Solo en lo que va de este año van 182 mujeres asesinadas en el país, ante esto las organizaciones de mujeres y feministas alzaron su voz por las historias de todas las vidas arrancadas y que sufrieron torturas indecibles. Las estadísticas en los últimos diez días reflejaron a 18 mujeres muertas.
Sus cuerpos aparecieron encostalados, descuartizados, quemados, sus genitales fueron destruidos, estaban en algunos casos decapitadas o con señales de haber sido apedreadas, colocando una indeleble marca de misoginia y odio contra el cuerpo femenino.
Entre las asesinadas estaban Irma Quintero (21) y Dunia Xiomara (34), cuyos cuerpos aparecieron descuartizados en Choloma, departamento de Cortés, Rebeca Abigail Torres (15), estudiante del instituto Central Vicente Cáceres, quien fue muerta a pedradas, Jessica Isabel Lemus y Wendy Patricia, asesinadas en La Ceiba, Martha Lidia Gómez (42), mujer lenca agredida sexualmente, torturada y después fue incinerada en San Juan de Intibucá, Dinora Francisca Ayala (24), abatida a tiros en la frontera con Corinto, Guatemala.
Se suman dos desconocidas de 15 y 35 años quienes aparecieron el domingo envueltas en tela de costal, Yareni Hernández (22), a quien su pareja privó de la vida para luego suicidarse, Dunia Santos (50), asesinada en Trujillo, Colón. Estos crímenes ocurrieron en la última quincena de junio recién pasado.
Las mujeres de diferentes organizaciones simbólicamente por cada asesinada exigieron justicia frente a las instalaciones del Ministerio Público, elaboraron un altar con el título “por la vida de las muertas”, con zapatos alrededor, en el centro las fotografías de las antes mencionadas y cruces de color blanco.
En sus rostros denotaban impotencia y en sus palabras indignación, por los horrendos crímenes contra las mujeres, pues no existe ningún ente del estatal que proteja el bien más importante en un Estado democrático, que es de los más fundamentales, la vida.
Asimismo denunciaron la impunidad legal ante los femicidios que es reforzada en la falta de aplicación de esta figura por parte de jueces, fiscales y otros operadores de justicia, al mismo tiempo rechazaron la figura de femicidio propuesta en el nuevo Código Penal por el consultor español Javier Álvarez, porque atenta contra el marco nacional e internacional y es un claro retroceso a los derechos de las mujeres y generará más impunidad.
Femicidios en cifras
En los últimos años después del golpe del 2009 las estadísticas muestran que los femicidios han ido en aumento.
En el 2010 los asesinatos eran 385; en el 2011 con 512; el 2012 con 606; para el 2013 eran 636; mientras que el 2014 eran 526; en el 2015 fueron 471; ya en el 2016 sufrieron 463; con un total en todos estos años de 3962.
De enero a diciembre de 2016 se produjeron 158 (Tegucigalpa) y 106 (San Pedro Sula), levantamientos un total de 264 o sea el 57 por ciento de los sucedidos en ese año .
El 42 por ciento sucedieron en Tegucigalpa y San Pedro Sula, según datos del observatorio de la UNAH.
Naturalización del femicidio
Se vieron en la necesidad de realizar este acto aunque los y las funcionarias del Ministerio Público se encuentran de vacaciones pero se declararon en estado de emergencia.
En cuanto a la Unidad Especial de Investigación de Femicidios, de la Agencia Técnica de Investigación Criminal, (ATIC), solamente funciona en Tegucigalpa y San Pedro Sula, por lo tanto su cobertura es reducida, explicó Suyapa Martínez directora del Centro de Estudios de la Mujer Honduras, (CEMH).
Se requieren dos elementos para que esta unidad sea efectiva que son capacitar más agentes que se especialicen en investigación de femicidios y ampliar la cobertura de la unidad, por ejemplo, ellos informaron que hicieron más de 260 levantamientos y hubo 423 femicidios, lo que significa que solo al 53 por ciento se le hizo autopsia y no hay respuesta para el resto, implica que para investigar debe basarse en prueba testifical no solamente en científica, considerando que por miedo nadie quiere testificar lo que el resultado es impunidad en los crímenes, señaló Martínez.
Agregó que llama poderosamente la atención la forma en que fueron ejecutadas últimamente, demuestra odio y un problema existente , es que ante crímenes las autoridades y la ciudadanía perdieron la capacidad de asombro y han procedido a naturalizar el femicidio , lo que es peligroso para las mujeres.
“Estamos declarando alerta roja, nosotras quisiéramos que el gobierno lo hiciera como lo hace en situaciones de desastres, porque el femicidio se ha convertido en una epidemia y que el Legislativo o Ejecutivo decreten alerta roja femicida en Honduras”, solicitó Martínez.
Estado responsable de femicidios
Por su parte, Merly Eguigure, Coordinadora del Movimiento de Mujeres por la Paz Visitación Padilla, indicó que los femicidios las tienen en situación de alarma, están cansadas de la impunidad y que se sienten avergonzadas que el país tenga en medicina forense más de 200 mujeres asesinadas y hasta la fecha no hay justicia, probablemente solo cuatro reciban respuesta de investigación.
Los posibles factores por los que las mujeres sufren homicidios terribles es el nivel de descomposición social, la indiferencia del Estado, la poca o nada investigación y la impunidad, por ende, los asesinos de mujeres están recibiendo el mensaje de que “matar mujeres es permitido y por eso van con mayor saña”, declaró Eguigure.
El Estado hondureño tienen una enorme responsabilidad porque su obligación es investigar y judicializar y al no hacerlo la enorme cantidad de femicidios en impunidad pesa sobre sus espaldas, argumentó.
Asesinos de sueños
Por otro lado, la feminista Karen Mejía, dijo que analizan los femicidios desde un contexto histórico y que la matanza de mujeres empezó desde hace muchos años viéndose reforzada desde el golpe de Estado del 2009.
“Actualmente estamos consternadas y hartas por la alta tasa de muertes violentas contra mujeres que alcanza los niveles más altos de Latinoamérica y donde la respuesta estatal es complaciente con los agresores que matan sueños y esperanzas”, lamentó la feminista.
Por eso su demanda se dirige específicamente a los órganos encargados de impartir justicia.
Instó a los medios de comunicación que “dejen de usar nuestros cuerpos muertos o vivos como algo para vender una noticia o que saquen imágenes de mujeres decapitadas o descuartizadas”.
Siendo el femicidio la última violencia que las mujeres están viviendo y en estos días se ve el aumento de sadismo y odio a lo que representa lo femenino, son cosas nunca antes visto, denunció.