De acuerdo a relatos de víctimas de la represión policial, los agentes lanzaron una gran cantidad de gases lacrimógenos cuando la caravana se encontraba a inmediaciones de la Corte Suprema de Justicia y después realizaron una tenaz persecución hasta un mall aledaño, donde también fueron afectadas varias personas entre ellas niños que se encontraban con su familia en el lugar.
Según relata Ovidio Moncada, del AEDH, él era uno de los defensores de derechos humanos a quienes los agentes trataron violentamente a pesar de portar chalecos y carnets que los acreditan como personal de ASOPODEHU y del AEDH, a la altura del paso a desnivel que del Boulevar Fuerzas Armadas conduce al Boulevar Kuwait muy cerca del Mall Las Cascadas, alcanzaron a ver que un fuerte contingente policial perseguían a un grupo de civiles con el objeto de darles captura.
Moncada y su grupo haciendo su labor abordaron a los policías para consultarles cuál era el motivo de la persecución y qué falta habían cometido los civiles, sin imaginarse que aquella simple pregunta iba a molestar a los agentes policiales de tal forma que los golpearon y amenazaron, diciéndoles que para ellos no existían los derechos humanos y que no les importaba a quiénes representaban.
Aseguró Moncada que luego de esas palabras los agentes procedieron a tomar por la fuerza sus pertenencias para registrarlas acusándolos de ser instigadores de daños y de lanzar bombas, situación que evidencia una descarada demostración de abuso de autoridad, puesto que no contaban con prueba alguna para tal acusación.
Eso violenta la Ley de Protección a defensores y defensoras de derechos humanos, periodistas, Comunicadores Sociales y Operadores de Justicia, aprobada por el Congreso Nacional, en mayo de 2015, y la Declaración de Defensores de Derechos Humanos, de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas, ONU, de marzo de 1998.
Génesis Andino que pertenece a la ASOPODEHU, aseguró que los policías tomaron una actitud muy extraña porque de perseguir tenazmente a otras personas, se enfocaron en ellos de una manera muy peculiar al ver que poseían chalecos que los identificaban como defensores de derechos humanos los agentes se precipitaron acusándolos como autores intelectuales de daños a la propiedad y de usar artefactos explosivos.
Andino dijo que “nos preguntaban que dónde teníamos el vinagre ya que esa era la prueba que necesitaban para saber que nosotros participamos en los supuestos ataques de los que se nos acusaba. Esto demuestra que para la policía es suficiente portar vinagre para ser señalado de actos de terrorismo y ser encerrado injustamente”, denunció.
Asimismo esto pone de manifiesto que para la policía no existe respeto a la sociedad civil, a los protocolos de detención y acusación, o sea que ejecutan la ley a su antojo y eso es algo que como sociedad no se debe permitir.
Interpusieron denuncia al Ministerio Público
Los seis defensores de derechos humanos de las organizaciones entes mencionadas interpusieron la mañana de este martes 30 de octubre una denuncia formal ante la Fiscalía Especial para la Protección de Defensores de Derechos Humanos y los demás sectores protegidos por la Ley, donde detallaron el ataque y estigmatización que fueron víctimas.
Ya existen Antecedentes negativos
Andino describió que el año pasado en el marco de la crisis de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, UNAH, durante una de las protestas, se apersonaron a la zona del conflicto estudiantil, los defensores Tomy Morales, de la ASOPODEHU; Carlos Del Cid, del AEDH; Hedme Castro de ACI-Participa y Ariel Díaz, del CIPRODEH , para hacer una labor de acompañamiento a posibles víctimas de abusos.
Eso ocurrió el 08 de septiembre de 2017, fueron acusados junto a estudiantes por encubrimiento y atentado, fueron torturados, llevados enchachados a la policía de investigación donde permanecieron por varias horas sin acceso a un médico a pesar de estar gravemente golpeados Morales y Del Cid.
Después fueron encarcelados por varias horas más en la Policía Metropolitana Número Uno, puestos a la orden de un juez que les dictó medidas sustitutivas enla Audiencia de Imputado, y en la Audiencia Inicial sobreseimiento definitivo, el 27 de septiembre de 2017.
Tanto la UNAH como el Ministerio Público apelaron la decisión hace pocos días se conoció la resolución de la Corte de Apelaciones donde revoca dicho sobreseimiento, les dictó auto de formal procesamiento por el delito de encubrimiento y a los estudiantes que sumaban ocho y que fueron acusados por usurpación también les confirmó el delito, a pesar que varios de ellos habían sido absueltos con sobreseimiento definitivo.
La Mesa de Derechos Humanos impulsó una denuncia ante el Ministerio Público contra los oficiales responsables de torturar a defensores de derechos humanos y estudiantes ese 08 de septiembre de 2017, después de muchas evasivas para liberar un requerimiento fiscal, éste se hizo en momentos en que el Poder Judicial se iba de vacaciones, el 12 de diciembre de 2011, y la Audiencia de Imputado se realizó hasta febrero de 2018 y la Inicial duró hasta junio de este mismo año cuando los altos oficiales fueron absueltos con sobreseimiento definitivo.
Aunque los abogados privados acusadores pertenecientes a organizaciones de derechos humanos y el Ministerio Público interpusieron una apelación ante esta misma Corte de Apelaciones, aún no lo ha resuelto, dejando al descubierto una política estatal de ataques judiciales a defensores de derechos humanos.
Después de esta resolución que entregó un cheque en blanco a los cuerpos represivos para torturar a defensores de derechos humanos se han producido un sinfín de acciones, entre ellas esta que se relata arriba de los defensores del AEDH y la ASOPODEHU, y los subalternos de Juan Manuel Aguilar Godoy (Sub Comisionado), Félix Adrián Colíndres (Comisionado) y Marlon Agustín Vásquez Palma (Sub Comisionado), siguen su ejemplo porque saben que sus acciones quedarán en la impunidad.
Vea video de torturas de altos oficiales de policía contra defensores de DDHH y que ahora son un mal ejemplo para los subalternos observe Aquí