Viernes, Nov 2024

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Los atropellos contra la prensa en el país parecen ir en aumento pese a las recomendaciones internacionales en las que piden al estado de Honduras proteger la labor de los periodistas. Este se hace de oídos sordos, sin importarle que cada día más comunicadores se vean afectados en su labor informativa, entre el mes de marzo y mayo ASOPODEHU documentó 27 agresiones.

Una de las periodistas que ha sido fuertemente perseguida y con múltiples agresiones es Yalile Dubon, en el departamento de Copán.

 La mujer periodista es más vulnerable pues los agresores se aprovechan del hecho de ser mujer para intimidarla más que a un hombre.

A ella le han atacado hasta a su familia, dejándole  notas  donde le manifiestan que la van a matar, y ya saben dónde vive su familia. Ha recibido atentados, amenazas, intimidaciones, por cuestionar lo que hacen mal los gobernantes de esa localidad.

Entre los temas de cobertura periodística que ha hecho están la deforestación y tala;  quema de los bosques del municipio de Santa Rosa de Copán.

Aunque ella ha interpuesto las denuncias ante la Dirección Policial de Investigaciones y al Ministerio Público, estos entes no han hecho ninguna investigación.

Carlos  Panameño, es un periodista muy crítico y cuestiona fuerte y constantemente los fracasos del gobierno por sacar el país adelante. Ha sido víctima de distintas agresiones, como físicas, atentados, amenazas constantes, vigilancia y seguimiento, daños a su propiedad, daños a su vehículo quebrándole los vidrios y rayando la pintura.

A su vivienda le han dañado las cámaras de vigilancia que él ha colocado por su seguridad, pues el acoso que recibe por simpatizantes del partido de gobierno le hacen temer por su vida y la de su esposa, que también ha sufrido mucha persecución por cuestionar el gobierno de la presidenta Xiomara Castro y a su esposo el asesor presidencial Manuel Zelaya Rosales.

Los  mayores perpetradores son funcionarios  que cuestionan el ejercicio de la libertad de expresión a la que llaman libertinaje.

Pese a que las recomendaciones de la CIDH piden que el Estado de Honduras y sus funcionarios deben crear un ambiente propicio para que los periodistas puedan desarrollar sus labores, y que deben mantener un discurso a favor de la prensa, el gobierno parece hacer todo lo opuesto a dichas recomendaciones, pues en su gran mayoría las agresiones vienen de funcionarios y simpatizantes del partido de gobierno.

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