Estudiantes habían organizado una toma pacífica en uno de los carriles del Boulevard Suyapa, frente al portón peatonal de la universidad, con motivo de la segunda jornada Nacional de Protesta convocada para este día, por una coalición de organizaciones sociales y populares del país en conjunto con las diferentes expresiones del movimiento de los indignados contra la corrupción e impunidad en el país.
Transcurrida media hora de toma de uno de los carriles, en su primer y único acercamiento, los miembros de la Policía Nacional llegaron a dialogar con una comisión de los estudiantes, acción presenciada por miembros del Observatorio Ecuménico Internacional de Derechos Humanos (OEIDH), acordándose que se sostendrían la protesta por espacio de una hora.
Entre las demandas que dieron a conocer además de acuerpar la instalación de una Comisión Internacional contra la Impunidad en el país (CICIH), fueron la apertura de espacios de democratización en los órganos de gobierno dentro de la universidad nacional y un alto a la criminalización hacia la protesta estudiantil.
“Estamos atendiendo el llamado de los sectores sociales y como jóvenes no podemos quedarnos inmóviles ante lo que pasa en el país y en nuestra universidad, hemos salido a defender nuestra casa de estudios de la brutalidad policial”, expresó uno de los voceros universitarios, cuyo rostro permaneció cubierto por temor a represalias dentro y fuera de la UNAH.
Agregó que esta lucha también involucra las actuaciones dictatoriales de las actuales autoridades, encabezadas por la rectora Julieta Castellanos. “Hacemos un llamado a los estudiantes a que nos sumemos a próximas acciones para demostrar que estamos vivos como movimiento y no permitiremos que nos sigan pisoteando nuestros derechos”.
Antes que se venciera el tiempo, a las diez de la mañana con 50 minutos, y molestos por las expresiones de los y las jóvenes hacia su labor represiva, comenzó un “festín” de bombas lacrimógenas las que fueron lanzadas a mansalva por la policía, incluso en dirección al cuerpo de las personas manifestantes.
La agresión policial duró unas dos horas continuas al punto de ingresar en dos ocasiones por aproximadamente 50 metros hacia dentro de la UNAH. Igualmente hicieron uso de dos tanquetas desde las cuales lanzaron un líquido rojo que causa irritación en el cuerpo de quienes lo reciban.
Detención ilegal y camarógrafo afectado por los gases de la intolerancia estatal
Durante la represión policial, resultó detenido Miguel Briceño , líder del movimiento “Honduras, Indignados somos Todos”, quien fue trasladado hacia la posta policial ubicada en la Colonia Kennedy. Posteriormente llevado a la sede de la Jefatura Metropolitana número uno-“Core 7”, ubicada en el Barrio Los Dolores, en el centro de la capital.
El equipo legal del Comité Por la Libre Expresión (C-LIBRE) y del Centro de Investigación y Promoción de los Derechos Humanos, CIRPODEH, se apersonó hacia las instalaciones de la estación policial para constatar el estado en el que se encontraba Briceño, acción que no fue permitida por los uniformados durante el transcurso de la tarde.
Hasta el momento el líder de los indignados no ha sido puesto en libertad y sus apoderados legales han presentado un Recurso de Exhibición Personal (Hábeas Corpus), en los Juzgados de Letras de lo Penal del Barrio La Granja.
Mientras que el camarógrafo del Canal HCH, Carlos Martínez, se desmayó mientras daba cobertura a la represión policial al inhalar el gas lacrimógeno lanzado por la Policía.
El trabajador de la comunicación no andaba ni siquiera una simple máscara que lo protegiera del efecto nocivo del gas, acción que fue criticada por el resto de periodistas que daban cobertura en el lugar, tildando esa acción como “una irresponsabilidad del dueño de este medio de comunicación”.
Martínez fue trasladado en una ambulancia proporcionada por el Cuerpo de Bomberos hacia un centro hospitalario privado de Comayagüela.
Infiltrado parte II
El infiltrado era policía activo |
Como si se tratara de una segunda parte de una historia de terror, los y las jóvenes en protesta lograron detectar la presencia de otro sujeto, con un cargo dentro de la Policía, y que se encontraba en medio de la protesta tomándoles fotografías.
El nombre era Delmer Omar Godoy Guifarro, quien ostenta el grado de Policía con rango Clase I, quien el 20 de octubre, había solicitado un cambio dentro la institución policial, solicitud que fue aceptada a través del interno DGPN-EMP (DRH PN-1.
A la hora de ser indagado por la juventud universitaria el infiltrado fue retirado, en calidad de detenido, por el resto de sus compañeros de armas y rápidamente trasladado con rumbo desconocido.
El 01 de octubre anterior, un policía había sido identificado también como infiltrado, al verse amenazado por su accionar igualmente fue llevado por la policía a otro sector .
Esta práctica hace resurgir el clima de represión que reinaba dentro de la UNAH en la época de los años 80, en donde las aulas universitarias fueron parte del laboratorio creado para la instalación de la Doctrina de Seguridad Nacional, (DSN), en el país que acabó con la vida de más de 180 personas, entre los cuales destacaban dirigentes sindicales y estudiantiles de la universidad.