Desde su puesto como gerente y conductora del programa del canal Libertad TV, Melissa mantiene una postura crítica a la actual gestión del gobierno que preside Juan Orlando Hernández y su par en el Congreso Nacional, Mauricio Oliva, electo diputado por el departamento de Choluteca. Su independencia para el abordaje noticioso le ha generado un número amplio de televidentes, pero a su vez varios intentos para censurarla.
La comunicadora denunció a pasosdeanimalgrande.com que se ha agudizado el clima de persecución hacia su persona, a tal grado de que ha identificado la presencia de infiltrados que le dan seguimiento en las denominadas “movilizaciones de las antorchas”, convocadas por la ciudadanía indignada en todo el país. Otra treta es el ofrecimiento de pauta publicitaria estatal a cambio de su silencio.
Ella describió el escenario de manipulación económica a cambio del silencio de la prensa alternativa y medios corporativos, porque el presidente del Poder Legislativo, Mauricio Oliva, quien “es un hombre respetado” a costas de repartir dinero a un número de comunicadores que le brindan cobertura a sus acciones.
Sonidos de metralletas y amenazas de amanecer en bolsas negras
El Programa de TV conducido por Melissa riene un buen raiting en Choluteca, lo que le ha generado amenazas |
En el transcurso de los últimos dos meses, Melissa ha presenciado diversas opiniones sobre el contenido crítico de su espacio de televisión. “Una vez mientras transmitíamos, hubo una llamada de un hombre con una voz de una persona de aproximadamente 50 años y dijo que amaneceríamos en bolsas negras”, relató.
Seguidamente agregó que en otra llamada en lugar de escuchar la voz de un televidente, le colocaron el sonido de unas metralletas, lo cual catalogó inmediatamente como una amenaza.
Según la entrevistada las amenazas provienen de activistas del partido de gobierno. “Estos son más de estómago, algo más emotivo, porque no les daña de manera directa, contrario a una persona que ofrece soborno,. Hay momentos en que sí me da miedo andar sola por la calle”.
Este clima de temor se ha expandido hacia sus más cercanos colaboradores en su programa. Igualmente, en una de las más recientes manifestaciones de las antorchas que se realizaron en aquella ciudad del sur del país, tanto Melissa como sus familiares, que suelen asistir a las mismas, se percataron de que la comunicadora era objeto de persecución.
Una de sus hermanas le comentó “mirá que allá está aquel fulano”, a quienes ellas le identifican como Randol. Melissa se percató inmediatamente y notó que el sujeto identificado estaba ubicado a cierta distancia, como no queriendo ser partícipe de la convocatoria de la ciudadanía indignada.
“Andaba como espiando a cierta distancia, así como haciéndose el roncero –complicado- y al ver que ya lo habíamos identificado y lo señalamos procedió a irse”, comentó Melissa.
Quiero pautar con el canal, pero…
Algunos empleados públicos se lucran de las arcas financieras del Estado para generar ingresos extras. En la ciudad de Choluteca, para el caso, existe una agencia de multimedia, la cual es manejada por el encargado de relaciones públicas del presidente del Congreso Nacional, según denuncias.
La voz de denuncia de Melissa Hernández le ha generado igualmente campañas de desprestigio hacia ella y sus familiares más allegados. Tal es el caso de su hermana Tatiana Hernández, lideresa estudiantil en el Centro Universitario Regional del Litoral Pacífico (CURLP), a quien se le utilizó su nombre para ofrecerle un contrato de publicidad de parte del Poder Legislativo, con el objetivo de silenciar a Melissa, su hermana, hecho que ocurrió durante el mes de agosto de este año.
“Un día vino el mismo hombre de las marchas directamente acá al canal y mencionó el caso de mi hermana, me dijo que ella estaba en una lista negra que maneja la compañía que dirige el relacionador público del presidente del Congreso y que en su debido momento la iban a sacar a Tatiana t un historial de mala estudiante, le expresé que no teníamos temor…”, afirmó Melissa.
Posteriormente volvió para ofrecerle pauta publicitaria , a lo que ella le dijo que no había problema en dicho trato. Sin embargo, el tipo le expresó que de por medio estaba el hecho de firmar una especie de cláusula en la que se mencionaba el hecho de que no se iba a hablar de mal de la gestión del Congreso Nacional.
“Es un contrato de 17 mil lempiras”, le dijo el tipo a Melissa luego de que ella no accediera a censurarse. La cifra fue en aumento y Hernández contestó “ya pueden ser 40 000 o 60 000 lempiras y no”.
Actualmente muy pocos sectores del periodismo nacional tienen acceso justo a la pauta publicitaria estatal. Para los medios críticos a la gestión Hernández-Oliva es nulo el acceso por el hecho de no someterse a lo que se conoce como autocensura.
Con este hecho, sumado a las recientes acciones penales contra comunicadores en diferentes ciudades importantes del país, se evidencia el accionar constante desde el poder, cobijado con el manto de la impunidad en las instituciones operadoras de justicia con la finalidad de apagar las antorchas de la ciudadanía indignada y sedienta de justicia.