Luego del foro que concluyó en horas del mediodía se llevó a cabo una gran movilización campesina hacia los bajos de Congreso Nacional, donde exigieron se discuta y apruebe la Ley de Reforma Agraria Integral con Equidad de Género para la Soberanía Alimentaria y el Desarrollo Rural engavetada desde el pasado 9 de abril del 2014, así como exigir que las tierras incautadas por la Oficina Administradora de Bienes Incautados (OABI) sean destinadas para fines de Reforma Agraria y terminar con la piñata de estos bienes inmuebles.
El agro hondureño y particularmente la agricultura a pequeña escala atraviesa una de las situaciones más críticas de su historia, que se refleja en el hecho de que 8 de cada 10 familias no poseen tierras o poseen predios menores de 5 hectáreas, en contraste con el 1% de los grandes productores quienes acaparan la tercera parte de las mejores tierras cultivables. La pobreza supera el 65% de los hogares rurales. Estos hogares a pesar de la pobreza que sufren, generan el 76% de la producción agrícola del país.
Por su parte el coordinador general de La Vía Campesina Honduras y diputado del Congreso Nacional Rafael Alegría dijo que “La pobreza se ha profundizado, en Honduras, a partir de 1992, por la aplicación del modelo neoliberal y su instrumento privilegiado en el agro la mal llamada Ley de Modernización y Desarrollo del Sector Agrícola, a lo cual hay que adicionar los Tratados de Libre Comercio, (TLC).
Se suma a ello, el dramático impacto de la hambruna, que el fenómeno del niño ocasiona en 146 municipios de 13 departamentos del territorio nacional, la sequedad de la tierra y la falta de agua afecta a 161,403 familias hondureñas en el campo. La alimentación en estos hogares es cada vez más incierta debido a los efectos del fenómeno climático de El Niño que ataca con fuerza el país”.
Es importante evaluar el impacto del CAFTA-DR en la agricultura hondureña, a 10 años de su vigencia, aunque es necesario aclarar que no existe un Tratado de Libre Comercio entre Honduras y los Estados Unidos, sino un Tratado de Libre Comercio entre Centroamérica, más la República Dominicana y los Estados Unidos, es por eso que sus siglas en ingles son CAFTA-DR. Este Tratado va más allá de un acuerdo comercial y responde a la mirada e intereses de gran potencia de los Estados Unidos. En general el interés estadounidense era mantener y reforzar su presencia geoestratégica en una región considerada como su “patio trasero”. En el tema agrícola, su búsqueda apuntaba a asegurar mercados a la sobreproducción estadounidense de maíz amarillo, arroz, lácteos, vegetales y otros rubros.
En conclusión, tiene validez afirmar que el CAFTA-DR es de las reformas neoliberales que más ha afectado a la economía campesina. Es un hecho que el país está perdiendo la capacidad de producir los granos básicos para alimentarse y está creciendo la dependencia de las importaciones agrícolas de los EE.UU. Si retomamos el concepto de Soberanía Alimentaria, esta soberanía está en alto riesgo.
El efecto del modelo neoliberal y del CAFTA-DR ha sido tan fuerte que, durante los últimos años, se ha reducido el número de productores y productoras de granos básicos. Con base en las cifras oficiales, entre 1993 y el 2010, un total de 204 mil 684 productores han abandonado la actividad de granos básicos.
Los productores de arroz prácticamente han desaparecido, pues apenas sobrevive el 6% del total que existían en 1993. Seguidamente los más afectados han sido los productores de maicillo, algo que se explica en el hecho de que este rubro ha estado dedicado principalmente a la alimentación de animales; la importación de maíz amarillo ha dejado sólo al 32% de los productores de maicillo. Le siguen los productores de frijol y de maíz blanco que, a pesar de su disminución, aún representan un contingente considerable de productores y productoras: en el maíz (165,739) y en el frijol (65,398).
Actualmente se tiene una propuesta de ley que se elaboró bajo la cobertura de la alianza campesina hondureña la cual se introdujo el 9 de abril 2014 en el congreso nacional como proyecto de Ley de Reforma Agraria Integral, con equidad de género, para la soberanía alimentaria y el desarrollo rural que tiene el propósito de elevar los niveles de producción, modernizar el agro a través de la participación de hombres y mujeres, teniendo un tratamiento diferenciado para la juventud; asegurando un modelo de economía campesina basado en la soberanía alimentaria, la justicia social, la integralidad del territorio y el manejo sostenible de los recursos naturales.
El Director Ejecutivo de Fian Internacional sección Honduras, Marlon Ochoa, explicó que, la realización del derecho a la alimentación y la nutrición, no será posible sin profundas transformaciones estructurales del modelo económico y sin la reafirmación de la soberanía de los gobiernos.
“En particular, vemos con grave preocupación la creciente participación de corporaciones en los espacios nacionales e internacionales de formulación de políticas alimenticias y nutricionales. Esto deviene en la mercantilización de los programas de alivio promovidos por las agencias internacionales, convirtiendo así en negocio la malnutrición. Asimismo, vemos que a pesar de las muchas regulaciones y tratados internacionales, sigue existiendo un reto ingente en la superación de las discriminaciones estructurales contra la mujer. La realización del derecho a la alimentación y la nutrición y la soberanía alimentaria son inseparables del trabajo del campesinado, y no se conciben sin integrar y otorgar a las mujeres la valorización que tienen como sujetas de derechos humanos, teniendo en cuenta el papel que desempeñan desde el origen mismo de la agricultura campesina y su papel productivo para la alimentación y nutrición de los pueblos” explico Ochoa.
“Reconocemos que estos retos no podrán ser superados sin la participación activa del movimiento social organizado, a través de las estrategias de movilización e incidencia local y nacional y la presión hacia nuestros gobiernos nacionales por la implementación de políticas públicas encaminadas al beneficio de los pueblos. La promoción del derecho a la alimentación y la nutrición nunca deberá estar separada de la lucha de los movimientos populares y sociales. Por ello, aplaudimos y acompañamos al movimiento campesino nacional en la lucha y defensa de sus derechos” dijo el Director ejecutivo de Fian Honduras.