Castillo es estudiante de la carrera de Sociología. El 18 de diciembre de 2014 fue expulsada por las autoridades universitarias junto a cinco compañeros más , su regreso a clases fue gracias a un Recurso de Amparo presentado por sus apoderados legales ante la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia, CSJ, lo que molestó a la rectora Julieta Castellanos que no ha cesado en estigmatizar  a los expulsados.

Desde esa fecha la tranquilidad se alejó de la vida de Dayanara, seguimientos, vigilancia, discriminación y golpes  por su opción sexual, y por último una detención ilegal cuando iba a clases a la UNAH, donde estuvo a punto de ser desaparecida forzadamente pues fue llevada a una posta policial y su audacia en llamar a un amigo sin que los uniformados se dieran cuenta, es lo que le salvó su vida. Esos incidentes le obligaron a dejar a su familia y dejar la patria que la vio nacer, Sus amigos, compañeros de estudio y catedráticos la recuerdan con mucho cariño y con nostalgia, pues ya no pueden verla.

Dayanara creyó que la pesadilla había terminado, pero hoy se reanudó, un desconocido la llamó a su teléfono celular del país donde se encuentra para decirle “te vas a arrepentir si regresas, y tenés que venirte en menos de lo que crees”, no quiso decir su nombre, pero pretendió dejar en shock a la estudiante.

La joven ha hablado desde ese celular con su familia, amistades y abogados, por los últimos acontecimientos en la UNAH , donde la policía , el Ministerio Público y las autoridades universitarias la vinculan con las protestas y aduciendo eso tiene una orden de captura.

“Creí que regresaría por fin después de estudiar muy fuerte logré graduarme con una beca que solicité, estaba emocionada de volver a ver a mi gente, pero todo se vino abajo, ahora de paso me llaman para amenazarme como queriendo decir no creas que te has salvado”, relató.

Castillo hizo un llamado a los organismos internacionales para que le brinden  protección y por fin termine su calvario.

Los estudiantes vienen denunciando un clima de vigilancia y hostigamiento por participar de las protestas en la UNAH.

Cesario Padilla fue objeto de vigilancia en agosto del año 2015  en su casa por dos hombres desconocidos uno de ellos con las mismas características que uno de los guardias de seguridad de la UNAH. Hasta el momento ningún organismo del Estado ha iniciado acciones tanto para investigar el origen de las amenazas como para protegerlo.

En semana santa de este año Moisés Cáceres, otro de los estudiantes con dos procesos judiciales, fue seguidos por varios ocasiones por carros desconocidos y un hombre llegó a buscarlo a su colonia.

Por estos dos casos la Iniciativa Periodismo y Democracia ha solicitado protección invocando la Ley de defensores, periodistas, comunicadores sociales y operadores de justicia que entró en vigencia desde el año pasado, pero no ha obtenido respuesta del Mecanismo de Protección.