Uno de los factores determinantes para que haya segregación política de las mujeres negras en el país es la extrema pobreza en la que está sumergido este grupo que ha pasado a ser de los más vulnerabilizados por la sociedad hondureña.
“No hay mucho que decir de las mujeres negras en política”, sostuvo Mirian Miranda, coordinadora de la Organización Fraternal Negra de Honduras, (OFRANEH), y al buscar datos acerca del tema no se encuentra nada de información acerca de la intervención de ellas en los partidos políticos.
Pocos recursos económicos
Difícilmente se podrán encontrar datos estadísticos. No existe un apoyo real dentro o fuera de la cultura garífuna para impulsar a las mujeres a interesarse en la vida pública de la nación, así que las pocas que han incursionado lo hacen de manera independiente, dedicando mucho esfuerzo y trabajo en la búsqueda de espacios y no quedarse atrás para aportar alos cambios estructurales del país, indicó Lino.
Como garífuna tuvo que abrirse paso para mostrar su capacidad de ocupar un cargo político, en las pasadas elecciones del 2013 Lino iba en una planilla para diputada al Congreso Nacional en la corriente del Movimiento Renovador del Partido (MRP).
Expresó que “nos hemos dado cuenta que tenemos que romper el camino nosotras mismas e ir generando conciencia para conseguir apoyo, porque solo nosotras podemos solucionar los problemas que tenemos como etnia”.
Su experiencia data desde el año 2005 cuando incursionó por primera vez en política en el Partido Liberal y calificó su última experiencia en las pasadas elecciones primarias como buena, por el apoyo que recibió de sus compañeros de movimiento.
“El problema que tenemos es la parte económica, porque en política se gasta mucho dinero y no he querido comprometerme a buscar apoyo con personas para no adquirir obligaciones , llegar al Congreso y una vez allá recibir órdenes para poder legislar”, finalizó la candidata.
Doble discriminación
Por su parte, Ashanti Crisanto Peralta candidata a diputada por el partido LIBRE, dijo que el principal factor por el que las mujeres no tienen oportunidades de sobresalir en los cargos de elección popular es el dinero, ser mujer y ser negra en su caso es un enorme reto a vencer ya que hay doble discriminación, en este momento va a un cargo de elección popular por el departamento de Francisco Morazán.
Es de origen campesino de la montaña de los Planes del municipio de San Francisco de Becerra, departamento de Olancho, hija mayor de 11 hermanos.
“Crecí cultivando la tierra, maíz y frijoles, caminaba ocho kilómetros diarios para recibir el pan del saber, me levantaba todos los días a las tres de la mañana para poder dejarle quebrado el nixtamal a mi mamá”, explicó mientras sus lágrimas rodaban por sus mejillas al recordar su dura infancia.
Ashanti ha tenido que sufrir discriminación de todas partes, ya que su madre es blanca o criolla como suelen llamar al mestizaje de descendencia española, por otra parte su padre es mestizo y cabe decir que en la familia es la única de tez negra de lo cual se siente muy orgullosa.
Con mucho esfuerzo y sin el consentimiento de sus padres hizo lo posible de viajar a Cuba para sacar un diplomado en sociología de cultura y arte, al regresar recibió una beca del gobierno de Estados Unidos para estudiar la diáspora africana y aprender todo lo que los hombres y mujeres negras trajeron de ese continente a las Américas. Durante los ocho meses que duró su estudio, dentro de ella se acrecentó el anhelo de dar a conocer las costumbres de su raza a nivel nacional e internacional
Al regresar le hicieron una oferta para un reality show pero no aceptó hasta dar a conocer la trayectoria de su padre Armando Crisanto, creador del “Ballet Nacional Folclórico garífuna”.
Después recibió una llamada de la candidata a la presidencia por LIBRE, Xiomara Castro, pidiéndole que participara como vice alcaldesa en la fórmula de Jorge Aldana en las elecciones del 2013. Actualmente va en una casilla para ocupar un curul en el Congreso Nacional, después de hacer un análisis de sus finanzas, pensó que no debía aceptar, “me buscaron por imagen, nunca pensaron que quedaría entre las 23 y esa fue una sorpresa, estoy en el lugar 11” dijo con orgullo.
Ella no tiene dinero pero ofrece su libertad y su voz, “es triste ir a los municipios más pobres a discursar de lo mismo no tengo el valor para prometer cosas que no voy a poder cumplir, no soy una persona que obedece a la política vernácula que practican los distintos partidos políticos, sino que me identifico con la pobreza, la desigualdad, la exclusión y la manera de vivir de la gran mayoría del pueblo hondureño, eso me toco vivir en carne propia en mi infancia”.
Argumentó que sus principios son los que la mantienen, “creo que este país es hermoso, que las personas tienen esperanzas y que quienes nos tienen hundidos en los problemas sociales son los que ostentan el poder desde hace años y es la juventud la que puede hacer la diferencia”,concluyó Crisanto.
Informe CIDH
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) publicó el Informe “El camino hacia una democracia sustantiva: La participación política de las mujeres en las Américas”, donde se examina la participación de las mujeres en la esfera política desde una perspectiva de derechos humanos.
La participación de las mujeres en los asuntos públicos y la igualdad en el acceso a los cargos públicos son reconocidos como derechos fundamentales tanto en el sistema interamericano como en el universal de protección de derechos humanos.
La obligación de crear las condiciones para que las mujeres puedan ejercer de forma plena sus derechos políticos, libres de toda forma de discriminación, surge de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer (Convención de “Belém do Pará”) y la Convención para la Eliminación de Todas la Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW).
Honduras no ha ratificado el Protocolo Facultativo de la CEDAW, el Estado está influenciado por las iglesias que consideran este instrumento transgresor de la moral y la buenas costumbres, por lo que con ello se ha violentado el Estado laico.