Las mujeres defensoras de los derechos humanos hacen su trabajo en un ambiente patriarcal, que en conjunto con el militarismo que se implementó desde Golpe de Estado del 2009, han sido un factor determinante en la violencia contra las mujeres.
Melissa Cardoza, responsable de documentación de la Red de Defensoras, mencionó que son incidentes sistemáticos que obstaculizan el ejercicio y la satisfacción de los derechos. La situación de confinamiento hizo más fáciles las violencias a los derechos y la vulneraciones a las defensoras como el arresto de Aleyda Huete, quien fue detenida sin una orden judicial en el Sur de Honduras.
En el registro hay casos colectivos como en el Bajo Aguan, el Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras, (COPINH), la Organización Fraternal Negra Hondureña, (OFRANEH).
Algunas de las mujeres son esposas o familiares de los defensores de Guapinol que están presos desde el 2019. Se les han hecho campañas en redes sociales, vigilancia, hostigamiento para intimidarlas y generalmente se ligan a personas que laboran en las empresas de proyectos que han afectado el medio ambiente en las comunidades contra las que luchan.
Esta organización destacó que 10 casos son incidentes que incluyen hostigamiento, amenazas, ultimátum y se relacionan con entes ligados a megaproyectos que despojan a comunidades de su territorio y ríos.
Hay tres detenciones arbitrarias y cuatro agresiones ligadas a expulsiones de espacios organizativos y acceso a la justicia en temas relacionados.
Según Cardoza, las mujeres no confían en el Estado, por ser el principal perpetrador contra sus derechos, apoyado por los cuerpos represivos y de la inacción de los entes estatales.
“No se denuncia porque no se puede denunciar al agresor. En cuanto al Mecanismo de Protección ya no hay credibilidad porque no funciona, es una “fachada o mampara”, dijo.
El 80 por ciento de las mujeres no interponen denuncias ni hacen un acercamiento al Comisionado Nacional de los Derechos Humanos, (CONADEH), porque se sabe que el Estado no va a proteger a las personas que luchan en contra de los intereses de unos pocos que ellos defienden a través de sus instituciones, agregó Cardoza.
También en este semestre hubo tres asesinatos a mujeres Trans, dos en la ciudad de la Ceiba y uno en Tegucigalpa. Ellas defendían los derechos de inclusión en educación, derechos reproductivos, en temas de salud.
Cardoza informó que el registro se ha realizado a través de la articulación con 26 organizaciones y al menos 24 defensoras independientes, feministas, activistas y que presentarán el informe en el mes de octubre próximo.
Brigadas Internacionales de Paz (PBI), expone que la participación de las mujeres en la defensoría de los derechos humanos es clave para reducir la desigualdad de género, los estereotipos y la estigmatización, y posibilitar que también las mujeres tengan un espacio en la toma de decisiones y en la vida pública o política.
Asimismo la Federación de Sindicatos de Trabajadores de la Agroindustria (FESTAGRO), detallan que las mujeres en Honduras tienen una participación laboral 33% donde a la vez se mantiene una mayor tasa de desempleo, una participación política del 94%, siendo uno de los grupos vulnerables más golpeados en el país.