Las preocupaciones de los periodistas cuando las amenazas les llegan de distintos frentes, incluyendo del mismo gobierno que utiliza la pauta publicitaria como herramienta de chantaje, vuelve el día a día en un torbellino de sobresaltos, más aún cuando hay un gobierno que no le gusta que nadie le critique sino que siga una agenda donde todo es color de rosa.
El ejercicio del periodismo en Honduras cada día se vuelve más peligroso. El clima hostil y amenazante lo viven la gran mayoría de los medios de comunicación y periodistas, pero quienes experimentan las mayores consecuencias son aquellas ediciones y personas reporteras que luchan por ejercer su labor de forma independiente, alejados del poder.
En este país, aparte de los medios tradicionales, existen alrededor de 55 cibermedios, todos enfocados en la actividad informativa. Algunos operan con subvención internacional, otros se financian con publicidad y hay unos pocos que se sostienen con recursos de sus fundadores.
Por otro lado, están aquellos periodistas y comunicadores sociales que compran un espacio en la radio y la televisión y luego montan un noticiero. Estos profesionales sostienen sus proyectos mediante pauta publicitaria estatal o privada.
Los proyectos periodísticos en el ciberespacio, que se sostienen con apoyo de la comunidad internacional, o recursos de sus fundadores, son los que muestran un mayor nivel de independencia del poder y de las grandes corporaciones económicas, lo que por un lado les permite publicar con más libertad, pero por otro extremo los expone a mayores agresiones y ataques.
Para la veterana periodista Lourdes Ramírez, cofundadora de periódico digital enaltavoz.com cuya sede se ubica en la ciudad de San Pedro Sula, su medio tiene como política no buscar ni recibir ningún tipo de pauta publicitaria, lo cual le da una mayor libertad para abordar e investigar cualquier temática.
Al no tener compromisos publicitarios, la sostenibilidad de esta publicación se basa en apoyo financiero internacional. Eso le permite contratar a periodistas freelance por cierto periodo de tiempo. De esa forma “hemos realizado” investigaciones sobre derechos laborales, género, corrupción, derechos humanos, crimen organizado y acerca de la invisibilidad de las mujeres en los medios, explicó Ramírez.
Empero esa libertad también tiene consecuencias como la autocensura debido a las amenazas y a los riesgos. “Cuando hemos publicado algunas investigaciones colaborativas que tenían que ver mucho con crimen organizado, corrupción, definitivamente hemos recibido hackeos, intentos de vulneración de las redes, seguimientos, amenazas directas, desplazamientos”, contó.
Rememoró que, en el gobierno anterior, de Juan Orlando Hernández, tras exponer varias investigaciones colaborativas, entre ellas una relacionada con una empresa de seguridad del entonces mandatario, el webmaster y ella recibieron amenazas directas y muy fuertes, “entonces, sí tuve que quitar la publicación”.
Publicidad como chantaje
Ramírez expuso que la publicidad muchas veces se utiliza para coaccionar a la prensa, sobre todo cuando no se definen con claridad la divulgación. Los que pautan siempre buscan interferir en la política editorial del medio. “En una oportunidad que tuvo un noticiero de radio, un anunciante quería que le estuviera leyendo boletines, que le estuviera invitando al programa a los empleados, funcionarios, y yo les decía que no. Al final los rechacé”, rememoró.
Asimismo, una periodista que ha tenido noticieros en espacios radiales y televisivos, y que pidió proteger su identidad por temor a la represión estatal y de otros anunciantes privados, describió la presión que sufre del gobierno y de empresas privadas por la publicidad que le dan.
“Uno se siente presionado, prácticamente coaccionado por el gobierno de turno. Uno a veces, aunque no esté de acuerdo tiene que someterse a su voluntad por un contrato de publicidad. Esto es frustrante, decepcionante, da no sé qué”, lamentó.
Ella se siente coartada en su derecho de informar, de opinar. “Si uno no se autocensura no le dan publicidad o le quitan la que se tiene. Uno es sometido como prensa independiente a seguir línea del medio o los intereses del anunciante”, deploró.
A veces mandan contenido que hay que pasar. Por ejemplo, no sé si ha visto un anuncio donde dice “no somos iguales”; según ellos son diferentes, porque no son narcos, ni nada, pero usted sabe de qué no es así. “Lo obligan a uno a pasar cosas como esas, subírselas y mandarles comprobante de que se subió a las redes sociales”.
A una compañera la llamaron de una empresa X porque había publicado en su página algo que no le parecía al anunciante, e inmediatamente la llamaron diciéndole que no le iban a dar la publicidad y que le cancelaban la que ya tenía, relató.
Igualmente, la periodista Emy Padilla, también confundadora de periódico virtual Criterio.hn, que también se financia con subvenciones internacionales, consideró que el no tener pauta publicitaria tanto del gobierno como de la empresa privada les da la libertad implementar una agenda muy variada.
Aunque por publicación de contenidos incomodos al poder son víctimas de campañas de descrédito y desprestigio a través de redes sociales. Son ataques frontales por parte de funcionarios o troles que publican. “Bloquean nuestras cuentas y adulan a los corruptos” denunció.
Conoció que un funcionario del Instituto de la Propiedad le había ordenado a sus empleados que le mandaran captura de pantalla como prueba fehaciente que “habían denunciado nuestras cuentas en redes sociales y eso era como el requisito para mantenerse en el trabajo, ganar el contrato de permanencia, obtener un ascenso o un incremento salarial. Tenemos la pruebas”.
Es que mientras el gobierno posea una chequera para poder masificar comentarios en redes sociales y bloquear cuentas, “nosotros sólo tenemos nuestro trabajo; no hay forma de detener al poder que se impone con el dinero”. Ante esta situación lo que se ha hecho es acudir a organizaciones que protegen la libertad de expresión y de prensa y para que registren las agresiones, expresó Padilla.
Reprochó a los que ahora están en el poder, ya que anteriormente decían que había un gobierno de derecha, vinculado con la empresa privada y los medios de comunicación tradicional. Ahora este gobierno se presenta como socialista, de izquierda, aliado con el pueblo y las causas comunes, pero reproduce el sistema anterior.
Ahora que la gente del partido Libertad y Refundación (Libre) está en el poder se tiene el mismo trato con la prensa tradicional y un maltrato hacia la prensa independiente, y utilizan la pauta publicitaria para el control y chantaje, criticó.
Las presiones
Al estar inmersa en un escenario de permanente multicrisis, la presión a la prensa independiente le llega desde distintos frentes. Por medio de abogados, ataques directos de funcionarios, llamadas telefónicas a las salas de redacción, a través de mensajes de texto por medio de mensajeros o informantes, también utilizan las redes sociales, igualmente se usa la publicidad estatal o privada para ejercer un control informativo.
Jennifer Ávila, cofundadora de periódico virtual Contracorriente, aseguró que es muy difícil ejercer el buen periodismo en un país polarizado, inseguro, con una tasa muy alta de asesinatos a periodistas, comunicadores sociales y personas relacionadas con los medios de comunicación.
Pero es más riesgoso cuando se cuenta con un mecanismo de protección que goza de institucionalidad que se pega con recursos de los contribuyentes, pero que no ha sabido responder a la crisis de violencia a la que se enfrentan los periodistas, se quejó.
Por otro lado, Honduras es un país donde nunca se ha consolidado la democracia. Se inició un proceso de construcción democrática hace décadas, pero se paralizó completamente con el golpe de Estado (2009) entonces cuando no hay democracia es muy difícil ejercer el periodismo.
Los medios de comunicación tradicionales tampoco están respondiendo a una construcción de democracia, sino a intereses políticos partidarios. Entonces, eso genera un ambiente muy complicado para el periodismo independiente, cuestionó.
Ahora con el tema digital, las redes sociales y la forma en la que los gobiernos están comunicándose se generan otros retos, como el de la credibilidad y el de mantener una línea independiente en medio de toda la polarización.
Actualmente el gobierno de Xiomara Castro se ha unido a la estrategia de los autócratas de la región y ha puesto al periodismo independiente como un enemigo público y eso obviamente afecta aún más la situación de seguridad de los periodistas y de los reporteros locales quienes enfrentan a los caudillos políticos departamentales que están vinculados al crimen organizado.
Nunca alguien nos ha exigido que no publiquemos, pero posteriormente si hemos tenido amenazas de demanda judicial del gobierno y de instituciones del gobierno, sin embargo, tampoco nos han exigido bajar una nota.
Es que no pautar publicad con el Estado, prosiguió, da una mayor independencia para poder subir los textos, aunque “consideramos que la pauta gubernamental no debería ser un asunto de chantaje, pero como no tenemos una democracia, obviamente los gobiernos lo hacen por eso”.
Ávila, criticó que el gobierno a través de las redes sociales lance campañas de desprestigio. Creo que todavía el gobierno de Castro no tiene el nivel de popularidad tan grande como para afectar en la opinión pública en general, por eso sus campañas de desinformación se organizan y se distribuyen a través de sus propias redes de activistas.
Esa red es una especie de caja de resonancia. Cuando el gobierno ataca es evidente que hay campañas de desinformación coordinadas por ellos. Mucha gente empieza a interesarse más sobre el por qué esta administración está tan preocupada por qué los periodistas están revelando cosas.
Recordó que los ataques y las campañas de desinformación no existían en el gobierno anterior, el cual estaba más preocupado por la prensa internacional que por la prensa local. Actualmente sí se siente más presión porque también hay amenazas más explícitas de parte del gobierno, acusaciones muy fuertes, condenó.
Discriminación
Las profesionales entrevistadas coincidieron en que hay un cierto nivel de discriminación y maltrato a la prensa independiente. A criterio.hn nunca se le autorizó su acreditación en Casa Presidencial. Y en algún momento tuvo que soportar las ironías del expresidente Manuel Zelaya Rosales, esposo de la presidenta Castro.
Entre tanto Ávila afirmó: “nosotros hemos tenido de todo un poco. En algunas ocasiones cuando nos presentamos los funcionarios nos atacaron, frente de los demás colegas”, diciendo que “pertenecíamos a los grupos de poder. Es un discurso”.
También hemos tenido casos que cuando nos presentamos nos ignoran. A mí me ha pasado en el Congreso, sobre todo. No siempre, pero sí nos ha sucedido”, afirmó Ávila.
En medio de esa encrucijada hostil y estigmatizante, los periodistas hondureños que buscan ejercer un periodismo más independiente desafían al poder, la inseguridad, la corrupción y el crimen organizado.
En la vorágine de violencia contra la prensa, el Comisionado Nacional de los Derechos Humanos (Conadeh) registra- desde el 2001 hasta el 2024- el asesinato de 101 personas vinculadas a medios de comunicación; expone también que entre el 2016 y 2024 otras 123 personas vinculadas al gremio periodístico denunciaron ser víctimas de desplazamiento forzado por su labor informativa.