En la investigación “Descalificación, exclusión social y odio contra comunidad LGTBI en Honduras”, realizada en el 2015, se concluyó que históricamente la comunidad LGTBI en Honduras ha sido víctima de un lenguaje homofóbico que provoca descalificación, exclusión social y odio, que muchas veces concluye en acoso, agresiones físicas y hasta en la muerte de algunos de sus miembros.

Agrega el documento que esa situación difícil que a diario viven las personas LGTBI, se ha derivado de sendas campañas montadas en algunos medios de comunicación y las iglesias,  que ven como una amenaza el establecimiento del matrimonio igualitario y la adopción, a pesar de que en Honduras esta comunidad no muestra interés  en estos temas.

Homofobia es un detonante

Francia Maradiaga de la oficina de VIH y Diversidad Sexual en el Comisionado Nacional de los Derechos Humanos, CONADEH, expresa que “La homofobia generalizada o culturalizada es un detonante muy importante que vemos ese u otro tipo de violencia que se genera por el simple hecho de ser de la comunidad LGTB, hay una violación de derechos que viene desde los ámbitos familiares hasta los institucionales y contribuimos en la parte a políticas o leyes, entonces estamos trabajando ahorita fuertemente en la a Ley de Igualdad y Equidad, ley de Identidad de género, y dándole seguimiento al tema el matrimonio igualitario que son importantes para poder responder a la violencia”.

Las cifras de los últimos años

En los últimos días fueron asesinadas en Honduras tres mujeres trans, entre ellas la defensora de derechos humanos Bessy Ferrera, y un hombre bisexual. También se produjo una tentativa de homicidio contra otra chica trans. Los nuevos crímenes de odio, con los que ya se acumulan 21 casos en lo que va del año, comenzaron el 03 de julio con Antonia Laínez Larios (38), asesinada con arma de fuego, la madrugada de ese día en una calle del municipio de El Negrito, en el norteño departamento de Yoro. Antonia era una reconocida estilista de la zona.

Los actos de violencias continuaron la noche del sábado 06 de julio con el crimen de Santi Hernández Carbajal (32), una comunicadora social trans que conducía un programa en un canal de televisión.

Santi fue asesinada de múltiples disparos de arma de fuego en la ciudad de Puerto Cortés, también en la zona norte de Honduras, y en menos de 36 horas se registró en la segunda avenida de Comayagüela, en el Distrito Central, el crimen de Bessy Ferrera (40), una activista de las personas VIH, desde hace trece años y miembra de la organización Arcoiris.

Bessy fue ejecutada de un balazo en el abdomen, entre la 1:30 y 2:00 de la madrugada del lunes 08 de julio de 2019 cuando ejercía su trabajo sexual junto a otras tres compañeras. En el hecho resultó herida de varios impactos de bala otra mujer trans y dos compañeras salieron huyendo de los agresores.

Un factor de riesgo

El Director de Somoscdc Alex Eduardo Sorto, explicó que “Las personas de la comunidad toman las medidas de seguridad como no exponerse o tratar de encontrar refugio cuando hay luz de día, pero hay que reconocer que sobre todo las mujeres trans su diario vivir es el comercio sexual que en este caso es el factor de riesgo, no es una constante de todas las personas como el caso de la comunicadora social del norte y la compañera Bessy, pero sí un factor de riesgo ya que están expuestas por la noche”.

Francia Madariaga explica que desde niños “van a la escuela y desde muy pequeños les hacen bullying porque las personas generalmente vienen identificadas desde muy chiquitos, la persona termina saliendo del ámbito escolar, entonces que es lo que queda cuando la rechaza la escuela, la familia y las iglesias, entonces una chica trans se dedica al trabajo sexual por las mismas causas y se introduce en esa vida que las pone en riesgo”.

“A través de formaciones hemos capacitado alrededor de 18 mil policías porque es una población que hemos identificado que debe proteger al ciudadano o ha generado violencia y discriminación a la comunidad LGTB tenemos casos paradigmáticos en ese caso, también en el tema de salud con la secretaría de salud libre de estigma y discriminación para relaciones claves pero que es un instrumento clave de educación”, señaló.

Crímenes de odio

Isis Victoria Hernández, oficial técnica regional para el tema de acceso a la justicia LGTB en la zona centro de SOMOScdc HN, dijo que “La inseguridad del país nos tiene en ese vaivén y en ese limbo que no sabemos si quedarnos aquí o salir corriendo, pero ciertas personas trans decidimos quedarnos, luchar y tratar de cambiar el contexto de inseguridad que tenemos, aunque otras chicas están decidiendo salir del país”.

Destacó que las medidas de seguridad son personales como no andar en transporte público, andar con cuidado de quién está alrededor, si salimos a lugares ir acompañadas porque vimos lo que hicieron con la compañera Bessy que estaba acompañada y aun así las atacaron.

El Director Ejecutivo de SOMOScdc HN refirió que “hasta el momento más allá de las buenas intenciones . La judicialización es muy baja por ahí no podríamos como identificar un apoyo especial, capaz de brindar algún tipo de protección”.

Trans y defensora

Hernández explicó que “nos ven como un blanco porque somos las que estamos dando entrevistas, damos la cara. Hay potras chicas que nos acompañan en marchas y actividades de incidencia pero somos las que estamos en organizaciones que siempre estamos dando la cara somos las que todo Honduras pueden llegar a conocer, las que si ven en las calles pueden decir ésta está en derechos humanos, lo cual nos hace más vulnerables”.

Para ella el Estado no les protege, Honduras es un país donde el acceso a la justicia para una persona LGTB es difícil y menos para una trans, “aunque no tengamos la plena confianza se debe interponer la denuncia cuando somos víctimas de cualquier ataque por lo menos tiene que quedar un precedente, aunque no se le dé solución”, manifestó la defensora”.

Investigación Descalificación, exclusión social y odio contra comunidad LGTBI en Honduras. Leála Aquí