Orlando Calderón, miembro de Moskitia Asla Takanka o Unidad de la Mosquitia ,MASTA, y observador del Covid-19 en la Mosquitia, relató que el Sistema Nacional de Gestión de Riesgos, (SINAGER), no cuenta a las personas que mueren en el camino, los que no tuvieron respuesta de la pruebas, las que no tenían condiciones para movilizarse y mueren en sus casas, por lo que la organización ha monitoreado desde el principio los avances de la pandemia en las comunidades para tener información precisa.
MASTA es la organización de 12 consejos territoriales, quienes crearon la Red de Observadores, donde han focalizado cuatro epicentros de contagio que son, Brus Laguna, Puerto Lempira, Cauquira y Mocorón, con un total de 48 muertes, mientras que el Despacho de Comunicaciones y Estrategia Presidencial reporta un fallecido, 28 recuperados y 178 contagiados.
Calderón explicó que los casos de Brus Laguna se relacionan con las personas que retornaron de las caravanas de migrantes y se calcula que de 28 fallecidos, 23 murieron en sus casas, cinco en el hospital de Puerto Lempira porque llegaron graves, y aunque son atendidos no hay insumos suficientes para ayudarlos.
La alcaldesa compro 300 pruebas y de ellas 180 fueron positivas, se estima que por cada casa hay un enfermo de covid19.
En Puerto Lempira son alrededor de 13 personas muertas por el virus, en Cauquira se reportan cinco fallecidos y casi 500 infectados. La propagación se inició cuando el paciente cero llegó de Tegucigalpa y anduvo en un campeonato de futbol.
En la comunidad de Mocorón el primer caso fue de una persona que ingresó de Nicaragua, ella y su esposo fueron atendidos y se recuperaron pero luego fallecieron dos personas en el sector, agregó Calderón.
También expresó que en el municipio de Ahuas se reportaron dos muertes y hay otras personas afectadas .
Uno de los problemas para no atacar de frente al covid19 es que cuando llega la avioneta de las Fuerzas Armadas se lleva las muestras que hay, y las que son tomadas después deben esperar.
A falta de mascarillas que el gobierno debió proporcionar, muchas personas crearon las propias para tratar de protegerse.
A su criterio la población sabía lo del virus, hizo caso sobre las medidas pero después de tres meses que no había ocurrido nada se confiaron y salieron sin temor, por eso se dispararon nuevos casos en los cascos urbanos donde la gente vive más aglomerada, pero si se propaga a las comunidades remotas la situación se complicaría porque estarán más expuestas las personas que allí habitan por la falta de recursos para tener insumos y protegerse.
Según Calderón algunas de las dificultades para viajar desde las comunidades remotas es que tardan varios días o una semana para llegar a un centro de salud.
Explicó que de Brus Laguna se pueden mover en lancha, el trayecto dura unas ocho horas hasta el hospital de Puerto Lempira, el cual no tiene insumos.
Se lamentó que si alguien quisiera una avioneta express, le costaría alrededor de 30 mil lempiras y muy pocos tienen esas posibilidades.
La mayoría de la gente se está quedando en su casa buscando las posibilidades de sobrevivir con las medicinas naturales, pero deben salir a buscar sus alimentos ya que por parte del gobierno no han tenido ningún tipo de ayuda mientras se encuentran en confinamiento, denunció Calderón.
Un hospital y centros sin condiciones
La doctora Ligia Ramos explicó a pasosdeanimalgrade.com que la situación de las comunidades es que están en precarias condiciones con poco personal médico y equipo para atender a los pacientes, como consecuencia de la falta de atención sanitaria en que ha permanecido desde hace varias décadas por los diferentes gobiernos.
Ramos manifestó que en muchos años ellos no han tenido ni para una consulta básica y menos para enfrentar esta pandemia y las preocupaciones es por la falta de acceso que tienen muchas personas de la región para movilizarse, además que los centros de salud no cuentan con los recursos necesarios y en el hospital del área solo tienen cuatro cilindros de oxígeno.
Agregó que la Secretaría de Salud tendría que hacer una inversión sostenible para mejorar la infraestructura, dotar de manómetros, insumos, medicamentos, camas, atriles, nebulizadores , o sea que se cuente aunque sea atención primaria.
Ni este gobierno ni los anteriores han aportado al sistema de salud, y como resultado en el departamento no hay ni para atender enfermedades como VIH, Tuberculosis, entre otras, incluso se tuvo que movilizar ayuda para sacar al doctor Hezel Pérez, quien estaba contagiado de Covid-19 y casi muere, dijo Ligia Ramos.
La doctora Hilda Láinez denunció que hace más de tres meses fueron contratadas dos doctoras y tenían ayuda de dos enfermeros, pero una de ellas dio positivo y se encuentra retirada en el programa código verde.
Destacó que diariamente atienden hasta 45 pacientes durante todo el día, pero solo cuentan con un tanque de oxígeno hasta para cuatro pacientes y tres camillas funcionales.
Otro problema es que los mosquitos entran por la malas condiciones de las ventanas, no hay energía eléctrica y deben reutilizar los kits de protección hasta por varios meses.
Laínez hizo un llamado al gobierno para que recuerde que la población Misquita es hondureña y que hay niños, jóvenes, abuelos, que es urgente brindarles atención a más de 14 mil personas.
Distintas organizaciones de sociedad civil a nivel nacional e internacional durante años se han pronunciado por la situación que vive la población etnia Misquita de la región, que no cuenta con medidas sanitarias y educación, entre otras necesidades básicas.