El corredor seco, que incluye entre otros los departamentos de Choluteca, Valle, Francisco Morazán, El Paraíso, Intibucá y La Paz, lo conforman poblaciones que sufre cada año la pérdida de sus cultivos debido a los cambios climáticos y por el enfoque de políticas públicas implementadas en la región, las que según los pobladores, no han sido coherentes con su realidad.
De acuerdo con las comunidades de 8 municipios de los departamentos de Valle, La Paz, Choluteca e Intibucá, que participaron en la realización de su propio diagnóstico, mientras el gobierno pone en ejecución políticas asistencialistas, las organizaciones comunitarias que trabajan en estos municipios del Corredor Seco, le apuestan a una solución permanente e integral.
Los pobladores de Langue, Aramecina, Namasigue, Orocuina en el departamento de Valle; Camasca, San Francisco de Opalaca, San José y Opatoro, en Intibucá, tienen una visión crítica hacia el gobierno porque las salidas a los problemas que les han ofrecido, se enmarcan en políticas asistencialistas y partidarias.
“Existen programas del gobierno central, a través de Gobernación y la municipalidad, pero son programas asistencialistas que solo favorecen a las personas que pertenecen al Partido Nacional; son paliativos y quienes los aprovechan son los activistas”, dijo un líder del municipio de Opatoro, Intibucá.
Los líderes agregaron que el problema radica en que el gobierno ejecuta acciones enmarcados en la lógica de “generar más clientelismo político” y dependencia de las familias campesinas a través de la transferencia condicionada de bonos y alimentos. Agregaron que los proyectos gubernamentales se ejecutan en el marco de los componentes del Programa “Vida Mejor”, convirtiéndolos automáticamente en asistencialistas y político-partidistas, con lo que se profundizan las brechas de dependencia alimentaria de las familias campesinas.
Organizaciones no gubernamentales le apuestan a soluciones integrales
Los pobladores consideran, por otro lado,que han sido las organizaciones no gubernamentales y de cooperación internacional, las que ha hecho la diferencia en el esfuerzopor dar respuesta a los problemas que deja la sequía en la región.
Estas organizaciones han llevado proyectos más integrales mediante estrategias de incidencia y presión, con las que defienden los territorios, los ríos y entrega de tierra a los campesinos. Citan entre estas a la Asociación de Mujeres Defensoras de la Vida (AMDV), a la Asociación de Desarrollo Rural de Honduras (ADROH), la Central Nacional de Trabajadores del Campo (CNTC), y La Fundación para la Promoción del Desarrollo Humano y Local, SIMIENTE.
Intentando delinear alternativas viables de solución a sus problemas, enlistan como apoyo brindado por estas organizaciones, la formación de técnicos en temas de siembra y control de plagas; la creación de cooperativas y cajas rurales, bancos y rotación de semillas, establecimiento de centros de salud y talleres sobre cuidados alimenticios, al igual que el uso de abono y pesticidas orgánicos.
En la gama de soluciones también se puede enumerar la perforación de pozos para uso del agua en cultivos y en el ámbito doméstico, una opción que ha favorecido además, con el cultivo de huertos familiares a través de redes de mujeres productoras.
Aunque estas comunidades se sienten agradecidas con los proyectos de las agencias de cooperación nacional e internacional, lamentan que no tengan sostenibilidad, ya que después del tiempo de ejecución quedan desamparados porque ni el gobierno o las municipalidades les brindan seguimiento.
A partir de los proyectos que la cooperación nacional e internacional ha desarrollado en la zona (con buen suceso), los pobladores del corredor seco consideran que puede delinearse una estrategia de ataque a los efectos del cambio climático y la sequía.
Los datos que se esbozan como alternativas de solución, fueron el resultado de los grupos focales que se realizaron en 8 municipios de los departamentos de Valle, Choluteca, Intibucá y La Paz, en el marco del proyecto “Promoción y defensa del territorio e incidencia para el derecho a la alimentación en Honduras”, que dirige la Agencia Católica Irlandesa para el Desarrollo –TROCAIRE-, y que ejecuta de forma conjunta con el Centro de Estudio para la Democracia –CESPAD- en la zona.