor riesgo para defensore@s de los bienes comunes naturales.
Berta Cáceres, coordinadora del Consejo de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH) se distinguió por su discurso étnico, ambientalista, antiracista y feminista. Esa diversidad de tonalidades conjugadas en la voz de una mujer nacida en las entrañas de la ruralidad hondureña, la configuraron como un ser de proyección global alternativa. Por esta razón ganó el Premio Godman en 2015 y visitó muchos países explicando las múltiples motivaciones de su lucha.
En una reciente entrevista, Berta, la mujer del copal y la candela, pronunció la siguiente frase premonitoria: " La mía es una larga historia de mujeres de batalla que nos ha llevad a enfrentar también la represión patriarcal y la violencia.....Nuestra vida pende de un hilo". Ella sabía que ese hilo tejería fuertes lazos de la resistencia latinoamericana. Sus palabras serán siempre recordadas
Fuente: http://redobserva.org/index.php/editorial/156editorial-enero-abril-de-2016