En Honduras muestra que las mujeres constituyen el 51.7 por ciento de la población total, lo que en términos absolutos representan 4, 735,920 personas, de las cuales, el 56.8 por ciento se concentran en el área urbana y el 43.2 por ciento en el área rural y el 15.2 por ciento se dedica al trabajo doméstico, según los datos del Instituto Nacional de Estadísticas, INE.
En América Latina y el Caribe más de 17 millones de mujeres se dedican al trabajo doméstico remunerado y más del 78 por ciento ópera en la informalidad, según los datos de ONU Mujeres.
La labor de las empleadas domésticas en el país a menudo inicia a las 5 o 6 de la mañana, varias de las trabajadoras llegan a extender su horario hasta altas horas de la noche, laborando cerca de las 15 horas y ante la situación que transcurre actualmente son un sector que está fuertemente expuesto al virus.
La Red informó que antes del COVID-19, representaban el 70 por ciento del sector laboral informal de la economía nacional, desempeñándose sin la existencia de un marco legal que regule el trabajo doméstico remunerado, reduciendo el acceso a varios derechos entre ellos a un salario justo, a la seguridad social, prestaciones laborales y sin un contrato que especifique las responsabilidades y derechos de las mujeres que son empleadas bajo esta modalidad.
Asimismo este sector organizado ha enfatizado que las empleadas domésticas en condición de internas se encuentran propensas a infectarse del virus COVID-19, ya que son quienes se exponen por realizar las compras de los insumos de las familias con las que trabajan.
Este sector hizo un llamado a la Secretaría del Trabajo para que establezca mecanismos que obliguen a los empleadores a cumplir con los protocolos de bioseguridad en sus lugares de trabajo.No obstante, este sector organizado continúa demandando la aprobación del dictamen de Ley Trabajo Doméstico, engavetado desde el 2018.
Otra de las exigencias gira torno a la generación de políticas públicas que fortalezcan y reconozcan que el trabajo doméstico es una labor imprescindible para el desarrollo social y económico del país.
En su posicionamiento expresaron que el COVID-19, la cual ha venido a precarizar nuestras condiciones laborales y a vulnerar los derechos humanos, hacemos un llamado público como organización que reivindicamos el reconocimiento del trabajo doméstico y de cuidado remunerado, como un trabajo con derechos y sacarlo de lo privado a lo público, tras haber estado invisible históricamente y que ha sostenido la vida y cuidados de otras y otros.
Este es el documento publicado:
POSICIONAMIENTO PÚBLICO
SOMOS TRABAJADORAS… NI GATAS NI NACHAS
Nosotras mujeres organizadas en la colectiva de la Red de Trabajadoras Domésticas remuneradas de Francisco Morazán (RTD), ante las medidas de cuarentena aprobadas en el PCM-021-2020, del 17 de marzo del año en curso por el gobierno, como medida para contener la propagación de la pandemia COVID-19 en el territorio hondureño, donde se decretó la suspensión de garantías constitucionales, para la población, hacemos público nuestro posicionamiento a la comunidad nacional e internacional;
Primero: Nosotras mujeres y trabajadoras domésticas remuneradas, preocupadas ante la vulnerabilidad y las afectaciones, que ha significado esta alerta roja por la pandemia de COVID-19, la cual ha venido a precarizar nuestras condiciones laborales y a vulnerar los derechos humanos, hacemos un llamado público como organización que reivindicamos el reconocimiento del trabajo doméstico y de cuidado remunerado, como un trabajo con derechos y sacarlo de lo privado a lo público, tras haber estado invisible históricamente y que ha sostenido la vida y cuidados de otras y otros.
Segundo: Manifestamos que antes del COVID-19, alrededor de 139 mil mujeres realizábamos trabajo doméstico remunerado, representando el 70% del sector laboral informal de la economía nacional del país, desempeñándonos bajo condiciones laborales en las que no contamos con un marco legal que regule el trabajo doméstico, ni que defina los mecanismos de exigibilidad de nuestros derechos como el acceso a la seguridad social, un salario justo, prestaciones laborales y un contrato laboral; lo que nos deja a merced de nuestros empleadores/as.
Tercero: El impacto que hemos recibido en el marco del COVID-19, luego de las medidas de suspensiónde garantías o toque de queda decretadas por el gobierno de Juan Orlando Hernández, han acrecentado las desigualdades sociales y laborales, el deterioro del sector salud y laboral, y la privatización de capitales públicos en general, situación que ha impactado en la economía y en la vida de nosotras las mujeres que realizamos trabajo doméstico remunerado, el cual atendemos bajo dos modalidades laborales:
- Modalidad Interna: La presión ejercida por parte de los/as empleadoras/es a quedarnos internasen los hogares laborando con el riesgo de contraer el COVID-19, pues somos las responsables de salir para realizar las compras de las necesidades de las familias para quienes trabajamos, sin contar con los insumos de bioseguridad; aumento de jornada laboral con el mismo goce de salario, sin derecho a descanso y obligadas a acompañar en tareas escolares a los/as hijos/as de nuestros/as empleadores/as; estamos expuestas al acoso sexual y violencia machista de estos hogares de terceros; no hemos podido acompañar a nuestras familias.
- Modalidad Externa: Se han agudizado los despidos, la discriminación, la retención de pagos,suspensión temporal y explotación laboral al obligarnos a presentarnos a nuestros trabajos lo que nos expone a la violencia generalizada con la que se caracteriza Honduras.
Cuarto: Por lo anterior exigimos a los/as empleadores/as el pago del salario, en el marco del toque dequeda, pues las condiciones por la pandemia no nos permite movilizarnos, pero con el trabajo del día a día que hacemos, ganamos para sostener a nuestras familias y en este momento no lo tenemos. También les demandamos el derecho a que las mujeres trabajadoras domésticas con modalidad interna cuenten con descanso, exista redistribución de tareas entre los miembros/as del hogar, derecho a la privacidad y a la comunicación con sus familiares, y salarios justos, partiendo de la carga laboral que tengan, así como, acceso a equipo biomédico.
Mientras que para las trabajadoras domésticas con modalidad externa, exigimos que tengan derecho a sus salarios, a no ser despedidas y a no ser expuestas a trasladarse a sus trabajos sin contar con medidas de bioseguridad que incrementen el riesgo de contagiarse por el virus durante el recorrido hacia sus zonas de trabajo; así mismo, exigimos medidas de cuidado ante la exposición a la violencia sistemática a la que estamos expuestas al no contar con acceso a transporte, teniendo muchas que caminar por zonas aisladas y retiradas
Al gobierno hondureño:
- La incorporación de las Trabajadoras Domésticas en los beneficios que incluye el Programa Honduras Solidaria, a través del cual se provee de alimentos a las familias en condición de vulnerabilidad y a aquellas que por su actividad laboral, han tenido un deterioro en sus economías.
- A la Secretaria de Trabajo de Seguridad Social, que establezca mecanismos para obligar a los empleadores/as de las Trabajadoras Domésticas a Cumplir con el Protocolo de Seguridad e higiene para fomentar y promocionar la salud en todos los Centros de Trabajo emitido el 15 de Marzo del 2020.
- La aprobación del dictamen de Ley de Trabajo Doméstico, el cual esta engavetado desde el 2017 una Ley Especial que regula el trabajo doméstico remunerado, que permita a todas las trabajadoras domésticas remuneradas protección y derechos laborales, con acceso a una seguridad social, contrato por escrito, derecho a vacaciones, a indemnizaciones y derecho a un salario justo.
- Se generen políticas públicas que fortalezcan el reconocimiento del trabajo doméstico remunerado como una labor imprescindible para el desarrollo social y económico de nuestro país, como la no politización por parte del gobierno de la distribución de alimentos y necesidades básicas. Porque nosotras también pagamos impuestos, por lo que exigimos transparencia y equidad en la distribución de esos recursos.
SOMOS SEMILLA VITAL ORGANIZADA SOSTENEMOS DESDE LOS CUIDADOS LA ECONOMÍA Y LA VIDA
‘‘Ni Gatas, Ni Nachas: ¡Trabajadoras con Derechos!’’
Tegucigalpa, M.D.C., Honduras a los 15 días del mes de abril del 2020.