Sábado, Nov 2024

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Las redes sociales que comenzaron a surgir a finales de la década de 1990 son plataformas digitales que vinieron a fomentar la libre expresión, el esparcimiento, el intercambio de información y de opinión, no obstante, con los años sus efectos positivos se han ido contaminando, creando al mismo tiempo un ambiente de riesgo para las sociedades.

En su reciente visita a Honduras, Irene Khan, relatora especial para la libertad de expresión y opinión de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) al referirse a la preocupación que tienen los periodistas y defensores de derechos humanos sobre el tema de la desinformación indicó, que los Estados tienen la obligación de proporcionar información veraz y objetiva y “no deben patrocinar fomentar o difundir información que saben que es falsa. Tampoco deben calificar de falsa las opiniones críticas con sus propias políticas”.

Khan es del criterio que “restringir la libertad de los medios de comunicación o criminalizar la expresión en línea basándose únicamente en la falsedad no solo es contrario al derecho internacional, sino también contraproducente para combatir la desinformación”.

De acuerdo con Datareportal, en enero de 2023 Honduras tenía 4.3 millones de usuarios de las redes sociales, lo que equivalía a casi el 41.8 por ciento del total de la población que actualmente ronda los 10.5 millones de habitantes. Las tendencias siempre son al crecimiento de los internautas que hace uso de estos sitios electrónicos.

Y es que el paso de una comunicación unidireccional a una bidireccional con la aparición de la web 2.0 sin duda abrió espacios de interacción sin importar el tiempo y las distancias. Como herramientas de comunicación las redes sociales, por primera vez, mostraron su fuerza en el año 2010 cuando impulsaron los movimientos sociales- la denominada “Primavera árabe”- en Túnez, Egipto, Libia, Yemen, Marruecos que derribaron a varios gobernantes tiranos y autócratas. En Honduras rompieron el cerca mediático que ocultaba el golpe de Estado.

Si bien, son importantes instrumentos de comunicación que fortalecen la libertad de expresión en los sistemas democráticos, el poco control que hay en ellas en cuanto a los contenidos, y dado que alojan diversos puntos de vista, se han vuelto un riesgo para el comercio, la democracia, la seguridad personal, la autoestima, la salud física y mental, de acuerdo a lo que expresan varias personas entrevistadas por pasosdeanimalgrande.com.

El periodista Mario Cerna, fundador del proyecto Honduras Verifica, sostuvo que por un lado las plataformas digitales propician sitios de expresión para todos los grupos que tienen acceso a ellas, pero, por otro también abren ambientes bastantes peligroso, arenas movedizas, que atentan contra los principios de libertad de expresión.

Estos riegos son una realidad y están ganando terreno en las audiencias, entre ellos está la desinformación con las noticias falsas, los mensajes de odio, de discriminación, situación que con la misma evolución de la tecnología en los últimos años sigue creciendo con los bots y los troles que utilizan cuentas falsas “poniendo en precario el beneficio que podríamos obtener de las redes sociales”, cuestionó Cerna.

El fundador de Honduras Verifica, explicó que, según investigaciones a nivel de Latinoamérica, también se ha visto que los espacios cívicos en las redes sociales se ven manipulados y entorpecidos por la participación de actores que se dedican al mercenarismo digital, generando sendas campañas de desinformación con noticias falsas.

Control y verificación

Estos abusos en las redes digitales ponen en peligro también el derecho a la libertad de expresión, ya que algunos países ante una amenaza tan grande como la desinformación, la manipulación de la opinión pública, los mensajes de odio y de discriminación, están optando por regular lo que se publica o difunde digitalmente mediante normas legales, lo cual no es lo más adecuado, reflexionó Cerna.

Recordó que Honduras no está exento de eso; de hecho, en el pasado ya hubo un intento cuando el expresidente Juan Orlando Hernández introdujo una la denominada Ley de Ciber Seguridad, de igual manera en las reformas en que se plantearon en el nuevo Código Penal había un apartado donde se estaba queriendo también cercenar algunas libertades a nivel de redes sociales.

Incluso el gobierno actual estaría evaluando este tipo de situaciones porque estos riesgos crecen y crecen y la ciudadanía no aporta mucho para controlar los abusos. Otra cosa es que desde el lado de los medios de comunicación se está haciendo muy poco para contrarrestar este tipo de desinformación. Más bien los mismos medios de comunicación utilizan estos perfiles falsos en las redes sociales para crear contenidos sin validar, olvidándose del rigor periodístico. Muy pocos medios están realizando procesos de verificación, criticó.

Cerna es del criterio que en Honduras hay una baja competencia para comprender, analizar y evaluar de manera crítica los contenidos que circulan en Internet, lo cual juega un rol dañino para los sistemas establecidos. La defensa de la libertad de expresión en las redes sociales, para que no se convierta en un libertinaje, sin duda alguna es un gran desafío, dijo el creador de Honduras Verifica.

Uso de las redes sociales

Las plataformas digitales más usadas por los hondureños son Linkedin fundada en 2002, Facebook creada en 2004, Youtube que apareció en 2005, Twitter (hoy X) lanzada en 2006, WhatsApp que nació en 2009, Instagram y Pinterest creadas en 2010, Telegram que surgió en 2013, Signal en 2014 y TikTok 2016.

Como herramientas de uso gratuito, por un lado, están desarrollando un papel trascendental en la democracia electrónica, pero por otro fomentan un clima de inestabilidad social, de ingobernabilidad, de desinformación, de anarquía, de amenazas que en ciertos momentos rebasan los límites de la libertad de expresión .

Por ser hipermedia, la red X, es una de las plataformas que más se usa en Honduras para emitir una diversidad de puntos de vista y campañas premeditadas de desinformación, de desprestigio, de ataques como surgió recientemente de boca de un diputado que dijo que cuatro congresistas están en lista de extradición para los años 2023 y 2024, dato que ninguna autoridad oficial ha confirmado.

El caso más reciente de manipulación de la información se dio esta semana recién pasada cuando Casa de Gobierno selló como noticia falsa (Fake News) los resultados de una encuesta de una firma legalmente constituida que revelaba que en los últimos meses la aprobación del gobierno de la presidenta Xiomara Castro cayó del 48 al 36 por ciento de aceptación, situación que confundió a los usuarios de esta red, hasta que la encuestadora reconfirmó los datos.

De acuerdo con la periodista Claudia Mendoza, en las redes sociales se experimenta un clima de irresponsabilidad por parte de los gobiernos y de la ciudadanía, que al hacer uso de su derecho a expresarse libremente,  al usar muchas veces estos espacios no para debatir ideas, sino para tergiversar los hechos, atacar a opositores políticos y desprestigiar a ciertas personas.

Incluso hay una competencia repudiable entre los medios de comunicación y la ciudadanía que por obtener “me gusta” o fomentar el tráfico de usuarios replican todo lo que les llega a sus manos sin el menor interés de verificación, obviando la responsabilidad que los periodistas y las personas deben tener antes de repostear, o reutilizar una información que circula en la red. Actualmente “vemos” una irresponsabilidad terrible, deploró Mendoza.

Por otro lado, esta profesional de la comunicación, consideró que la libertad de expresión se ve menoscabada cuando en esa competencia por informar primero, hay hechos que no se confirman, pero que también aparecen otros temas que al mismo tiempo pueden ser punto de partida para profundizar, ya que a veces son de un gran interés social.

La desinformación y los ataques en las redes sociales son muy preocupante ya que caen al nivel de denigrar a la gente, a las organizaciones, instituciones y a los mismos medios de comunicación. Todo esto produce un daño tanto al sistema, como a la integridad de las personas. Es tal la preocupación que en las redes sociales se pueden observar el activismo de grupos demasiados violentos que promueven agresiones contra aquellos que no piensan según sus intereses políticos o ideológicos, cuestionó la profesional de las comunicaciones.

Dado que en Honduras igual que otros países del continente, las redes sociales son sitios abiertos a la libre expresión, un estudio al respecto de la experta mexicana Marlene Heredia Ángel, señala que las plataformas virtuales “han venido a constituirse en el ágora de deliberación y confrontación de las ideas y opiniones, en la nueva plaza pública virtual… donde se construye la ciudadanía y se definen los valores sociales”.

Ella, precisa que estos sitios web son un lugar para el ejercicio de la democracia, y, por lo tanto, “debe de ser un sitio tutelado y protegido, pero supervisado para garantizar la tutela de otros derechos en concurso”.

Formación de audiencias

Para el periodista y docente universitario René Gavarrete, un factor positivo, o una ventaja importante de las redes sociales es la democratización de la participación de las personas en el escenario público, al gozar de la oportunidad de manifestarse sobre diferentes temas, sin el filtro de los medios de comunicación institucionalizados.

En las plataformas virtuales se pueden exponer ideas, pensamientos de diferentes formas, expresiones artísticas y tantas otras cosas que forman parte de la esencia del ser humano. Es una forma de ejercer participativamente, en lugar de representativamente, el ejercicio de la opinión, razonó

Recordó que tradicionalmente los periodistas se habían considerado la voz de las personas, pero con las redes sociales las personas pueden exponer directamente lo que piensan o sienten.

Las redes sociales son un buen termómetro para saber qué piensan las audiencias acerca de los medios, sobre los que ejercen el poder, en cuanto a los políticos. Son un indicador esencial de opinión pública y democratiza el ejercicio de la opinión en todas las esferas, catalogó Gavarrete.

Pero como todo tiene un aspecto negativo que pueden ser perjudicial, una de esas expresiones es que la velocidad con que viajan las informaciones, la difusión de los acontecimientos es mucho más acelerada en relación a la capacidad que tienen las personas para procesar ciertos contenidos y por eso algunas opiniones adolecen de suficiente racionalidad de carácter reflexivo.

Otra desventaja es que la sociedad, en su mayoría, no tiene un pensamiento crítico porque hay muy poco ejercicio de lectura en función de cultura general y muy poca lectura profunda en el ámbito periodístico; muchas veces se opina en función de encabezados, de titulares, o simplemente regidos por algunos líderes de opinión, sin buscar el suficiente sustento como para generarse un criterio fundamentado, razonado, más allá de los prejuicios, de las consideraciones previas o de las creencias, lamentó.

Gavarrete es del criterio que tener un canal de expresión tan expedito, tan abierto debe ser una motivación para que la sociedad lea y se cultive más y así tratar de contrarrestar aquella expresión peyorativa del filósofo, periodista y semiótico italiano Humberto Eco que señala que las redes son un espacio demasiado equitativo, según él, porque ahí tienen la misma oportunidad de opinar, un premio nobel, un erudito, un intelectual como también una persona que no se esmeraba por emitir un juicio de calidad.

Eco decía, expuso el docente universitario, que antes los que opinaban, por decirlo de una forma, en los baños y que escribían groserías con un lenguaje soez, procaz, ahora tienen una red, el mismo espacio que tiene un premio nobel de literatura y eso puede ser un factor de riesgo.

Gavarrete expuso que, en los pueblos de Honduras, en el suyo en particular, había una esquina donde se difamaba, se calumniaba, se injuriaba; le llamaban la esquina caliente del pueblo, la componían seis u ocho personas que hablaban sin fundamento, que especulaban que eran especialistas en el rumor, pero solamente estaban en ese punto. Ahora no solo están en esa esquina, en ese radio tan pequeño, sino que están en las redes sociales manifestándose y eso puede ser un factor altamente perjudicial en función del honor y de la dignidad de las personas.

Como eso es una realidad, el catedrático universitario, sugirió que los medios de comunicación entren en una relación más estrecha con las audiencias para tratar de formarlas, educarlas, y que los periodistas también tomen el pizarrón y buscar ser buenos guías en los diferentes temas con el fin de que “podamos tener públicos muchos más fortalecidos y empoderados”.

Por otra parte, en uno de sus informes, la Relatoría Especial para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) afirma que la neutralidad en la red es un principio según el cual “(El) tratamiento de los datos y el tráfico en internet no debe ser objeto de ningún tipo de discriminación en función de factores como dispositivos, contenidos, autor origen y/o destino del material servicio o aplicación”.

Lo que persigue este principio “es que la libertad de acceso y elección de los usuarios de utilizar, enviar, recibir u ofrecer cualquier contenido, aplicación o servicio legal por medio de internet no esté condicionada, direccionada o restringida por medio de bloqueo, filtración o interferencia.  Se trata de una condición necesaria para ejercer la libertad de expresión en internet en los términos del artículo 13 de la Convención Americana”, cita el documento.

En Honduras, en tan solo cuatro años, las plataformas de redes sociales hicieron cinco cierres masivos de cuentas porque consideraron que estaban coordinadas inauténticamente y muchas podían ser falsas, Facebook hizo los cierres en mayo de 2019, Twitter en abril de 2020 , Facebook otra vez en diciembre de 2021, Twitter en agosto de 2022 y el último, Facebook en mayo de 2023, según lo reveló una investigación denominada “Honduras, paraíso para los desinformadores”,  hallazgo del medio hondureño  Contracorriente y del Laboratorio Ciudadano, ambos participaron en la investigación Mercenarios Digitales, liderada por el Centro Latinoamericano de Investigación Periodística (CLIP).

A Honduras han llegado a experimentar múltiples empresas y consultores de comunicación política que, con la falta de regulación sobre lo permitido y lo que no lo está en el mundo digital, han hecho fiesta, según señala la publicación de contracorriente.red.

 

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