Domingo, 24 Noviembre 2024

Amenazas a la libertad de expresión

Quiénes amenazan a las personas que en el ejercicio de la libertad de expresión e información encuentran obstáculos desde el propio Estado. En esta sección se publican con consentimiento de afectado o afectada este tipo de actos.

Julio Ernesto Alvarado: Soy un periodista perseguido por el Estado de Honduras

Posted On Lunes, 12 Octubre 2015 16:28 Written by

Un estudio de televisión, cámaras, luces y la actividad reporteril en coberturas de los principales acontecimientos del país, ha sido el diario vivir en más de 20 años de ejercicio periodístico para Julio Ernesto Alvarado, quien tiene una sentencia judicial que le coloca a las puertas de la inhabilitación por un año y cuatro meses del oficio “más hermoso del mundo”, como lo catalogaría el fallecido premio nobel de literatura Gabriel García Márquez, el periodismo.

Una querella interpuesta por Belinda Flores de Mendoza, actual decana de la facultad de Ciencias Económicas, de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), en el año 2006, luego de que Alvarado cediera su espacio a docentes que denunciaron tráfico de notas donde ella se veía involucrada. Servir de vehículo para la denuncia tuvo efectos negativos contra el periodista cuatro años después. Esa sentencia  hace que todos los días él se mantenga en zozobra y se pregunte “cuándo vendrán a notificarme”,  a pesar que cuenta con una medida cautelar de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, CIDH, que obliga al Estado de Honduras a que suspenda dicha sentencia a la cual este Estado se resiste a implementar.

Sin embargo, el estar a las puertas de la suspensión y por ende del espacio televisivo “Noticiero Mi Nación”,  el cual transmite los siete días de la semana, no le hace perder la sonrisa ni la su firme creencia religiosa, porque  afronta esta acción considerada como un retroceso en el sistema judicial en el país que además genera un clima de hostilidad al trabajo periodístico por parte de cualquier funcionario público.

A eso se suma el incumplimiento de las medidas cautelares otorgadas al comunicador por parte de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y la reciente resolución de la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia, CSJ, declarando sin lugar más de 14  Recursos de Amparo interpuestos, contra la sentencia interpuesta a Alvarado.

El comunicador social conversó con www.pasosdeanimalgrande.com acerca de su situación y como sobrelleva el hecho de ser perseguido por el sistema judicial hondureño.

Pasosdeanimalgrande.com(PAG): ¿Cómo se siente usted en esta situación, en donde está prácticamente a un paso de la inhabilitación de su ejercicio como periodista?

JEA: Dichosamente yo conmuté la prisión, pero había ciertas medidas accesorias, una de ellas era que se me suspendería de mi profesión por un año y cuatro meses, de igual manera con el noticiero, pero esa era la pena total.

Cuando yo conmuto, o pago, el abogado de la señora Belinda Flores apeló  y como el rayo en la Corte aceptaron la apelación que consistía en solicitar o contradecir lo que dice la ley, que estas medidas accesorias no las debía abarcar la conmuta, cuando la ley establece que si yo he sido condenado y conmuto, las medidas accesorias están incluidas.

Quizás las cosas ya estaban habladas y al día siguiente estaba aceptada, incluso en la Sala de lo Constitucional. Me libré de la cárcel, pero estoy en el aire, hace unos días la Corte Suprema  rechazó mis recursos, y al menos los de 17 periodistas que individualmente apelaron. Todo eso fue echado a la basura por la Sala de lo Constitucional, y se le dio luz verde al Juzgado de Ejecución para suspenderme.

Esa resolución va en contra de la determinación de la CIDH, que ordenó que no se debería tomar ninguna acción en mi contra hasta que mi situación fuera analizada y ella se pronunciara, es decir que no se ha respetado nada, se ha saltado y se ha llevado de encuentro los acuerdos internacionales que ha firmado el Estado hondureño. Esa es mi situación, de un momento a otro me mandan la notificación  para decirme que estoy suspendido.

 PAG ¿Usted tiene confianza en el sistema de justicia hondureño, sobre todo en este proceso de posible cambio de Corte Suprema de Justicia?.

JEA: Cuando uno ve los listados u oye decir que todo es un show o espectáculo, que ya están seleccionados los magistrados, uno se pregunta qué se puede esperar. Lo único que podemos esperar es un compás de tiempo,  porque viene el período de elección, que estos magistrados se instalen y comiencen a conocer los casos. No es porque sean buenos que yo considero que me favorezcan, me favorece porque si todavía no me han aplicado la sanción y viene el cambio, pues hay tiempo, mientras tanto la Comisión Interamericana sigue haciendo lo que le corresponde hacer a favor mío, porque lo que el Estado está haciendo en contra no solamente de mí, sino de los periodistas, es una barbarie. Qué estudiante recién graduado vendrá con ganas de trabajar si sabe que hay censura, muerte, persecución, señalamiento en contra de los periodistas. Será que nos tocará hacer un periodismo rosa?.

PAG ¿Es la primera vez que recibe persecución o señalamiento?

JEA: Yo he disfrutado mi profesión, primero no trabajé directamente periodismo, sino que la televisión, coordinaba y era mil usos, disfrutaba mi trabajo.

En Televicentro me dijeron que me darían mi propio noticiero  que se llamaba “Más noticias”, que salía el domingo era solamente era yo y la gente me conocía, así que seguí en la empresa por ese estímulo, yo seguía trabajando en lo mismo. Dentro del noticiero me dieron libertad para hablar, sin embargo un domingo que yo toqué el caso de la toma de posesión de un presidente electo, sin ser ofensivo ni con calumnias, yo tenía en mis manos los nombres de su gabinete que me los dijo una persona de confianza, a mitad de la grabación me llamó él mismo para decirme cosas de por qué estaba sacando esa información, que si acaso no éramos amigos, el había sido mi jefe y me reclamó. Yo le dije que yo soy periodista, investigador y que era mi trabajo, los nombres que yo di salieron en el nombramiento, yo nunca me salí del periodismo.

El gobierno de José Simón Azcona fue criticado, él fue muy honesto y creo que no se robío nada, en una sección tocamos ese tema, yo hice un reportaje donde se señalaba que funcionarios de ese gobierno eran corruptos, puse la foto de la casa presidencial que estaba en el centro, viendo lo que decía y la foto, el entendió que yo hablaba de él, al día siguiente volvieron a pedir mi cabeza, pero mi jefa me defendió.

A partir de entonces, con situaciones así, uno se gana enemigos, él no me volvió a hablar, pero no me afectó, el tenía su puesto y yo el mío. Y sobre todo después del golpe de Estado, la historia cambió completamente.

PAG : Antes del golpe de Estado por ejemplo usted tenía su programa en otro canal de televisión ¿Cómo fue la experiencia en ese canal durante el golpe de Estado?

JEA: Fui tratado muy bien, unos días después del golpe de Estado, me llamó para advertirme que el gobierno de facto de Micheletti amenazaba con represalias por lo que habláramos, el dueño de la empresa estaba muy inquieto conmigo y él me llamó para almorzar y enseñarme el comunicado, y me pidió que no hiciera los flachazos, me advirtió que podían cancelarme el noticiero, a él cerrarle el canal y meternos presos.

Al despedirnos quedamos en que iba a suavizar mis flachazos y los comentarios, él estaba muy preocupado. Yo tenía planificado ir a hacer el noticiero, un compañero me dijo que no era posible que estando en la situación que estábamos bajara la fuerza y me recomendó que mejor dejara el canal. A mí el dueño no me corrió, solo me dijo que me cuidara, pero me dejé llevar por otras voces, así que decidí ir solo un minuto para plantear lo del comunicado que restringiría la libertad de prensa y que eso rompería la calma de la empresa, que mientras ese decreto estuviera yo me saldría, y si la empresa me permitía volver a futuro estaría bien, el dueño vio todo muy delicado y nos fuimos distanciando, él pensando que yo le daría problemas, y yo pensando que no tendría libertad.

El dueño de Radio Globo y GloboTV, Alejandro Villatoro, ya me andaba buscando, yo tenía un viaje y cuando regresé vine directo a Globo TV, ahí es donde he dado mis golpes fuertes, aunque no esté encajado en la línea de la empresa porque trato de llevar mi periodismo, él no se opone, yo creo en mi periodismo y que es el que todos deberíamos llevar, aunque sí he tenido mis desaciertos. No ha sido fácil, porque la publicidad se nos cierra, apenas me vieron ahí se cerró mi cartera publicitaria. Ha sido muy duro.

PAG : ¿Siente miedo usted?

JEA: En estos últimos días sí, uno observa y ve alrededor, llegaron unos sicarios a buscarme, dos camionetas a ver si yo llegaba o no, iban a matarme. No pudieron, yo llegué tarde y subí por el otro lado, porque iba tarde, ellos me esperaban en las gradas y dejaron la camioneta en la entrada para agarrarme, pero como la camioneta tapaba, subí por el otro lado, por gracia de Dios o por milagro, pasó esto.

Cuando subo unos guardias de seguridad de la tienda de al lado me dijeron que un señor me andaba buscando para darme unos papeles, cuando entré pregunté y no había nadie, me asusté porque estaba oscuro y me regresé, cuando bajé me dijeron que la camioneta se había ido.

Me han  dicho que querían matarme antes de que llegara alguien más, eran dos cosas, tratar de ver si me liquidaban o cerciorarse que yo había llegado al noticiero, esto último no me convence porque eso lo pueden hacer encendiendo el radio.

A la media hora llegó otro carro con cinco sicarios, los mismos guardias que me dijeron antes, los detuvieron, se pusieron en las gradas para ver si subían, pero al verlos ellos, creyeron que era seguridad de la radio y que estaban esperando para agarrarlos, estuvieron dando la vuelta por la calle mientras duró el noticiero y me avisaron que no bajara, bajé hasta las cuatro de la mañana del día siguiente para asegurarme que no estuvieran escondidos ni nada, me quité la corbata y el traje, solo me quedé en camiseta porque queríamos confundirlos.

Bajamos el hermano del dueño de la empresa y el operador Erick Arriaga, pero teníamos esos ángeles que nos cuidaron. Erick fue asesinado después, algunos creen que era un aviso para mí, sucedieron muchas cosas, me abrían el carro, me tiraban los papeles, pero llegué a acostumbrarme a tanta cosa que sucedía, perdí el miedo y me acostumbré, miraba tipos medio raros que llegaban a preguntar por mí, gente vestida de militar, del Escuadrón  Cobras, pero no eran policías reales, eran matones. Se vestían así para engañar, porque a mí me habían puesto Cobras por seguridad, y conocía quiénes eran.

PAG ¿Cómo ve su familia esta situación?

JEA: Mi familia es cristiana, muy creyente, confía mucho en Dios, pero igual se preocupa. En mi casa yo tenía muchos árboles napoleones por la sombra y las flores, me fueron a cortar cinco, no supe que pasó, ahora hay visitas raras frente a mi casa. Esto tampoco lo reporté, hay tantos periodistas y tanta gente que pasa poniendo denuncias, yo recibo mensajes amenazantes desde los call centers, pero me acostumbré y no les hago caso. Hay organismos de derechos humanos  que reciben mensajes, pero a mí eso no me gusta ir a hacerlo porque la gente se aburre de uno.

PAG ¿Ha recibido solidaridad del gremio?

JEA: No, yo me había quedado solo, llevé todos mis documentos al Colegio de Periodistas y mantuve al día al presidente de lo que hacía la Comisión Interamericana, lo de mis medidas cautelares, y nada, ni una palabra de parte del colegio. Yo miraba que alguien le había arrugado la cara, y ahí si ponían la queja, pero a nosotros que estábamos en el filo de la navaja no hacían nada.

PAG ¿Cómo ha sentido usted este posicionamiento ante instancias internacionales?

JEA: Hice todo lo que tenía que hacer en Honduras, cumplí con todo, hoy hay diversas organizaciones internacionales pendientes de mi caso, entre ellas Pen Internacional y en Honduras es la Iniciativa Periodismo y Democracia que lleva mi defensa e incidencia sobre el caso. Pen Honduras me ha ayudado en la incidencia pública también.

PAG ¿Qué mensaje quieren dejar a su criterio con la utilización de la querella para silenciar la crítica?

JEA: Quieren sembrar terror, que no denunciemos las cosas, que nos vayamos por otro lado, que no señalemos. Han creado un ambiente de zozobra, han creado grupos, policías militares que andan detrás de los periodistas, todo esto sale con mi caso y por mis medidas cautelares. Ellos deben decirse que no pueden permitir esto, para que no haya más casos como el mío donde hay medidas cautelares que se convierten en una denuncia contra el gobierno. Es una medida cautelar que ha trascendido la frontera.

PAG ¿Los gobiernos son amigos de los y las periodistas?

JEA: No, el gobierno no es amigo de nadie. Si yo voy a la cárcel, ellos lo aplauden porque meten miedo en los demás. Que se oiga decir que Julio Ernesto  está en el bote es bueno para ellos.

Yo fui condenado, yo soy un periodista condenado por el gobierno de Honduras, pero yo pagué para no ir a la cárcel. No contentos porque conmuté, porque la ley me favorecía en ese sentido, me condenaron  en la Corte de Apelaciones, ese es un delito de esos magistrados, y ojala que un día Dios tenga algo que ver con ellos, porque él es justo. Realmente uno se indigna cuando suceden estas cosas, la ley, la misma jueza me dijo a mí que yo iba libre completamente, pero con la denegación del Recurso de Amparo, le ordenaron que aplicara la sentencia de la Corte de Apelaciones.

Hay acuerdos internacionales que no se han respetado, y tampoco los derechos humanos, a ellos no les gustan estas cosas. Se quieren seguir llevando de encuentro a los periodistas, la idea es esa, quieren ponernos bozal, con un caso como el mío, no cumplir con la medida cautelar y lograr de esa manera que los periodistas se abstengan de denunciar. Pero yo voy a ganar. El llamado es a los periodistas a que sean más ágiles, a que se solidaricen, no por mí, sino por los que vendrán.

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El medio surge para ayudar a los periodistas, trabajadores de los medios de comunicación y los grupos vulnerables de Honduras (jóvenes, mujeres, indígenas y personas LGBTI) a ejercer su libertad de expresión y documentar los abusos de derechos humanos.

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