Entre las personas hay familias enteras que provienen de diversas regiones de Honduras, que salieron en caravana de San Pedro Sula, el pasado lunes 14 de enero.
Esta es la tercera caravana de migrantes que sale de Honduras hacia ese país del norte que ofrece muchas oportunidades, pero con diversas restricciones para entrar porque sus autoridades criminalizan la migración y obligan a los gobiernos latinoamericanos a impedir este éxodo.
Centenares de policías en la frontera
Desde el pasado lunes 14 de enero de 2019 cuando se anunció la salida masiva de hondureños hacia Estados Unidos, se ha registrado el despliegue de patrullas policiales de todo el país, que permanecen en la zona realizando diversos operativos, incluido el de registro de documentos.
Las autoridades les suspendieron las salidas de fin de semana a los policías asignados en la región, a fin de mantener numerosos agentes en la operación. “Me tocaba salir hoy jueves, pero por esa caravana nos ordenaron no salir”, dijo un oficial consultado por Pasosdeanimal grande.com
El periodista Modesto Acosta, de Ocotepeque, informó que más de 800 policías han sido diseminados en la zona fronteriza y mantienen cuatro retenes solicitándoles a los emigrantes toda la documentación que según el gobierno deben llevar las personas que viajan en la caravana.
Sostuvo que los retenes están situados en el municipio de Siguapa; en la Aldea Vado Ancho Concepción; otro a cuatro kilómetros de la aduana de Agua Caliente y el cuarto en las inmediaciones de la aduana. En todos les solicitan la misma documentación, que también es solicitada en la oficina de migración.
Pese a que entre Honduras y Guatemala existe un tratado de unión aduanera, a partir del año pasado cuando se produjo la primera caravana de migrantes, las autoridades determinaron exigir que los niños y niñas porten un pasaporte como requisito para poder cruzar la frontera. Este documento que emite el gobierno tiene un valor elevado y antes los infantes podían salir del país con solo la autorización de sus padres en caso de no ser acompañados por ellos.
Les piden hasta autorización de sus padres asesinados
Los niños que no llevan documentación han sido detenidos y entregados a la Dirección Nacional de la Niñez y la Familia (DINAF), una entidad a la que el gobierno eternamente ha mantenido abandonada y que no goza de la capacidad mínima para asistir a la población infantil.
Los niños detenidos los trasladan a Santa Rosa de Copan, a 100 kilómetros de la frontera con Guatemala y después de “hacer el show, a las 24 horas los tiran a la calle sin averiguar siquiera dónde están las familias”, dijo Modesto Acosta.
Acosta es un experimentado periodista de la región occidental y estima que la DINAF tardaría de tres a cinco días para contactar y entregarles los niños detenidos a sus respectivos padres y madres, sin embargo por su incapacidad los libera , ellos regresan a la frontera y al no poder cruzar legalmente lo hacen por puntos ciegos, corriendo mayores riesgos.
Varios de estos niños provienen de comunidades que viven muchas violencia en las principales ciudades, y han sido amenazados en sus lugares de trabajo y de estudios.
Acosta conoció el caso de dos adolescentes huérfanos a quienes les exigieron no solo el pasaporte sino también la autorización de sus padres, que fueron asesinados por pandillas.
Mentirosa
Según Acosta la Subsecretaria de Relaciones Exteriores, Nelly Jerez, es mentirosa porque jamás ha estado en Ocotepeque brindándoles atención humanitaria a los migrantes que en este momento viajan Estados Unidos, tal como se ha difundido en algunos medios de comunicación.
Sostuvo que un grupo de periodistas de la zona recorrieron todos los hoteles de Ocotepeque para investigar si en algún momento se había registrado como huésped, pero en ninguno se reportó la presencia de personal del Ministerio de Relaciones Exteriores.
Además Acosta dijo, que le preguntaron a la policía de Agua Caliente si había llegado la viceministra en mención y que allí les informaron que no, porque nadie solicitó seguridad para ella.
Y eso prueba que ella estaba en Tegucigalpa y no en Ocotepeque como dijo en los medios, “Mentirosa” concluyó Acosta.
¿Ha habido represión?
Si bien es cierto que hasta ahora no hay agresiones físicas de los cuerpos represivos contra las personas que van en la caravana, el Estado sí ha implementado cierto tipo de represión mediante campañas psicológicas llamando a los migrantes a no irse del país a través de la intimidación con los retenes policiales que les exigen documentación a veces difícil de conseguir, como es el caso de los pasaportes. Muchos de los viajeros jamás han visto un pasaporte y ni saben cómo ni donde conseguirlo.
Y sumado a eso, también vale decir que las autoridades del gobierno central también amenazaron con retenerles las transferencias de fondos a los alcaldes municipales que en el pasado les brindaron alojamiento y alimentación a los migrantes que pernoctaron en diferentes ciudades de Honduras.
Las transferencias son recursos económicos que el gobierno les debe transferir trimestralmente a las Corporaciones Municipales para la realización de obras, pero en este caso les advirtieron que no debían apoyar a los migrantes porque de lo contrario no las recibirían.
Sin embargo la solidaridad de la gente sigue llegando y ahora en tierras guatemaltecas ya se anuncian los preparativos de albergues y muchos van con la esperanza de llegar para cambiar sus condiciones de vida.
Según el Manual Regional de Derechos Humanos de las Personas Migrantes, emitido por Instituto de Políticas Públicas en Derechos Humanos del MERCOSUR y la Organización Internacional para las Migraciones, OIM, la migración forzada es “el desplazamiento que se ocasiona por la amenaza a la vida, la seguridad o la libertad o por situaciones que ponen en peligro la subsistencia. En esta migración se incluyen los refugiados, los solicitantes de asilo, los desplazados por desastres naturales, desastres nucleares o químicos, hambruna o proyectos de desarrollo”.
Este mismo manual señala que “Cuando una persona sale de su país por un temor fundado de persecución por motivos de raza, religión, nacionalidad, pertenencia a determinado grupo social o por sus opiniones políticas, o porque su vida, seguridad o su libertad se vieron en riesgo, por situaciones de violencia generalizada, conflicto armado, graves violaciones a los derechos humanos o situaciones que perturben gravemente el orden público, y no puede o no quiere acogerse a la protección de su país de origen, tiene la posibilidad de solicitar la protección del Estado al que viajó, bajo la categoría de refugiado”
¿Cuáles son mis derechos como migrante?
El derecho a la igualdad y a la no discriminación es uno de los principios centrales de los derechos humanos. En relación con la nacionalidad, este principio impone a todos los Estados que se garanticen todos y cada uno de los derechos reconocidos en los instrumentos de derechos humanos, sin discriminación entre nacionales y extranjeros.
Se reconoce, sin embargo, que los países pueden establecer algunas distinciones objetivas y razonables entre nacionales y extranjeros. Dichas distinciones deben realizarse con el debido respeto a los derechos humanos. Esto significa que los países tienen la obligación de no discriminar entre nacionales y extranjeros y, en caso de incluir restricciones, las mismas no pueden ser desproporcionadas, agrega el documento antes indicado.
Honduras y sus leyes en papel mojado
En el año 2013 el Congreso Nacional de Honduras aprobó a través del Decreto 106-2013 la Ley de Protecciónde los hondureño migrantes y sus familiares . En ese marco se creó un fondo denominado Fondo de Solidaridad con el Migrante Hondureño, FOSMIH, con el cual se puede auxiliar parcial o totalmente a los migrantes en situación de vulnerabilidad, particularmente niños, niñas, adolescentes y adultos mayores o población con capacidades especiales.
Esta legislación en su Artículo 24 creó la Dirección General de Protección al Hondureño Migrante, como órgano ejecutivo de la Secretaría de Relaciones Exteriores y Cooperación Internacional.
Esa dirección tiene a su cargo la ejecución de la política y programas de protección a los migrantes hondureños en el exterior; así como la ejecución de la política y programas de retorno de los migrantes hondureños.