El acceso a las fuentes oficiales y a los funcionarios públicos con cada gobierno se vuelve más limitado, lo cual afecta el derecho a la libertad de expresión, información y prensa, aseguraron jóvenes y veteranos periodistas que trabajan para diferentes medios de comunicación informativos.
Varios profesionales del área entrevistados por Pasos de Animal Grande son del criterio que este es un problema que se viene presentando desde el 2014 cuando asumió la presidencia Juan Orlando Hernández, quien concentró el manejo de la información, incluso de la publicidad, en manos de su hermana Hilda Hernández.
Los reporteros, sobre todo los que tienen programas radiales, televisivos y medios digitales de forma independiente, relataron que esperaban que con la llegada del nuevo gobierno dirigido por la presidenta Xiomara Castro, las cosas cambiaran, no obstante, la situación más bien ha empeorado.
De acuerdo con Osman Reyes, presidente del Colegio de Periodistas de Honduras (CPH), diferentes organizaciones defensoras de derechos humanos, tanto nacionales como internacionales, han visualizado el alto riesgo que significa ejercer el periodismo en este país, sin que el Estado haga algo, más bien son sus funcionarios y sus agentes- poco transparentes- los que atentan contra los derechos a la libertad de expresión, de prensa y de información.
Actualmente en las fuentes oficiales hay una tendencia a ignorar o marginar a periodistas que no son afines a la ideología del momento; hay ministros y alcaldes que no dan entrevista a quienes ellos consideran sus críticos, incluso levantan campañas de desprestigio contra los comunicadores sociales, sobre todo cuando les piden rendición de cuentas. En una democracia la falta de transparencia es repudiable, deploró Reyes.
En este gobierno, aseguró, hay muchas cosas sumamente delicadas que están ocurriendo. “Hay casos de periodistas que no les permiten ingresar a ciertas oficinas públicas, a conferencias de prensa, al lugar donde va a estar algún determinado funcionario, tenemos otros casos de ministros que no brindan información, no quieren rendir cuentas”.
Incluso, prosiguió, hay funcionarios que generan desinformación. Si hoy lo que dice un medio escrito no le gusta a un fulano o a un funcionario borracho de poder, simplemente viene, hace una captura de pantalla y le pone un sello de falso o de fake news, eso es grave. “Yo puedo decir esta información de este diario es falsa, pero tengo que presentar la prueba, pero no hacer una cosa tan burda como ponerle un sello. Este gobierno va a pasar a la historia por andar interpretando todo al antojo y a la medida de sus intereses”.
Además, ahora pasa que los colectivos del partido en el poder amenazan a la prensa. Tenemos una narrativa confrontativa, ofensiva, descalificadora de parte de los mismos funcionarios de gobierno. Muchas veces esta situación es provocada y atizada para buscar debilitar la institucionalidad a través de ataques a los medios de comunicación, de los periodistas y de comunicadores sociales, criticó el presidente del CPH.
Intolerancia y discriminación
En algunas regiones del país, como la de occidente, las amenazas a la libertad de expresión, de prensa, de información y la discriminación continúan incrementándose aceleradamente dada la intolerancia a la crítica que hay tanto de los políticos locales, como de aquellos dueños de medios de comunicación afines a la administración de la presidenta Xiomara Castro.
Recientemente al periodista Manuel Gavarrete le cerraron en la Voz de Occidente, ubicada en Santa Rosa de Copán, un programa de entretenimiento que transmitía de 6:00 a 8:00 de la mañana y un noticiero denominado Radio Sucesos que desde hace 18 años salía al aire de 11:00 am a 1:00 pm debido a que no cesaba su crítica a ciertas actuaciones del actual gobierno.
Así como muchos comunicadores del interior del país viven momentos difíciles, en esta capital los periodistas también son víctimas de discriminación. Para Carlos Alvarado, reportero del programa Noticias del Día de Radio Universal, la restricción del acceso a la información para los periodistas, tanto en el gobierno anterior como en el actual es sumamente difícil. “Hay funcionarios que cuando uno los encuentra en la calle le dicen llégate a mi oficina, pero cuando uno llega a su oficina, no lo reciben”.
De igual forma, los altos funcionarios por lo general no atienden a los periodistas que trabajan en programas independientes, solo lo hacen con aquellos reporteros de la prensa corporativa. Esto genera un ambiente de discriminación. “Muchos de esos periodistas se equivocan y creen que son ellos los importantes sin darse cuenta de que es el medio.”
Un reportero de un medio pequeño aborda a un funcionario en los eventos, de lo contrario es difícil acceder a ellos. Los novatos sufren y más si trabaja en un medio independiente. Pero también se da otro fenómeno, si se trata de una periodista independiente, bonita, las puertas de las oficinas de los burócratas se le abren y ahí luego vienen las propuestas indecentes y el acoso sexual, describió Alvarado.
Este veterano periodista, de medios radiales, lamentó que la situación del acceso a la información pública cada día se cierre más en el país y nadie hace nada, afectando así el derecho que tiene la ciudadanía a estar informada sobre el quehacer de quienes administran los recursos de los contribuyentes.
Empeoramiento
Entre tanto el periodista Launier Álvarez, quien labora para el canal EDN TV, recordó que cuando se activó el Instituto de Acceso a la Información Pública (IAIP) los periodistas pudieron acceder- a través de los portales digitales de las instituciones públicas- a mucha información a la cual no tenían alcance anteriormente, sin embargo, con el tiempo las entidades obligadas dejaron de colocar en sus plataformas cierta información pública sin que sean sancionadas.
Cuando no se sube la información pública que “los periodistas buscamos, entonces uno va donde el funcionario y este cuando sabe que esa información no le favorece no da la entrevista. Debido a eso hoy, a nivel general, en cuanto al acceso a los funcionarios públicos ha empeorado”, criticó.
“Por ser un periodista con muchos años de experiencia tengo acceso a las fuentes, pero no así muchas veces a los funcionarios. También pasa que los nuevos periodistas que están en los medios de comunicación, metidos en lo digital, se han acomodado a las plataformas de mensajería instantánea y ya no buscan la fuente directa, generalmente se van con un audio o un video que les mandan de relaciones públicas sobre lo que quiso decir el funcionario y con eso se quedan”, lamento Álvarez.
“Antes, cuando uno cubría los juzgados, uno platicaba con el juez, le pedía tal expediente, te traían el expediente y lo leías, sacabas la información, la triangulabas y luego la trasladabas al lector; ahora no, los periodistas que dicen ser digitales se quedan nada más con lo que les manda el relacionador público, y éste manda lo que, a él, al funcionario o a la institución le conviene”.
Si en este gobierno el acceso a la información y a los funcionarios es complicado, en la administración de Juan Orlando Hernández también lo fue. En el gobierno anterior Hilda Hernández era como la emperatriz de todas las relaciones públicas y manipulaba la información a tal grado que mucha quedó en un grupo de 80 compañeros que fueron señalados en una tal lista Hermes; era una cuestión que si no estabas en ese grupo prácticamente tenías cerradas las puertas, recordó.