Bajo el grito de “el lempira irata” “karage tikit kata” que significa “el lempira vive”, “la lucha sigue”, se celebró el Gancasco (pactos de paz y alianzas de luchas) entre 15 pueblos indígenas del departamento de La Paz como son Crucitas Santa María, El Mango, Sinpinula, Batuyal, Upa Cerro Grande, Instancias, La Unión, Rio Negro, Planitos, Arenales, Quilaterque, aguantequerique, El Ocotal, Gualinga y Chiligatoro (Intibucá).
Sinpinula y su autogobierno
El propósito de nombrar un consejo indígena es para empoderar a la comunidad a través del autogobierno, se viene dando una lucha desde hace unos años, el primer paso fue que obtuvieron la personería jurídica del Movimiento Indígena Lenca Independiente de La Paz Honduras (MILPHA) en el año de 1999, poco a poco han reconstruido sus costumbres hasta llegar a la consagración del cerro sagrado.
Los pueblos indígenas de La Paz han detectado una nueva manera de despojo de las tierras por parte del gobierno de turno utilizando el catastro para tal fin.
Víctor Vásquez, con micrófono |
Para Víctor Vásquez el Catastro es una idea importada de Colombia que en simples palabras es una ley de ordenamiento territorial de las tierras ancestrales, para dividirlas, devaluarlas y darles pedazos de terrenos, pero “nosotros no los vamos a dejar entrar”.
Ya hay más de diez comunidades en Santa María completamente organizadas para “resistir la emancipación de las tierras, somos pueblos originarios indígenas lencas, no vamos a permitir, aquí estamos dispuestos a derramar nuestra sangre pero no vamos a aceptar esa ley de catastro”, manifestó el líder indígena.
Vienen los colombianos que ya el mandatario “a saber cómo estaría para entregarles los ríos y las montañas, no se acordó que aquí vivimos indígenas”, dijo Vásquez.
Las casas de los habitantes de Sinpinula tiene en las paredes los suches para encender los focos del alumbrado eléctrico, el enorme campo de futbol tendría buena iluminación para apreciar mejor los partidos. La alcaldía les llevó el proyecto de energía; les dejaron apreciar las lámparas encendidas de los bulbos de vidrio, para que el pueblo anhelara la luz, estos permanecieron por espacio de un mes; luego llegó a la comunidad un colombiano quien les hizo saber que si no dejaban que catastro les midiera las tierras no volverían a tener el beneficio del alumbrado.
Es así como se escucha a las niñas decir “si tuviéramos luz” o a las mujeres “si tuviéramos luz podríamos ver tele”.
“Ahora para poner luz vienen los colombianos para catastrar la tierra, cuando vino la gente a querer exponernos a nosotros el proyecto de la luz, nos pusieron un buzón de quejas que nos iban a respetar y ahora si no aceptamos el catastro no nos ponen la luz” denunció el lenca.
La iniciativa era catastro pero después le pusieron el nombre de “Control territorial”, esto es, que el alcalde va a vigilar lo que tenemos, porque quieren que paguemos impuestos pero “los ponen por categorías de la 1 a la 8”.
Añadió que posiblemente si permiten el Catastro en el futuro tendrán problemas con sus tierras, ya que “no tenemos cómo pagar impuestos, no hay trabajo, vivimos de lo que sembramos, si vendemos café es para comprar maíz, y cuando lo hacemos con los frijoles entonces compramos el azúcar, cuando no tenemos, hay que guardar la comidita como el zompopo”.
Vásquez enlistó que lo que hace el representante del Ejecutivo Juan Orlando Hernández es mandar a meter a los hijos de los indígenas a los batallones, a la policía o a las empresas de seguridad para cuidar los bienes de los terratenientes.
Sin consultar a las comunidades el alcalde de Santa María les quitó la maestra a la comunidad de Sinpinula, ahora les enviaron a dos profesores pagados por la comuna.
“No nos han respetado los alcaldes, han estado vendiendo plazas, de hecho aquí a los maestros les decimos paracaidistas, hoy trajimos a la maestra encargada de educación para que se den cuenta que somos una comunidad indígena con nuestras costumbres”, mencionó Vásquez.
La escuela fue edificada en 1975 consta de una sola pieza en donde le dan clases a tres grados, adaptaron una casa al lado para que otros tres grados fueran colocados; el preescolar y el kínder no lo atiende una maestra titulada, sino que mandaron a una joven de la comunidad a unas capacitaciones y con un sueldo de mil lempiras al mes, les enseña lo que se supone es el fundamento de la educación.
Tampoco hay un colegio, sino que las y los jóvenes tienen que caminar una hora de ida y una de regreso a la comunidad más cercana para recibir el pan del saber, en donde imparten hasta el noveno grado y el bachillerato en ciencias y letras.
En el tema de salud, tienen que caminar largas horas para trasladarse a al centro de salud más cercano, para ser atendidos por cualquier problema, por ello, en algunos casos echan mano del antiguo conocimiento de las plantas medicinales para curar algunos males.
Hizo un llamado a Hernández “que respete nuestra cultura y costumbres como pueblo lenca que somos”.
Desarticulación de títulos
La escondida comunidad de Gualinga no queda exenta de la venta de sus territorios, la concesión de los ríos y la aplicación de la Ley de ordenamiento territorial que el congreso aprobó “para poder permitirle a los alcaldes la desarticulación de los títulos comunitarios, parcelar a los indígenas dándoles su pedazo para que lo pueda vender a un ladino” reveló Felipe Benítez Vásquez quien goza de medidas cautelares otorgadas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
Con esta ley se le facilitará a las transnacionales realizar sus proyectos extractivos, los indígenas consideran que ésta es una estrategia a largo plazo y al oponerse es cuando la exclusión es mayor.
Aseguró que las empresas extranjeras le han dado las pautas al Legislativo para que les aprueben sus leyes, como ejemplo mencionó la Ley Monsanto que les dio las pautas a los congresistas para decretar la protección de semillas vegetales, para permitir que las semillas criollas pasen a ser propiedad privada y luego desaparezcan.
Se produce una clara violación al Convenio 169 en el momento que quieren desaparecer los títulos ancestrales y tome el control el gobierno local, además, el artículo 6 de este compromiso internacional dice que las comunidades indígenas tienen el derecho a que les consulten antes de aprobar reglamentos que afecten a sus intereses y que “en ningún momento el gobierno ha consensuado” dijo Felipe.
Recordó que hace poco en el municipio de Santa Elena se auto convocaron a una consulta que no es vinculante, porque los alcaldes no hacen uso de este instrumento de participación de manera transparente, entonces como MILPAH se tomaron la atribución de censar a la población indígena y convocarla al proceso en donde el resultado fue un “NO” rotundo al proyecto hidroeléctrico en el Rio Chinacla, lugar de interés de la empresa que dirige el esposo de “Gladys Aurora López, vicepresidenta del Congreso y presidenta del Partido Nacional” y un “NO” al reordenamiento territorial que es Catastro.
Para combatir esta nueva forma de expropiación de los territorios indígenas, están creando en todas las comunidades los “Autogobiernos” y empezaron un proceso de denuncia pública, ya que muchos alcaldes están implementando leyes sin consulta, sin atender al artículo 125 de la ley de municipalidad en donde mencionan que ellos deben respetar los convenios internacionales como el 169, que al transgredir esta cláusula, los pueblos pueden pedir la nulidad ante las instancias correspondientes”.
Aseveró que “La gente está en rebeldía, las comunidades nos estamos uniendo, siempre hay problemas de división porque la metodología de ellos es divide y vencerás, ellos tratan de dividirnos con proyectos de vida mejor, eco fogones, las camionadas de ropa para engañar a la gente” agregó que la gente está tomando conciencia, como sucedió el día de la consulta, que el alcalde estaba regalando abono, pero la gente agarró lo que le daba y se fue a votar.
Fuerzas vivas en acción
La comunidad del Ocotal está enfrentando tres problemas principales; uno de ellos es que desde el 2013 se resisten a la instalación de una represa en el caserío de Lepasale, el proyecto lleva el mismo nombre.
Igualmente en la aldea no permiten la explotación de minerales en la comunidad de las Minitas que colinda con la misma y de la entrada del Catastro.
Las y los pobladores indígenas tienen la plena seguridad que sus tierras son ancestrales, las que compraron fueron con títulos extendidos por el Instituto Nacional Agrario (INA), enumeró Félix Vásquez.
Prácticamente Catastro pretende hacer un inventario al “medir las propiedades, las siembras, si las casas son de cemento o pisos de cerámica, estamos de acuerdo de pagar bienes inmuebles, pero menos que nos quiten una pulgada de tierra que tenemos en el Ocotal, son tierras que a las comunidades les ha costado”, apuntaló el indígena.
Sin embargo, consideraron que si algunas personas han participado en que el gobierno les ha ayudado en la construcción de viviendas eso no les da derecho a ir a medirles los terrenos.
Mencionó que algunos indígenas tienen procesos por la lucha por las tierras, en su comunidad existen tres grupos organizados de campesinos indígenas, que a raíz de eso están pasando por procesos judiciales, casualmente el lunes 22 de agosto del presente año, Vásquez debe presentarse a los Juzgados de Santiago de Puringla, por una denuncia de “usurpación de tierras” como presidente del patronato y de la junta de agua.
Esto porque apareció como dueña Marleny Elizabeth Umanzor Martínez, ella vive en el municipio de Tutule, los indígenas argumentaron que el terreno al que se refiere la terrateniente es ejidal, por lo que lo han declarado “Plaza de la Salud”, ya que en ese lugar en conjunto con cinco comunidades realizan las “Ferias de Salud” de las que se beneficia el centro médico del Ocotal.
Señalada la audiencia han preparado un paquete de pruebas que muestran que Umanzor no es dueña del terreno.
Vásquez denunció que en “este gobierno nos estamos enfrentando a grandes desafíos, aparecen gentes reclamando tierras que ni siquiera la conocemos”.
El movimiento social del Ocotal está integrado por las fuerzas vivas de la comunidad como los grupos campesinos, organizaciones de mujeres, junta de agua, patronato, comité pro católico, dos iglesias evangélicas y el equipo de futbol.
Mujeres sin oportunidades
La situación de las mujeres de las comunidades de Santa María en todas es similar, se levantan a las tres de la mañana para encender el fuego cuando hay que cocinar, luego de hacer todo el oficio se trasladan a las milpas a trabajar hombro a hombro con sus compañeros.
Es la vida de Dilcia Esperanza López de 25 años y dos hijos, una de las mujeres que además de dedicarse al trabajo en el hogar, le toca ir a sembrar maíz, yuca, mínimos, plátanos, frijoles, desgranar y tostar café y malanga, opinó que “ahorita no hay trabajo” y que esta situación en algunos casos hace que los hombres emigren a buscar suerte a otros lugares.
Lo que cultivan es para consumo local, solo el café llevan a vender a otras comunidades.
Desafortunadamente para las mujeres no existen oportunidades, están las que se gradúan y se acompañan, no encuentran otra cosa, y las que en raros casos se van a aventurar para Tegucigalpa o San Pedro Sula.
Muchas solamente cursan el sexto grado, ya que sus padres no cuentan con recursos económicos para sostener las exigencias educativas, toca ser madres entre las edades de 13 a 17 años, contando que existe un alto número de paternidad irresponsable y pocas veces los hombres ayudan a sus vástagos, lo que hace que se engrosen las filas de las adolescentes embarazadas; en ocasiones dejan a sus hijos con sus madres para ir a trabajar a las ciudades.
“A veces hay niñas que solo salen de la escuela y se van a trabajar a Tegucigalpa añadió López, asimismo, mencionó que hay dos formas en que estas jovencitas pueden sobrevivir en la ciudad; consiguen empleo en comedores o trabajos domésticos.
En sinpinula no hay personas profesionales, porque el acceso a la educación es poco o nada; a pesar que la población es básicamente joven.
Quisiera estudiar
Jenis Nohemí desde temprana edad trabaja sembrando la tierra con su familia, no tiene la oportunidad de estudiar, porque sus padres no pueden costear sus estudios , el lugar es muy lejos para trasladarse porque su obligación es ayudar a su familia con la siembra y la cosecha que les sirve para vivir el día a día.
“Si quiero estudiar, en el transcurso del tiempo” explicó que no ha pensado lo que le gustaría estudiar, no ha considerado en emigrar de la comunidad, suspiro, que si su papá tuviera un buen trabajo sería una oportunidad para ella, por eso “no podemos”.
La única vida que Janis conoce es levantarse todos los días a sembrar frijoles, maíz, para sostenerse en la vida, y así va pasando la juventud, “primero hay que sobrevivir para pensar en otras cosas” finalizó.
Será doctora
Por su parte, Xiomara Reyes Castillo cursa el octavo curso, estudiará el bachillerato, sueña con ser doctora, contempla la posibilidad que para tener la oportunidad de alcanzar su deseo debe abandonar la comunidad donde nació, porque si permanece en ella nunca podrá hacerlo.
El padre de la joven se fue a trabajar a Tegucigalpa hace 14 años para darles un futuro mejor, pero se quedó allá, con suerte lo ven una vez al mes; de igual manera su hermano José Ovidio Castillo, no tuvo otro remedio.
Miró a su alrededor, opinó que la vida de las mujeres es difícil, que la mayoría de sus amigas quieren estudiar, pero que pocas lograran llegar hasta donde solo se imaginan, sino que tendrán que casarse.
Xiomara está dispuesta a aventurarse a Tegucigalpa para poder ser doctora, porque en la tierra que la vio nacer la única opción es acompañarse y ser madre.
Ser mecánico
Llegará hasta estudiar electricidad, pero le gusta la mecánica, por eso Elmer Daniel Vásquezde 15 años, cuando sea necesario emigrará a una de las grandes ciudades para trabajar y continuar con sus estudios.
Actualmente se levanta bien temprano, se va para el colegio donde está en noveno grado, regresa a almorzar después de caminar una hora desde el colegio y se va para la milpa; está claro en su pensamiento que al graduarse de media, debe conseguir trabajo en otro lugar para continuar con lo que quiere ser.
Se visualiza en Tegucigalpa trabajando y estudiando si las oportunidades se le presentan, “aquí no lo puedo hacer porque no se puede” exteriorizó el muchacho.
Educación
Los pueblos indígenas de La Paz quieren que la educación sea intercultural y que enseñen las lenguas, escucharon del gobierno central que quiere implementar el inglés como segunda lengua y se preguntan ¿Por qué no enseñar lenca?
Para estas personas es necesario rescatar uno de los idiomas originarios para después adoptar un extranjero, es una lucha que están dando las comunidades afiliadas a MILPAH y que les falta ir a la Secretaría de Educación a exigir ese derecho.
Piden ante la representante de la departamental de Educación de La Paz, Nely Georgina Reyes, que no se siga politizando la enseñanza de los pueblos originarios porque si hay lencas que se profesionalizan como maestros, esos deberían enseñar en sus pocos centros educativos.
Por ejemplo, lo que sucedió con un agrónomo oriundo de Santa María que había conseguido una plaza interina para impartir la clase de agropecuaria y lo despidieron cuando fueron a averiguar a la Secretaría de Educación, no les dieron mayores explicaciones.
La funcionaria Reyes se identificó como lenca, crecida en las costumbres, ella tiene siete meses de coordinar la unidad Intercultural del departamento, es egresada de un programa con enfoque a la educación intercultural.
“Estamos luchando con un gran monstruo que es la política y la oligarquía”, al mismo tiempo mencionó el convenio 169 en la parte que habla de la educación especial que deben recibir las comunidades indígenas y que el gobierno está incumpliendo este apartado.
Están viviendo una marginalidad hacia los docentes indígenas que egresan de los programas interculturales no los quieren aceptar por el simple hecho que no levantan la bandera de ningún partido político porque ellas y ellos se deben a la madre naturaleza, a su pueblo, a los ancestros con el concepto de conservar lo que les pertenece.
Enfatizó la educadora lenca que no se acomodan al sistema del país, que en su coordinación trabajan en el fortalecimiento de la cultura, piensa que “debemos rescatarla porque nos estamos dejando invadir de otras culturas, valores y educación”.
La funcionaria concientizó que no deben dejar que les impongan el inglés como segunda lengua sin siquiera dominar bien el español, en tanto que “no nos quieren ver luchar por el rescate de nuestra lengua materna, la lenca”.
Ya tienen un formato en donde han recopilado mil 360 palabras lencas reconocidas por lingüistas internacionales, pero que aún falta la voluntad política para que lo aprueben en el país.
“Al sistema no le conviene que el indígena se levante, se eduque y que conozca todo lo que tenemos, las riquezas que poseemos en nuestros pueblos, la lucha es nuestra y vamos a continuar unidos”, concluyó Reyes.
Oración cósmica
Juramentaron el cerro donde se blandea una bandera de Honduras ya casi raída por el viento, declarando su cima como lugar sagrado para realizar ceremonias, con fin de organizarse como lencas, para rescatar su identidad y costumbres ancestrales.
Es la primera vez en Santa María que se nombra de manera conjunta un cerro, en esa ocasión la ceremonia para rendir honores a Dios que en lenca se dice “norwases tu kaika”, trasladándose al altar debidamente elaborado en donde estaban colocadas frutas, hortalizas, flores y semillas producidas en las tierras de Sinpinula.
Narraron que cuando los colonizadores llegaron al territorio hondureño, los indígenas tenían sus formas de espiritualidad, en donde colocaban una cruz cósmica direccionada a los cuatro puntos cardinales que son oriente, poniente, norte y sur; la consagración inicio con uno de los sacerdotes de Intibucá quien se descalzó portando el humo del incienso en medio de un círculo.
Pronunciaron oraciones cortas hacia donde direccionaban a los cuatro puntos, donde nace el sol es el color rojo representado con hermosas flores que significan vida; donde cae el sol es de color había maíz y candelas lo que simboliza la muerte de los ancestros invitándolos a posarse en medio del círculo como Lempira, Tempica, los tatarabuelos y Berta Cáceres que hace poco se unió a ellos y ella.
Al norte el color es blanco, allí se pide toda la protección y sanación de los males; el sur es de color amarillo que es lo femenino en donde se invoca la fertilidad de las frutas semillas y la familia, también se colocan los clores azules que son la inmensidad de los cielos, los mares y lo verde la madre naturaleza, la madre tierra (maicaurra) en el centro del altar.
Las oraciones se hacen viendo los cuatro puntos cardinales, algo interesante es que las personas pueden dar gracias por algo o pedir lo que se necesita, con las manos abiertas para que salga lo negativo y los pensamientos negativos.
Declaratoria
Para finalizar las y los representantes de las comunidades en el Guancasco procedieron a firmar la declaratoria teniendo como testigos de honor a comunicadoras, comunicadores y corresponsales de Radio Progreso de varias partes del país, entre ellos dos periodistas de “El Faro” de El Salvador.
En medio del humo ceremonial leyeron la declaratoria, consagraron el cerro con copal, enunciándolo como un cerro para celebrar actos ceremoniales, religiosos, indígenas y ancestrales; porque la espiritualidad es diferente a la religiosidad. Fue bautizado a partir del domingo 21 de agosto del año 2016.
Contenido de la Declaratoria :
Consejo Indígena Lenca del pueblo de Santa María, La Paz, reunidos los y las miembras de este pueblo antes mencionado, en un encuentro de pueblos y comunidades indígenas de nuestro pueblo en una Asamblea General en el lugar que ocupa la comunidad de Sinpinula justamente en el cerro ceremonial que llevará el nombre del Cerro “Guastestufaica” que quiere decir “Cerro de Nuestro Señor”.
Para analizar las amenazas y problemas que nos están atacando, y violentan nuestros derechos indígenas como la Ley de Concesiones Mineras, Concesiones de Ríos, Concesiones de los cerros y territorios, la de Protección o sustentoríos Vegetales (Monsantos), entre otras leyes que permiten la venta de nuestros territorios y bienes comunes para proyectos extractivos, frente a este Estado de indefensión, amenazas y muerte de nuestros dirigentes indígenas, campesinas, obreros y otros; tal como la muerte de nuestra hermana Berta Cáceres y otros compañeros lencas, y campesinos que han ofrendado su vida, hacemos la declaración siguiente:
- Nos declaramos en alerta permanente frente a la venta despiadada de nuestros ríos y territorios y bienes comunes de este pueblo de Santa María.
- Declaramos las semillas criollas, originarias e indígenas como patrimonio propio del pueblo lenca de Santa María, La Paz.
- Declaramos que el cerro que está en la comunidad de Sinpinula como un cerro indígena lenca que llevará el nombre de “Guastestufaica” que quiere decir el “Cerro de Nuestro Señor” para actos ceremoniales.
- Rechazamos rotundamente la politización de proyectos y programas por parte del gobierno de Honduras.
- Rechazamos el proyecto reeleccionista del actual gobierno de Juan Orlando Hernández que es un mal y pésimo gobierno para nuestros pueblos.
- Exigimos al gobierno de la república la despenalización, persecución y asesinato de nuestros dirigentes y compañeros que hacemos oposición a los proyectos extractivos.
- Amparados en el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo y la Declaración de los Pueblos Indígenas y el artículo 18 de la Constitución de la República y el 346, damos el mandato de seguir con el proceso de defensa y organización del Pueblo de Santa María al Consejo Indígena Lenca de este pueblo.
Para constancia firmamos en la comunidad de Sinpinula, departamento de La Paz, a los 21 días del mes de agosto del 2016.