Varixs ponentes, entre ellos Roland Hipp, coordinador de campañas de Greenpeace, cuestionaron a Siemens especialmente por su involucramiento en proyectos hidroeléctricas a través de su empresa conjunta Voith Hydro.
Se argumentó que hidroeléctricas como Belo Monte y Tapajós en Brasil, y Agua Zarca en Honduras destruyen ecosistemas únicos y ponen en riesgo miles de vidas humanas; violan la Convención 169 de la OIT sobre los derechos indígenas, los Principios Rectores de la ONU sobre los Empresas y los Derechos Humanos, las recomendaciones de la Comisión Mundial de Represas igual como las propias directrices de gestión empresarial de Siemens.
La gerencia de Siemens también tuvo que escuchar críticas sobre sus inversiones en el Sahara Occidental, territorio ocupado ilegalmente por el reino de Marruecos, y sus negocios millonarios recientes en Egipto bajo el régimen represivo y autócrata del Ex-General Abd al-Fattah as-Sisi.
Organizaciones de derechos humanos en Alemania repudiaron los proyectos hidroeléctricos de Siemens que traen muerte y daños al medio ambiente.Honduras es uno de los afectados con el proyecto Agua Zarca en zona Lenca. |
“En Egipto los órganos de seguridad del estado en 2015 ejecutaron extrajudicialmente 328 personas fuera de los centros de detención. 640 personas fueron torturados,” citó Christian Russau de la Asociación de Accionistas Éticos en un informe del Centro Al-Nadeem para la Rehabilitación de las Víctimas de la Violencia.
En su respuesta el jefe de Siemens, Joe Kaeser, reportó que había conversado personalmente varias veces con el presidente as-Sisi, quien le había pedido su apoyo para explicar su agenda política en Alemania.
El presidente del parlamento Alemán (del partido conservador CDU) por su parte en junio del 2015 había negado encontrarse con as-Sisi por la represión notoria en contra de opositores.
Kaeser calificó el régimen del Ex-General como “gobierno no completamente orientado a estándares occidentales”, pero muy preferible a una situación de caos.
Siendo las cosas así, no es de sorprenderse que las ganancias de una gran transnacional como Siemens prevalecen sobre cualquier consideración de derechos humanos y valores democráticos, concluye la Oficina Ecuménica por la Paz y la Justicia en su comunicado respecto a la Asamblea de Accionistas. “Saliendo de su crisis estructural de los años pasados Siemens evidentemente ni siente la necesidad de camuflar esa actitud con un poco de pinta de responsabilidad social empresarial.”