El Aumento de los crímenes, atentados, querellas, hostigamientos, intimidaciones, censura y autocensura donde están involucrados funcioanrios públicos, así como una pretensión de establecer penas contra quienes se expresen a través de las redes sociales, es el panorama gris de la libertad de expresión en Guatemala y El Salvador.
Las balas silencian periodistas en Guatemala
Los periodistas Danilo López corresponsal del periódico Prensa Libre y Federico Salazar, corresponsal de Radio Nuevo Mundo. Con ellos se encontraba Marvin Túnchez presentador de informativos de un canal local, quien resultó herido en el ataque, fueron asesinados el 11 de marzo de este año, en Mazatenango, en el departamento de Suchitepéquez, Guatemala.
Periodistas Danilo López y Federico Salazar |
Trascendió que Danilo López habría sido amenazado por el alcalde de San Lorenzo Suchitepéquez, José Linares Rojas, al parecer molesto por una nota publicada en abril del 2013 respecto a su gestión.
Se afirma que los crímenes fueron cometidos por sicarios que se conducían en una motocicleta y que dispararon varias veces contra los comunicadores sociales, cuando éstos se encontraban en un parque de Mazatenango.
Raúl Chávez comunicador social de la radio La Voz de la Esperanza en Quetzaltenango, Guatemala, comentó que el atentado iba dirigido más que todo hacia el corresponsal de Prensa Libre, el periodista Danilo López porque había hecho muchas denuncias de corrupción en contra de las autoridades locales.
Estadísticas oficiales destacan que desde el año 2000 a la fecha han asesinado a 26 periodistas y comunicadores sociales en Guatemala.
El gobierno que preside Otto Pérez Molina anunció en el año 2013 la creación de un Sistema de Protección para periodistas y comunicadores y comunicadoras sociales, que aún no ha sido aprobado.
En relación a amenazas, hostigamientos e intimidaciones y de acuerdo con estadísticas de la Unidad de Delitos contra Periodistas del Ministerio Público (MP), la violencia contra comunicadores se ha incrementado en los últimos años, de 35 casos en 2012 a 73 en 2014. Esto significa un aumento del 48 por ciento en tan solo 24 meses.
Según el Ministerio Público, las investigaciones señalan que los responsables de los ataques son en su mayoría funcionarios públicos, sobre todo, agentes de la Policía Nacional Civil.
La mordaza y la autocensura rondan cada día en El Salvador
Por otro lado y en relación a la libertad de expresión, el periodista de la revista digitalwww.gatoencerradosv.com, Mario Beltrán y docente universitario, afirmó que hay libertad de expresión en El Salvador, pero que los medios tradicionales coartan esa libertad aplicando censura previa a algunos trabajos periodísticos de sus trabajadores y trabajadoras.
“Es decir el periodista tiene toda la franqueza de hacer una nota respetando los estándares de libertad de expresión, pero al llegar al medio, el editor se los cambia, entonces a eso no se le puede llamar libertad de expresión”, dijo Beltrán.
El joven periodista sostuvo que hay censura previa que se aplica desde estos medios contra los periodistas y las periodistas, porque a veces se aborda intereses económicos y políticos, donde los medios no quieren salir perjudicados.
Beltrán comentó que a pesar de ello cree que sí hay libertad de expresión en El Salvador y alabó el hecho de “nadie puede ir preso por lo que diga, simplemente hay una ley que se llama Derecho de Réplica o de respuesta, en donde si un medio dice algo malo en contra de alguien, esa persona tiene todo el derecho a pedir al medio que publique su versión”.
Ha habido juicios contra periodistas por calumnias pero se ventilan en el ámbito civil y las sanciones consisten en pagar una multa o indemnización por daños a la moral, pero no hay cárcel, afirmó el comunicador social.
Se ha intentado penalizar por lo que opinen los cibernautas en redes sociales en El Salvador
“Hace poco en El Salvador se intentó poner una ley que imponía de 1 a 3 años de prisión a personas que difamaran a través de las redes sociales, pero las mismas redes sociales hicieron tanta fuerza como para que esa ley se derogara, así que ya no irían a la cárcel, sino que se está discutiendo otra vez la ley, se va a replantear, pero ya no está el riesgo de que alguien vaya a prisión por una difamación o por algo que haya dicho en redes sociales, explicó Beltrán.
Por otro lado Beltrán sostuvo que en los tópicos en los que cree que hay autocensura en El Salvador son temas económicos, porque el gran capital maneja directamente los medios de comunicación y el otro tema sería el que tiene que ver con cierto abordaje de aspectos políticos.
“Porque el gran capital o la empresa privada está relacionada con los partidos políticos, entonces el periodista como último eslabón de esa cadena no le queda más que quitar, poner, callarse o amordazarse la boca para no escribir nada que vaya en contra de los dueños del periódico porque sabe que si lo hace se queda sin trabajo”.