En los últimos 10 años se registraron más de 4 mil 500 asesinatos contra mujeres, cifra que se recrudeció después del golpe de Estado del 2009, hasta la fecha en dos meses que van de este año, suman 100 los femicidios, señalaron centenares de mujeres este 08 de marzo en una movilización en el marco de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, en las principales calles de la capital hondureña.

Mientras que unas 20 mil denuncias al año en el Ministerio Público por violencia doméstica, de estas el 65 por ciento  caducan porque no se investigan, destacaron.

El patriarcado y el sistema neoliberal han generado una crisis en donde las mujeres están siendo violadas sexualmente, golpeadas físicamente, criminalizadasy asesinadas; por eso,  este 08 de marzo en que se conmemora el “Día Internacional de la Mujer”, las feministas, lesbianas, trans, indígenas, campesinas, urbanas, trabajadoras, estudiantes, pobladoras y defensoras de derechos humanos, salieron a las calles para exigir un cese al “exterminio de las mujeres hondureñas”, y dijeron que seguirán en las calles y que no son terroristas.

Hoy se conmemora la lucha de la mujer por su participación de igualdad con los hombres en la sociedad y en su desarrollo integro como persona; la primera celebración tuvo lugar el 19 de marzo de 1911 en Alemania, Austria, Dinamarca y Suiza, desde entonces se extendió a muchos países.

En 1972 en la Asamblea General de las Naciones Unidas se declaró el Año Internacional de la Mujer y en 1977  invitó a todos los Estados a declarar, conforme a sus tradiciones históricas y costumbres nacionales, un día como Día Internacional por los Derechos de la Mujer y la Paz Internacional.

Alto a las violencias

En Honduras proclamaron un alto a la criminalización contra las defensoras de los derechos de las mujeres, los femicidios y la violencia contra las mujeres. Allí estaba Suyapa Martínez,  directora del Centro de Estudios de la Mujer Honduras (CEMH), demandada por un millón de lempiras por haber denunciado el crimen contra Bertha Cáceres.

Según la feminista se presenta 20 mil denuncias al año en el Ministerio Público por violencia doméstica, de estas el 65 por ciento  caducan porque no se investigan ni se resuelven yal no tener respuestas se llega a la extrema violencia que se ve reflejada en el alto índice de femicidios que se cometen en el país.

La existencia de la Unidad de Investigación de Muertes Violentas de Mujeres no es suficiente porque no cuenta con los recursos financieros necesarios para su funcionamiento, ni la experiencia para averiguar, enumeró Martínez.

“Mientras se mantenga la impunidad, seguirán matando, este es un país de miedo, es dificilísimo ser mujer en Honduras, pero somos un ejemplo de valentía”,  dijo la defensora.

Asimismo mencionó ante varios medios de comunicación que una de las nuevas formas de represión contra las defensoras de la vida de las mujeres es el uso del marco legal, “yo misma tengo una demanda por estar luchando contra los femicidios, a mí me tocó por exigir justicia en el caso del asesinato de Berta Cáceres”,  denunció la feminista.

Las campesinas no son terroristas

Las mujeres campesinas no se quedan atrás en cuanto a la represión sistemática con la complicidad del Estado,  por parte de empresas transnacionales de capital mixto y terratenientes .

Ya son  mil 700 campesinas que enfrentan procesos judiciales, el 85 por ciento  de las mujeres rurales no tienen acceso a la tierra y solamente el 12 por ciento tiene posibilidad de un crédito.

Hay ocho mujeres asesinadas en la lucha por la tierra, según el recuento de  Wendy Cruz,  Coordinadora de la Mujer de la “Via Campesina”.

De paso se pronunció en contra de las reformas recién aprobadas por el Congreso Nacional que son de acuerdo a su visión  “una falacia, nos están acusando de terroristas, nosotras no somos terroristas somos defensoras de la tierra y de la vida”, aclaró la feminista.

Exigir derechos no es terrorismo

“Alguien tiene que pararse en la brecha para poder cambiar al país, Juan Orlando Hernández ha puesto un decreto de que las movilizaciones las toma como terrorismo, exigir nuestros derechos no es pecado, porque derecho que no se exige, se pierde”,  manifestó Marixa Burgos,  miembra del Movimiento Visitación Padilla.

Defendemos la vida

“No somos terroristas, somos defensoras de la vida, queremos justicia para todas las mujeres asesinadas y que no han agarrado a esos malechores”, comunicó Sonia Mendoza de la organización “Calidad de Vida”.

Uno de los deseos de las feministas es ser tratadas en igualdad de condiciones que los hombres porque “somos mujeres capaces” , aseguró Mendoza.

Asesinadas por trabajo sexual

Por su parte Rosario Canales,  de la Red de Trabajadoras Sexuales de Honduras, dijo que el tipo de trabajo que desempeñan las pone en una situación de vulnerabilidad debido a la discriminación y estigmatización de la sociedad.

Adujo que ninguna ley especifica que el trabajo sexual es ilegal, que lo que sí es sancionado es la trata de personas, el proxenetismo y la explotación sexual.

Ellas se unieron a la manifestación para dar a conocer que las trabajadoras sexuales están siendo asesinadas, por ser una organización que lleva tres años de vida, solamente tienen datos estadísticos de septiembre del 2013 hasta febrero del presente año, 31 mujeres que se dedican a ese oficio han sido liquidadas,  y sus crímenes están en total impunidad.

Algunas acciones que han realizado para exigir justicia son los plantones en el Congreso Nacional y en  el Ministerio Público, pero nadie escucha sus voces; solamente en un caso les dieron respuesta, el de un hombre que asesinó a ocho trabajadoras del sexo en la ciudad de San Pedro Sula, así lo informaron.

Los factores por los cuales matan a mujeres de este grupo son en su mayoría por “ser mujeres” y por odio hacia el trabajo que realizan, manifestó Canales.

Ni olvido, ni impunidad

Valeria Sánchez, de la Tribuna de Mujeres contra los Femicidios opinó que el objetivo que las mueve a salir a las calles es que los asesinatos de mujeres no queden impunes ni en el olvido.

Explicó los diferentes tipos de violencias que viven las hondureñas que son la intrafamiliar, doméstica, sexual, psicológica, física y doméstica.

Mientras que “las investigaciones quedan engavetadas, solamente existen en papeles”,  acusó al Ministerio Público de no darle trámite a las denuncias de las mujeres, lo que eleva el grado de impunidad.

Mujeres rurales presentes

Desde hace unos años se ve la participación de las mujeres rurales; los motivos que las impulsan a participar públicamente son en primera instancia por la celebración del Día Internacional de la Mujer; en segunda porque a más de un año, la verdadera justicia no ha llegado para la familia de Berta Cáceres y tercera por la criminalización de las defensoras como Suyapa Martínez, aseguró Isabel Matute,  de la Red de Mujeres de Santa Ana.

Para ellas la participación en los espacios de la comunidad y en política es difícil, por ser mujeres y carecer de los recursos económicos suficientes para una campaña; pero eso no detiene a Matute ya que en las próximas elecciones internas va como precandidata a vice alcaldesa por el Partido Libertad y Refundación (LIBRE).

Uno de los obstáculos que las mujeres de Santa Ana han tenido que enfrentar es el patriarcado y el  machismo de las autoridades municipales que se comparten el poder a través del bipartidismo,  lo que empujó a la Red de Mujeres a plantearse nuevas formas de lucha por ocupar “esos espacios denegados a mujeres pensantes en los cambios, señaló Matute.

No pararán a las mujeres

Estar firmes en las calles es símbolo de valentía y resistencia, “las mujeres somos geniales, tenemos una fuerza que pese a los dolores que llevamos marcados en nuestro cuerpo y corazón, vamos más allá de la lucha”, exclamó Gilda Rivera directora del Centro de Derechos de la Mujer (CDM).

En relación a la demanda que interpuso DESA en contra de Suyapa Martínez pronunció que “es un escollo más, no solo Suyapa va a enfrentar eso, a muchos y muchas las asesinaron, las criminalizan y aquí nadie se rinde, se sigue  adelante”,  alentó Rivera.

Independientemente de las reformas que criminalizan la protesta; las feministas y mujeres seguirán en las calles, “hay que resistir a esta dictadura con un sentimiento fuertísimo que no nos va a vencer y que no podrán con la dignidad de las mujeres”, finalizó .

También peleamos derechos

Importante saber que la Red de Trabajadoras Domésticas se está capacitando para indecencia política y reivindicación de sus derechos, se movilizan en alianza con otras mujeres exigiendo respeto a sus derechos laborales,  comentó Karla Patricia López de esta organización.

Detallaron que ya se cansaron de la discriminación, la humillación, ofensas, maltratos y en algunos casos hasta abusos sexuales que sufren varias mujeres que se dedican al trabajo doméstico,  describió la joven.

Quieren que el Estado ratifique el convenio 189 que establece el trabajo decente para las trabajadoras y los trabajadores domésticos .

El pueblo resiste

Las jóvenes feministas analizaron la situación de Honduras y llegaron a la conclusión que el país está atravesando un momento difícil, hay un fortalecimiento de los grupos de poder, de igual manera las resistencias de los pueblos, en el pensamiento de Sara Tomé,  del CEMH.

Un sector bastante impactado por la crisis es la juventud, ya que están presentes en las luchas por la tierra y los territorios, “nos estamos disputando la vida con los poderes fácticos”,  testificó .

Al crecimiento del contexto, el elemento que lo agrava es la colusión del gobierno con las élites, más las transnacionales que impulsaron acciones “para instalar en la población el miedo y el silencio, esto lo pretende logar  con las reformas al Código Penal y la creación de instancias de justicia básicamente para perseguir a la población no alineada, sin embargo este pueblo resiste”,  concluyó Tomé.