Una persona no informada sobre la realidad interna de Honduras, diría “qué buen presidente tiene Honduras”, pero no se engañe, del dicho al hecho hay mucho trecho, dentro del país las cosas son diferentes, el futuro de los hijos y nietos en realidad es ofertado al mejor postor a nivel internacional como si se tratara de una mercancía.
Al mandatario Hernández poco le importa el futuro de las personas en el país, le interesa el dinero a manos llenas a costa dejar devastado el medio ambiente, es muy seguro que sus hijos y nietos sí tendrán asegurado su futuro, los demás lo que tienen en sus manos resistirse al despojo.
Según un estudio realizado entre el 2007 y 2012, sobre la situación de la minería en Centroamérica y publicado en julio de este año, hay más de 800 proyectos mineros potenciales aparte de los ya existentes, lo que significa un 35 por ciento del territorio nacional. Donde hay un proyecto minero, llega la muerte, las poblaciones afectadas por la minería a cielo abierto sufren graves consecuencias, a ellas no les quieren dejar plan B, sino el plan M, de miseria y muerte.
Y no digamos de los proyectos hidroeléctricos que se han establecido en el país o que lo harán muy pronto porque tuvieron acceso a una concesión leonina de 30 años para establecerse principalmente en comunidades indígenas a las que dejan sin agua, violentan sus derechos ancestrales y provocan asesinatos de líderes.
Nada que ver con el discurso internacional de respeto a los derechos humanos, el afán del mismo es atraer recursos no para proteger la tierra como dijo Hernández, sino para satisfacer mezquinos intereses empresariales.
El irrespeto a la vida es crucial para quienes han decidido defender sus territorios, la situación se vuelve cada día más crítica.
Creo que es importante contrastar la realidad con las palabras y desmenuzar un discurso demagógico y monetarista que ,lo que busca es hacerse ver como la tabla de salvación para evitar el impacto del cambio climático.
La vida de los hondureños y hondureñas no vale nada en la agenda gubernamental al mando de Hernández, al contrario cada día que pasa del actual gobierno se observa mayor despojo.
El atrincherarse en un discurso vacía de verdad, es lo habitual en Hernández pide y pide en el extranjero para llenar los bolsillos de grupos de poder. Su accionar ya no es una novedad, anteriormente estuvo en el Congreso Nacional como presidente, allí hizo su agosto con los recursos naturales.
El don dinero es lo que resalta en su actuación, por eso creó una alianza pública privada para saquear al país.
Ante tal desfachatez lo que queda es la unidad de todo el pueblo de Honduras, la solidaridad de la comunidad internacional es vital para quitar la demagogia e impulsar una lucha frontal para proteger a los hijos y nietos a quienes les están asaltando su futuro.
Los pueblos indígenas y negros constantemente denuncia el despojo, los demás poderes del Estado hacen oídos sordos.
Por Dina Meza (De la columna Between Bullets and Censorship-sampsoniaway.org )
Versión inglés: http://www.sampsoniaway.org/fearless-ink/2015/12/30/the-fake-concerns-of-a-president-who-plunders-his-country/